CAPÍTULO 17

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Sarah Cocker

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Sarah Cocker.

—Entonces haz algo estúpida, no te quedes de brazos cruzados — contesto enojada a la persona que está al otro lado de la línea.

—S-si señora, lo sien... — cuelgo la llamada rodando los ojos.

Cada personal más incompetente que el anterior.

Tendré que llamar a mi padre para hacer una limpieza de gente en la empresa. Los aumentos no se le dan a cualquiera.

Largo un suspiro y hago mi mejor sonrisa falsa antes de bajar de mi BMW Z4 recién salido del lavadero de auto. Al menos ellos hacen bien el trabajo.

Me dirijo con lentitud por el camino de piedra, odio esto por mis zapatos de aguja. Pero en algún futuro ésta casa será mía por ser la esposa de Troye y cambiaré muchas cosas de acá. Me siento desde ya complacida.

Toco el timbre y el mayordomo abre la puerta con seriedad.

—Buenos días, señorita Cocker, ¿Desea algo? — pregunta con una ceja alzada.

¿Que si deseo algo? Bufo. Él me tendría que dejar pasar directamente porque ya soy de la familia.

Le doy una sonrisa falsa.

—¿Está la señora Magazzani? — pregunto mirando por atrás como las empleadas hacen su trabajo, pero sin señal de Silvia, la madre de Troye.

—La señora Magazzani se encuentra ocupada, tendrá que venir en otro momento.

—Pues le dices que llegué yo — respondo clavando la vista en sus ojos y viendo que se pone nervioso. Paso por su lado entrado por completo. Recorro la vista por la gran mansión y paro en la sala.

Recuerdo que Troye me propuso matrimonio ahí mismo frente a nuestras dos familias y uno que otro fotógrafo contratado de las revistas más prestigiosas del país.

Sé que los padres de ambos tenían preparado todo, y también sé que Troye no me quiere de la forma que yo lo quiero a él.

Pero aún es demasiado temprano, y puedo asegurar con todo lo que tengo que él me va a amar, su amor por mi será tan grande y envidiable.

Como si no me llamara Sarah Cocker y consiguiera todo lo que deseo.

Pero él está tocando fuego al fijarse en la pobre chica, su apellido ni siquiera es conocido entre nuestro círculo.

Pienso que sólo es un capricho más de su parte, pero su mirada dice otra cosa, él tiene que olvidarla.

Aún así tengo que asegurarme con Silvia, ella estará de mi lado...

(...)

Narra Rachel.

—Mierda y mierda — suelto enojada tratando de agarrar mi llave de mi grande bolso ¿por qué decidí traer mi bolso más reluciente?

Un desastre con un bebé adentro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora