Capítulo 28.

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Aunque no les hubiera dicho nada a sus padres, a Hae Woo le tranquilizaba que Rachael y Tae Ho hubieran quedado en el mismo año en el kínder, porque sabían que se protegerían el uno al otro, casi como habían sido él y Se Hee, con quien su relación había vuelto a ser la misma de antes, eran casi inseparables a excepción de cuando su hermano tenía las citas con su novio y volvía estando en las nubes, porque cada vez que regresaba a casa parecía más enamorado que cuando salió con a su cita con Hyo Wan.

-Hae Woo -habló Jin Ri, una de sus compañeras de trabajo -¿podrías llevarle un late al gerente?

Hae Woo hizo una mueca de desagrado ante aquello, y sabía que si su compañera le había dicho la palabra "podrías" era más para no sonar como una superior, porque no lo era, pero aquel late debía ser llevado por él porque de seguro el gerente así lo quiso, ya casi podía escuchar su voz pidiéndole a la chica que fuera él quien llevara su late, y ciertamente él no entendía la razón de que no saliera de su oficina y tomaba su late como los clientes, incluso tenían una bonita vista hacia un parque, pero no, él hombre quería que llevaran su café a la oficina, como si quisiera recordarles que era el gerente, un mérito que Hae Woo no le daba ya que era un joven sólo dos años mayor que él y si tenía el puesto de gerente se debía a que su padre era el dueño.

Luego de preparar el late, Hae Woo lo llevó en una charola pequeña a la oficina del gerente, golpeando suavemente la puerta para después escuchar la voz de Shin Wok, el gerente diciéndole que podía entrar, y al hacerlo vio al hombre detrás de su ordenador, parecía muy entretenido en lo que fuera que hacía, y Hae Woo casi había creído que se trataba de un trabajo muy importante si no hubiese escuchado los disparos de un videojuego que le recordó que a pesar de ser dos años mayor y el gerente de esa cafetería, Shin Wok sólo era el niño mimado de papi, que parecía haber sido complacido con ser el gerente del lugar.

-Aquí está su late -dijo colocándolo sobre el escritorio, y después se giró para volver a salir.

-Hae Woo, quédate un momento por favor -el chico Choi suspiró antes de girarse y enfrentar al gerente -siéntate.

Lo hizo, viendo como su jefe cerraba la pantalla de su ordenador y bebía de su late, cerrando su ojos como si fuera la cosa más deliciosa que hubiese probado, pero parecía que pocos segundos después recordó a Hae Woo.

-¿Pensaste en mi invitación? Lo de salir a una cita conmigo.

Hae Woo apretó los labios y posó su mirada en cualquier lugar de la oficina menos en el chico, lo había hecho y su respuesta seguía siendo la de hace medio años atrás, pero a diferencia de todos esos meses, creía que tenía el plan perfecto para alejarlo de él, y aunque en un principio había sido presentárselo "de casualidad" a su papá, el plan quedó de lado cuando se dio cuenta que su papá estaba Min Ho ya no era tan temerario como antes, quizás porque se había rendido a oponerse que sus hijos siguieran creciendo y que tuvieran pareja, porque Na Na en el último año había presentado a tres novios y eso porque al primero su papá los descubrió besándose en la puerta de la casa, al segundo fue Hyung Su quien la descubrió y su hermano casi armaba un escándalo y al tercero su llegó diciendo "es mi novio", y sólo se había encogido de hombros al hacerlo.

Pero Hae Woo sabía que no sólo era porque su papá Min Ho se hubiera vuelto más flexible con respecto a las parejas, sino luego de que fueran al pueblo natal de su papá Taemin había vuelto más protector con él, que incluso llegó a pensar que otra vez estaba embarazado a pesar de saber que no era nada recomendable que su papá tuviera otro hijo, ya con Tae Ho pudieron haber riesgos, y el doctor había dicho que un quinto parto lo más probable era que no pudiera resistirlo, pero ya no sabía qué pensar de sus padre, así como había escuchado en el último tiempo a su papá Min Ho decir que sólo quedaba un año más para que cumplieran sus veinticinco años de casados y pudieran tener sus bodas de plata, sin embargo su papá Taemin le estaba respondiendo con un "piensa en tus acciones" que nadie lograba entender.

Mis pequeños traviesos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora