Rachel.
El servicio meteorológico nacional de comisión nacional del agua les informa el pronóstico del tiempo, para el día de hoy, el frente frío con precipitación de lluvia provocarán vientos fuertes en el norte de la ciudad de Nueva York. Si desean dar un paseo, no olviden el abrigo y un paraguas, buenas noches.
—¿Estas seguro de que esto es buena idea? — pregunto insegura.
Troye pone una mano en mi rodilla tranquilizando mi tic de mover la pierna, le sonrío mirando directo sus ojos para decirle que de algún modo estoy bien.
— Si, cariño — asegura y el color sube a mis mejillas por el apodo que usó. Él carraspea desviando la mirada. — ¿No eres muy fan de los bosques, ¿verdad? — cuestiona un poco divertido ignorando lo que dijo, aunque que lo diga ya era una costumbre.
Suelto un pequeño psst y niego con la cabeza riendo.
— Por favor, los bosques son mis lugares favoritos, toda la vegetación que hay, los árboles tan altos y en multitud, hasta podría haber millas y nunca salir de ahí, caminar en círculos y nunca ver un edificio y solo mirar árboles... — no paro de hablar hasta que siento el apretón en mi rodilla, me doy cuenta que estaba retorciendo mis manos y agarrando el borde de mi remera. — Lo siento.
Troye desvía el auto y se detiene a un lado de la carretera.
Se gira para estar completamente frente a mí y tomar mi mejilla. La iluminación del sol resaltaba sus llamativos ojos mieles y no puedo pensar en otra cosa que en los hermosos que están hoy día.
— Bebé, tranquila, si quieres podemos dar la vuelta y solo dar un paseo por el parque — habla mirándome con seguridad.
Iba negar con la cabeza pero no quería evitar su caliente tacto bajo mi mejilla.
— No sería lo mismo — digo insegura.
— Solo tienes que estar tú para que sea igual de hermoso el momento.
Finalmente sonrío, siento las miles de mariposas en mi estómago y las dejo estar, moverse y revolotear pensando únicamente en sus palabras.
— Eso lo que has dicho fue muy lindo — digo acercándome a Troye, él también sonríe siguiendo mi juego y moverse hasta estar a unos centímetros de separación. Cierro los ojos y me dejo llevar hacia sus labios.
Siento sus manos deslizarse, una a mi cuello y hacer más profundo el beso, y la otra simplemente a mi cintura para acercarme a él. Nos besamos con la pasión que existió desde el primer momento, con la desesperación que había desde el primer juego de mirada y con el cariño que estamos sintiendo por el otro.
Me muevo hasta estar en sus piernas y acomodo mis brazos en su cuello. Cuando nos separamos jadeamos por la falta de aire.
Reímos los dos.
Escondo mi rostro sonrojado en su cuello, siento sus brazos rodear mi cintura y acariciarla.
— Es un lugar público, no debemos estar así — susurro en un tono regañador, pero sonriendo. Dejo pequeños besos en la zona hasta llegar a su marcada mandíbula.
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Un desastre con un bebé adentro.
Literatura FemininaLa vida de una mujer embarazada no es nada fácil, ya que están los cambios de humor y del cuerpo, lo que incluye las alteraciones en las hormonas, apetitos raros y necesitados con urgencia, exagerados tipos de dolores que ni siquiera sabía que exist...