Epílogo.

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Miró su camisa blanca y el pantalón del mismo color, sonriendo pensando en cómo Taemin lo había vuelto a arrastrar hasta la playa, y no era que no le gustase, pero todavía no podía creer que continuara haciendo las cosas que hacían feliz a su Bonito, porque con el paso de los años sólo quería complacerlo más y más, sobre todo cuando la casa empezó a sentirse vacía cuando sus hijos se casaron, aunque Tae Ho los visitaba todos los días, y seguía diciendo que su papá Taemin era suyo, que era algo que ni siquiera podía causar celos en él porque ver a su hijo menor era como volver en los años porque su hijo era un fiel retrato de su Bonito, aunque secretamente creía que su esposo era mucho más guapo que su hijo, sin importar que el paso de los años hubieran creado arrugas en su piel, él seguía viéndolo igual de hermoso que cuando lo conoció.

Se apoyó en la barandilla del balcón del hotel en el que estaban quedándose, no estaba seguro de la razón de que su esposo le hubiera impuesto que utilizar la ropa que llevaba, pero no era incómoda, de hecho resultaba perfecta para el clima de la playa, aunque en ese momento quisiera saber con exactitud en donde se había metido su Bonito, porque hace un par de horas lo había perdido de vista, a pesar de que quiso acompañarlo cuando le dijo que haría compras, pero su esposo se negó.

Escuchó el sonido de su móvil en alguna parte de la habitación y tuvo casi vaciarla para encontrarlo bajo la almohada, viendo el nombre de su esposo registrado en la pantalla, frunciendo el ceño por un momento, porque casi lo podía ver con miles de compras para la familia, y eso sí que era mucho, porque tenían que llevar regalos para sus hijos y sus nietos, además de que debían de llevar regalos para Ki Bum y su familia quienes sumaban un total de treinta y cuatro regalos y eso iba a ser un poco difícil de llevar con ellos, pero estaba seguro que Taemin encontraría la manera porque nadie iba a quedarse sin su regalo de la playa.

—Bonito, ¿en dónde estás? —dijo al descolgar la llamada.

—Min Ho ven a la playa, estoy esperándote en ella.

—Bonito...

—Quiero que veamos el atardecer desde aquí, apresúrate o empezaré a creer que los años han sido crueles contigo que no puedes venir rápido.

—¿En qué parte de la playa estás?

—Enviaré a alguien a buscarte, creo que es mejor para que no te pierdas, no quiero a mi esposo extraviado.

—Bonito...

Sin embargo la llamada terminó al mismo momento que la puerta de la habitación fue golpeada, lo que para Min Ho fue más extraño y a pesar de eso se dirigió a abrirla, sorprendiéndose cuando vio a Kyu Woo, el primer hijo de Se Hee, quien no debería estar ahí, y a pesar de eso le estaba sonriendo.

—Hola abuelo —el joven le sonrió —el abuelo Taemin me pidió que viniera por usted.

—Kyu Woo, ¿qué haces aquí?

—Bueno —el joven amplió su sonrisa — me escabullí de mis padres y le pedía al abuelo Taemin que me aceptara con ustedes —su sonrisa desapareció —¿abuelo, no te molesta verdad?

—Claro que no, sólo estoy sorprendido.

—Entonces no hagamos esperar mucho al abuelo Taemin que la puesta de sol no es eterna y no me gustaría dejarlo solo por mucho tiempo.

Min Ho tuvo que seguir a su nieto hasta el ascensor, y luego al auto que él reconocía como el de Hyo Wan, pero no se quejó cuando ni preguntó demás mientras era llevado a una parte de la playa que no era tan concurrida, y por un momento había sentido que se alejaban más de la ciudad empezando a preguntarse cómo había sido que Taemin llegó tan lejos, aunque con Kyu Woo ahí no era muy difícil de imaginarlo.

Mis pequeños traviesos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora