CAPÍTULO 19

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Troye

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Troye.

—Buenos días, señor Magazzani. — recibo de inmediato el saludo de mi asistente, Manuel.

—Hola Manuel, ¿como has estado? — pregunto casualmente deteniendo mi caminata en su escritorio, el cual está a unos metros de mi oficina.

Manuel sonríe tímidamente, pienso que no está acostumbrado a estos tratos con sus ex's jefes.

Si hay algún tipo de personas que repudio, es a las personas que creen que por tener el poder de una empresa o así mismo están en un rango más alto, que pueden tratar como si no fuesen nada sus empleados.

Sabiendo que sin esos empleados no serían nada por la gran ayuda que aportan cada uno.

—Bien, he estado muy bien, ¿y usted? — responde de inmediato con nerviosismo. Ya se acostumbrará.

Sonrío, sin dudar mucho en pensar en esa persona que aparece en mi mente cada cinco segundos. Una retorcida idea también tenía mente, invitarla a una cita.

Mi corazón se infla.

—Me alegro, Manuel, yo he estado igual de bien.

Y aún con la sonrisa radiante sigo mi camino a mi oficina cuando escucho nuevamente el llamado de mi asistente.

—¿Si? — pregunto confundido.

—Lo siento, olvidé avisar que llegaron las revistas —anuncia con una mueca de pena.

"Las revistas" las que se encargan de hablar lo peor de mí como si me conocieran mejor que nadie. Como si tuvieran el derecho de hacerlo. Las que se dejan llevar por el rumor de que soy una horrible persona.

Forzo una sonrisa en mí rostro y le respondo: —Gracias, Manuel.

Entro a mi segundo lugar favorito.

Es curioso porque el primer puesto aún no descubro.

Lo primero que observo al entrar en mi tablero de dibujo, el cual descansa un nuevo modelo de auto todavía no terminado. Y muchas fallas echas en bolas de papel que dejé anoche.

Cuando me encuentro feliz tengo mucha inspiración, lo que no pasaba hace meses.

Él comicador suena y toco el botón mientras dejo la chaqueta en mi sillón.

—¿Si?

Miro alrededor, a través de los ventanales reflejaba como se presentaba el día nuboso.

Señor Magazzani, en la línea está su hermano.

—Okey, gracias, Manuel — respondo y cuando corto suelto un resoplido.

Cuando trato de sentirme listo respondo la llamada de Luca.

¡Hermanito!

¿Sabes que soy mayor que tú, verdad? — hablo divertido mientras me siento en la cómoda silla.

Un desastre con un bebé adentro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora