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« El viento sopla diferente ésta primavera. El perfume de los cerezos floreciendo, no puedo sentirlo como antes. Me siento distraído, desorientado ¿Qué es ésta sensación en mi pecho? ¿Qué es éste presentimiento? »

— Kuroo... —su voz me trajo a la realidad. Mi mano arrugaba mi campera a la altura de mi pecho, y su mirada por fin despegada de su Playstation portátil me miraba con una gota de confusión — Súbete al tren o lo perderemos.

« Claro, estamos en la estación yendo a nuestro primer día de clases. Tal vez es eso lo que me pasa: Mi último primer día en el Instituto Nekoma. No creí que lo sentiría tanto hasta hoy.

Hasta el paisaje que pasa del otro lado de la ventana se está tornando gris. Aparentemente lloverá.

Tetsuro, regresa a la Tierra y deja de volar. »

💫

— ¿Estás segura de ir sola, Naru?

Su hermano la miró con duda mientras le pasaba el bento que había preparado para su almuerzo.

— Estaré bien. Además el celular que me diste tiene un mapa de todo Tokyo. Sería muy torpe si me perdiera.

Rió nerviosa aproximándose a la puerta, ya que lo más probable era que eso pase.

Terminó de calzarse y salió recibiendo el aire fresco directo en su rostro y filtrándose por las finas medias negras que vestían sus piernas debajo de la falda de igual color.

— ¿Por qué no hay uniformes con pantalones para las estudiantes friolentas como yo?

Murmuró maldiciendo al dios que mejor representara la última oleada de frío en Abril.

— Estoy seguro de que es lo que menos extrañaste mientras estabas en Australia.

Susurró con pena, pero ella llegó a oír, mirándolo con incredulidad para evitar un incómodo momento.

— Pues, no lo sé. Pero es lo más probable.

Él se dio cuenta de aquello y no pudo evitar sentirse mal.

— Lo siento.

— No seas tonto. —golpeó levemente su hombro, pero no consiguió sacarle una sonrisa— Te avisaré ni bien llegue ¿Si?

Haruka asintió y despeinó su largo cabello azul oscuro con dulzura.

Si, ya sé que dirán. "¿Qué no era «hermano»?" Si, lo es, pero su nombre es de mujer. Vaya a uno a pensar que pasaba por la cabeza de sus padres a la hora de ponérselo.

— Ten cuidado por favor.

Tras un beso en su frente la dejó ir sin estar totalmente seguro de no haberla acompañado. Era la primera vez que salía sola después de aquello. Pero ella insistió tanto que de alguna manera consiguió convencerlo.

Su primer dia de clases, literalmente, había comenzado.

.
.

—  Buenos días. Mi nombre es Nanase Narumiko y vengo de una preparatoria en Australia. Espero que nos llevemos muy bien.

Agachó su cuerpo unos setenta y cinco grados y se enderezó al oír la voz de su profesor.

— Bienvenida a la academia Fukurodani, señorita Nanase. Por favor, tome asiento.

Recuerdame cuando llueva en Noviembre | Kuroo TetsuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora