La vida de una mujer embarazada no es nada fácil, ya que están los cambios de humor y del cuerpo, lo que incluye las alteraciones en las hormonas, apetitos raros y necesitados con urgencia, exagerados tipos de dolores que ni siquiera sabía que exist...
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Rachel.
Cuando despierto al otro día, mi espalda tuvo una increíble idea de hacerme sufrir, no aguantaba el dolor. Me deslizo hasta la orilla de la cama, quería estirar mi cuerpo, pero cualquier movimiento causaba un estiramiento insoportable.
Gruño.
Los rayos del sol que pasan por el ventanal me terminan de despertar.
Él día estaba hermoso, perfecto para ponerme un vestido y salir a disfrutar el parque. Excelente plan, Rachel, un poco inoportuno el dolor ahora.
A regañadientes busco mis pantuflas, no las encontraba por ninguna parte.
—¿Hoy no es mi día, verdad? — pregunto a la nada mirando hacia el techo.
Hago mi recorrido por la habitación, tendría que hacer una limpieza general pero últimamente no puedo estar parada más de diez minutos, sería menos si tuviera que estar pasando la escoba y levantando cosas. Antes de entrar al baño reviso mi móvil, y mi mal genio del día empeora.
La razón era que no tenía ni una llamada de Troye. Mi pregunta era, ¿Por qué? ¿Acaso se habrá enterado?
Quizás cuando lo abrace él sintió las pataditas de mis bebés, pero descarto la idea. Mis bebés siempre están quietos cuando estoy con él, es como si fueran cómplices de su madre.
Solo por eso les haré probar el chocolate a temprana edad, me lo agradecerán.
Recuerdo que hoy día tenía la fiesta sorpresa de Ashley y por eso decido hacer el esfuerzo de ponerme bonita. También quería intentar hablar con Ashley, luego de la vez que les dije que estoy embarazada, no hemos tenido ningún tipo de contacto, casi como si me estuviera evitando.
Lleno la tina con agua caliente y me sumerjo en el agua, luego de unos minutos mi espalda deja de doler y siento una tranquilidad en mi cuerpo. Mis bebés parecían dormir porque no los sentía, pero aún así empiezo a acariciar mi barriga despertándolos.
Sí, van a tener a una madre que es pesada.
Cuando ya estoy con la toalla envuelta en mi cuerpo voy a la cocina para poner agua y desayunar. Mientras, espero sentada en la mesada y metida en mis redes sociales desde el computador.
Mi móvil suena desde mi habitación y voy rápido a buscarlo, había demasiada cosas que podía ser importante para atender, por ejemplo, mi madre.
Últimamente he estado más comunicada con ella, yo le preguntaba cosas sobre el embarazo y si es normal sentir estos dolores de vez en cuando.
Troye.
Se mira en el comunicador llamando. Siento mi estómago revolver al ver que él me estaba llamando, pero no de una mala manera, cuánto daría porque fuera así.