La vida de una mujer embarazada no es nada fácil, ya que están los cambios de humor y del cuerpo, lo que incluye las alteraciones en las hormonas, apetitos raros y necesitados con urgencia, exagerados tipos de dolores que ni siquiera sabía que exist...
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Rachel.
Una cita a ciega.
Para mí ver, era un verdadero asco.
Encontrarse en un lugar citado, con una persona que podía ser un verdadero patán, no gracias. Mí pasión era ser una persona antisocial que alejaba a todo ser humano que se me acercara.
Y, con cada situación que he pasado en mí vida, podía estar más segura cada vez de mí opinión.
Pero...
Nunca había entendido el verdadero significado de una cita a ciega.
Cuando el primer llanto sonó en toda la sala, además de los gritos míos y de la doctora diciendo "Puja más fuerte, Rachel", cuando escuché a mí primer bebé llorar, todo mí mundo se había detenido.
El dolor seguía presente, pero cuando vi a mí pequeño Lisandro en mano de esa doctora, sentí esa emoción burbujear en mí pecho, todo lo malo, todo mal estar que había pasado en mí vida se había esfumado.
Y quizás esté sonando muy cursi, pero cuando conocí a mis tres hijos, sentí que mí vida cobró sentido, y todo estaba de color rosa.
No podía creer que esas tres criaturas hermosas y perfectas habían salido de mí, y mí función principal era enseñarles el bien, que sean una persona de un corazón blando y amoroso, que tienen que respetar a la persona a su lado, que tienen que aprender.
La sola idea de imaginarlo, hacía que una sonrisa grande formara en mí rostro.
Pero mientras, sabía que tenía que disfrutar su estatura y pacífico rostro de ángel en mis brazos.
Troye estaba a mí lado, en el cambiador, intentando cambiarle el pañal a Lisandro, a pesar de tener unos días de recién nacido, era el bebé con sus ojitos más despierto y movedizo de los tres.
Suelto una risa silenciosa, entretenida de ver qué Troye no podía contra un bebé de seis días.
Ángela en mis brazos se remueve, ella tiene la cabellera rubia, solté un suspiro al verla por primera vez, parecía a un ángel, supe que tenía que ser su nombre. También tiene unos ojitos de color miel, tan hermosos como los de Troye. Claro que no le estoy buscando algún parecido con él, pero podía soñar con que fuera su padre.
Lorenzo es el más parecido a ella, su cabello tiraba a un color oro, y sus ojitos apenas abiertos se parecían a un marrón claro, él es el más dormilón y tierno de los tres.