Capítulo 12.

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Encontrar a Ji Soo no fue complicado y más si ella no había cambiado demasiado físicamente. En realidad sólo tuvo que vigilar un poco más a sus hijos para darse cuenta de que ella estaba casi siempre alrededor de ellos, sin embargo acercarse a ella sí que lo sintió así, él no se sentía preparado para enfrentarla después de años, porque la última vez que la vio fue en el centro comercial junto a Jae Bum, cuando ella no mostró ningún interés en siquiera acercarse a su hijo y que ahora apareciera reclamando sus derechos no era justo, no porque él hubiera tenido que hacerse responsable de su hijo sin ella presente, porque aquello ni siquiera fue un problema si tuvo a Taemin a su lado, sino que hiciera las cosas como ella creyó que era mejor abandonándolo y ahora apareciendo.

Ni siquiera tuvo tiempo de acercarse a ella cuando la vio subir a un taxi, y ese día estaba decidido a terminar todo, a que dejara en paz a su familia, porque Taemin había sido muy claro al decir que la quería lejos, aunque dejó de culparlo al día siguiente de haberlo dejado durmiendo fuera de su habitación, pero había dado un ultimátum acerca de la presencia de Ji Soo cerca de su familia, y parecía que todas las peleas evitadas a lo largo de esos años podrían llegar por causa de ella porque jamás había visto a Taemin tan distante de él, incluso cuando tenían peleas que parecían comunes en el matrimonio pero al final lograban arreglarlas, pero ahora Taemin estaba evitándolo, incluso se había sido él quien varias veces se colocó en la habitación de sus hijos con la escusa de que se aseguraría de que estaban durmiendo bien pero al final no regresaba a la habitación.

Aparcó su auto cuando vio al taxi detenerse y la puerta abrirse, observando a Ji Soo bajar y dirigirse a la puerta de la casa frente a la que había bajado, haciendo que se apresurase en ser él quien bajara porque no quería que ella fuera a entrar en la casa y después quizás no la pudiera ver y hablar con ella, aunque tampoco tenía muy claro lo que diría, sólo quería que dejara tranquila a su familia.

—Ji Soo —la llamó antes de que ella entrara en la casa.

La vio girarse lentamente y la sorpresa en su rostro fue notable, porque ella no se había esperado ver a Min Ho, no frente a su casa, y mucho menos cuando ella pretendía acercarse a su hijo y convencerlo de que lo mejor era que fuera a vivir con ella, y que creciera junto a sus hermanos que sí llevaban su sangre, que estuviera con a una familia normal y no con dos gays que ella creía que no iban a aportar nada bueno en la vida de su hijo. Ella había tomado ese tipo de decisiones cuando decidió que quería conocer a su hijo, porque Ji Soo ahora lo quería a su lado a diferencia el pasado.

—¿Qué haces aquí? —la molestia en su voz fue notable.

—Necesitamos hablar —Min Ho la miró seria —acerca de Se Hee.

El rostro de Ji Soo se endureció y observó hacia la puerta de su casa, esperando que nadie hubiera escuchado que ella ya había llegado, porque aquella decisión de conocer a Se Hee era sólo suya y nadie más sabía de eso, era como su pasado obscuro, del cual había tenido que hablar con su esposo porque si pretendía que su hijo se uniera a su familia él debía saberlo, y había sido aceptada su decisión, sin embargo otras personas fuera de eso no lo sabían y ella prefería que continuara así, porque ella y su esposo podrían hacer pasar a Se Hee como si lo hubieran adoptado y nadie tenía que saber que ella trabajó como bailarina en un bar y que tuvo un hijo al enredarse con un compañero de trabajo, eran cosas del pasado; Min Ho también pertenecía a ese pasado y lo tenía frente a él.

—No creo que tengo nada que hablar contigo.

—Creo que hay mucho de qué hablar —Min Ho dio pasos más cerca de ella —empezando porque decidiste aparecer en la vida de Se Hee después de catorce años de que lo hayas abandonado.

Mis pequeños traviesos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora