Un desastre con un bebé adentro.

PRÓLOGO.

Prólogo.

La supervivencia es lo primordial, no hay que perder la calma. Que nunca cunda el pánico cuando estás a punto de explotar.

En todos mis años de vida nunca he llorado, nunca derrame una sola lágrima por alguien o algo. Tampoco he explotado, siempre me detenía y guardaba todo en algún cajón dentro de mi mente y la lanzaba lejos de mi alcance para no volver a tocar el tema.

Porque llorar es de débiles, y yo, la niña que jugaba a lucha libre con todos mis primos no iba a ser tachada como débil. Antes muerta.

Eso, de alguna manera me ayudaba.

Pero ahora…

Inhala, exhala. Inhala, exhala.

Los golpes de la puerta del baño rompen mi regla de no perder el control.

—¡Rachel! ¿Que tanto haces? Ya sé que mi comida no es lo más, pero tengo que ir a la universidad en diez minutos — la voz de mi hermana menor me saca de mis pensamientos, en las mil maneras de matarla.

Que no cumba el pánico.

—¡Rachel!

Que no cunda el pánico.

La puerta es golpeada otra vez y la prueba en mi mano tiembla junto con todo mi cuerpo.

¿Que mierda, Rachel…? Te desconozco ahora mismo. Tú no eres así, no, claro que no. Por eso mismo vas a levantar tu asqueroso trasero del inodoro, le contestaras al error del condon que espera tras la puerta y vas a salir de este cuarto con la barbilla en alto, por qué así son los Culligs, nunca bajan cabeza y mucho menos por algo tan… pequeño pero desastroso.

(.)

—¡¿Que estás qué?!—. Papá levanta la voz mientras también se levanta del sillón.

Suspiro. Aquí vamos...

Sus manos se van detrás de su cuello y masajea esa parte con rapidez. Siempre hace eso cuando está furioso, su nariz se agradan en busca de aire, como un pez fuera del agua.

Juraría que se está conteniendo.

¿De qué? De ir hasta el imbécil que embarazó a su princesa mayor.

Mamá tenía el ceño fruncido mirándome directo, no podía adivinar que pasaba por su cabeza, ella era todo un rompecabezas de cien piezas que cuando estás seguro que encontraste la última pieza para amarlo, te sorprendes con que vino con una falla.

Julieta, estaba en un rincón de la sala con una mueca y con la mirada perdida en la sala. La conozco demasiado, que aunque parezca en otro lugar sé que su cabeza está trabajando a mil, por ejemplo haciéndose la idea de que será tía y hasta planeado los días para estar con su sobrino.

Me levanto de la silla llamando la atención de todos. Por suerte, Stephen no se encontraba hoy día en casa, a comparación de papá, él es un impulsivo de mierda que iría directo al imbécil que me embarazó.

—Bueno, ahora que saben la noticia y en pocas palabras, sacarme un peso de encima me iré a re costar, las mañas del embarazo se empiezan a notar. — bromeo ignorando la tensión en el aire. En cuanto digo eso papá reacciona lanzádome una mirada de miedo. —¿Qué?

—¿Que piensas que es esto, Rachel? — habla mamá por primera vez poniéndose al lado de mi padre. Se cruza de brazos.—Tener un hijo es una responsabilidad que no veo siendo ser capaz para ti… ¿Cuándo fue? ¿Quién es el padre?

Bajo la mirada por unos segundos pensando la respuesta.

—Escapó el desgraciado mal nacido.— respondo cruzando mis brazos y frunciendo el ceño, papá también repite mi gesto, la mayoría de sus reacciones le he copiado a lo largo de mis años.

—¿Escapó? Yo lo mato…— papá estaba por salir por la puerta cuando mamá lo detiene.

—Eric, no se te ocurra salir por esa puerta. Además, es la misma reacción que tuviste cuando te enteraste que estaba embarazada. — lo regaña mi madre mirándolo acusadoramente.

Mi padre abre la boca indignado.

—Volví —susurra siendo incapaz de gritarle a mi madre a pesar que sea un berrinche.

—Y volviste a escapar cuando te enteraste que eran mellizos — me cruzo de brazos mirándolo con una ceja alzada.

Y quería protestar cuando Julieta también habla.

—Y también cuando venía en camino yo
— levanta una mano.

🍃

¡Hola! Aquí esta el prólogo❤️

Espero que les agrade.

La familia de Rachel no es tan… normal. Ya tiene de por qué es así ella.

Los capítulos no serán tan cortos, esto es una demostración más o menos, y en el capítulo tres empiezan a subir los números de letras❤️

Sin más, nos leemos en el próximo capítulo. ❤️

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