Hoy Evan tuvo una reunión muy importante que le llevó unas cuantas horas por lo que no pudo venir a buscarme a clase pero como buena empleada y como el instituto está al lado fui caminando. Cuando llegué a la planta me encontré la mesa de la rubia de bota vacía y la puerta del despacho levemente abierta.
Estaba a punto de entrar cuando la voz molesta de mi chico me alertó. Me acerqué sin hacer ruido a la puerta y escuché atenta lo que decía.
—Joder Stephanie —gruñó molesto—. Te he dicho que no quiero nada contigo.
—Claro que quieres, no mientas —dice poniendo una asquerosa voz melosa.
—Que no quiero Stephanie, entiéndelo de una vez —espeta enfadado—. Suéltame.
—¿Por qué me rechazas? Tu me atraes y yo sé que yo a ti también. No lo ocultes más.
Me mordí la lengua para evitar entrar de golpe y arrancarle la cabeza a la barbie operada esta. Me pegué mas a la puerta para oír lo que le decía mi hombre.
—No me atraes, Stephanie. Te lo dejé muy claro muchas veces.
—Si que te atraigo, puedo notarlo —grita la rubia de bote.
—Que no joder —bufa molesto—. Dios vas a conseguir que haga un boto de castidad si sigues insistiendo.
—No hablas enserio. No me importa que seas mi jefe seremos profesionales.
Estúpida rubia de bote. ¿Que no entiende de NO? No es muy difícil son dos letras n y o.
—Maldita sea Stephanie, sal de mi despacho ya —dice entre dientes—. No me obligues a sacarte a la fuerza.
—¿Por qué no quieres salir conmigo?
Joder, pero que insistente es la tía por dios.
—Porque tengo novia joder —grita Evan llevado por la ira.
Ese es mi hombre, alejando rubias de bote desesperadas.
Espera. Ha dicho que tiene novia, y yo soy su novia. Y se suponía que era un secreto. Bueno no dirá que soy yo pero no hay que ser muy listo para darse cuenta que soy yo. Solo hay que sumar dos y dos.
Que digo, no corremos peligro de que la rubia de bote se entere.
—Ah, eres tu —estaba tan sumida en mis pensamientos que no me había dado cuenta que la puerta se abrió y Stephanie está delante mía mirándome con asco.
—Te he dicho que no le hables así —dice muy cabreado Evan detrás de la perra robanovios.
Entro al despacho cerrándole la puerta en las narices a la perra. Evan se deja caer en su silla cerrando los ojos poniendo sus dedos en el puente de su nariz suspirando frustrado.
—Supongo que lo has oído —dice abriendo los ojos que se han apagado y parecen tristes.
Me acerco a el despacio y me siento en sus rodillas.
—Hoy ha sido un día muy estresante —acaricio su mejilla dándole una cálida sonrisa sin dientes.
Me acerco a su boca y la beso despacio disfrutando de su sabor a café. Su brazo rodea mi cadera pegando a el y oigo como gime en mi boca.
—No sabes cuanto necesitaba un beso tuyo —murmura acariciando mi pelo—. Siento lo de Stephanie. Casi acaba con mi paciencia.
—No pienses mas en ello —digo con dulzura jugando con el pelo de su nuca.
—Estoy harto de que intente besarme —bufa y siento mi sangre hervir bajo mi piel.
—¡¿Que?! —grito—. Será zorra.
—Tranquila Angel, nunca me ha tocado —me dice Evan agarrándome con fuerza para que no me levante y le patee el culo a la barbie polioperada.
—¿Lo prometes? —digo de forma infantil levantado mi meñique.
Evan se ríe pero entrelaza su meñique con el mio antes de decir:— Lo prometo.
Me apoyo en su hombro y cierro los ojos unos segundos disfrutando el momento.
Como odio a ese perra. Nadie besa a mi hombre salvo yo. Sus labios, sus ojos brillantes, su pelo revuelto, su nariz pequeña y fina, sus mejillas rosadas, su cuerpo perfecto y todo es mio. Solo mio. Y de nadie más. nY esa zorra no sabe con quien se está metiendo. Como que me llamo Amber Donovan que vas a lamentar tus intentos baratos de seducción contra mi hombre.
A mi chico no le van las rubias teñidas, a el le gustan las naturales. Y no le van las zorritas de piernas abiertas.
—En eso tienes razón —la voz de Evan me saca de mis pensamientos.
—¿Que? —pregunto levantando la cabeza.
—Me gustan mas las rubias naturales —dice acariciando mi pelo.
Mierda había hablado en voz alta y no me dí cuenta.
—Sigues haciéndolo ángel —dice mi novio riéndose de mi—, pero si, me atraen las rubias naturales y puras como tú.
Oh, es tan adorable. Me lo comería ahora mismo. Pero esto si puedes decirlo en voz alta.
—Eres tan adorable —digo dándole un golpecito en la punta de su nariz. Hasta su nariz es adorable, pequeña y recta.
—Y tu eres perfecta.
Sus preciosos ojos azules por fin volvían a brillar. Esos preciosos ojos zafiro, tan llenos de alegría tan sumamente penetrantes y embriagadores que con solo una mirada me tienen a sus pies.
Mi chico ya esta de mejor humor y eso me ponía muy feliz.
—Te he traído algo —digo feliz.
—¿Ah sí? ¿El que? —pregunta curioso.
Me levanto y rebusco en mi mochila escondiendo su regalo tras mi espalda.
—Antes de dártelo quiero algo a cambio —digo acercando mi mejilla a el para que me de un beso. En su lugar me agarra la cara y estampa sus labios contra los míos—. Si que tienes ganas de ver tu regalo.
—Jamás desaprovecho la oportunidad para besarte —no puedo quitarme la sonrisa de a cara—. ¿Me das otro beso?
Sus lindos pucheros me desarman y le doy un gran beso. Me siento de nuevo sobre el sin separar nuestro labios y sonrío en medio del beso.
Al separarnos le muestro la caja y el ríe antes de decir:— ¿Chips ahoy?
—Sii —digo dando palmitas como una niña—. Las oreos son mías —digo poniéndome seria de golpe para parecer intimidante.
—Y tu eres mía —me dice escondiendo su cara en mi cuello haciéndome cosquillas.
Adoro venir al trabajo solo para estar así con el. Son los mejores y mas perfectos momentos de mi vida.
Soy tan feliz, y espero que la felicidad dura para siempre cosa que dudo.
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Atracción sin limite ✔️ (Atracción #1)
AléatoireGuapo, joven, soltero con perfectos abdominales y penetrantes ojos azules. ¿Quien puede resistirse a eso? Uno de los mejores socios de mi padre y mi mayor pesadilla. Con ese perfecto y musculosos cuerpo se cuela en mi sueño y me hace sentir todo y...