No existían estrellas más hermosas que aquellas que eran capaces de iluminar mucho más que la Luna misma, excepto su mirada. Las dos estrellas mas grandes de la galaxia, o mejor dicho: de su galaxia. Esas que en ese momento lo miraban deleitandolo al punto de temer por perderlas de vista o mismo que se apaguen obligándolo a despertar de aquel sueño. En sus ojos azules llevaba un cosmos infinito, lleno de misterios como también de miedo y de soledad.— ¿Kuroo? Me asustaste, no te sentí llegar.
Su mirada perdida en el agua bajo sus pies volvió en sí al sentir su presencia. El muchacho se quitó sus zapatillas, se acercó dando pequeños pasos y se sentó a su lado imitando su posición: abrazando sus rodillas y dejando caer los dedos de sus pies por el borde de la piscina sin tener contacto con el agua.
Ella sonrió tímidamente y volvió su mirada a sus pies.
— Lo siento, no fue mi intención asustarte.
Naru negó con su cabeza restándole importancia. Kuroo mantenía sus ojos fijos en la nada misma frente a él, no se atrevía a mirarla pero el silencio que se generó no lo deseaba.
— Es preciosa ¿cierto?
Nanase lo miró rápidamente con sorpresa y él giró al mismo tiempo su rostro hacia el otro lado, no dejando ver como sus mejillas se habían ruborizado un poco.
Ella sonrió mirando esta vez el cielo estrellado sobre su cabeza donde pequeñas nubes comenzaban a salir, vaya uno a saber de donde, cerrando lentamente el telón de una hermosa noche clara.
— Nadar aquí con ésta vista, ha de ser un sueño hecho realidad ¿no lo crees?
Tetsuro levantó su mirada y se dejó deleitar por tal postal. Inevitablemente rodó sus ojos hasta llegar a su perfil y una vez más quedar hipnotizado por como sus pupilas reflejaban al igual que un espejo aquellas estrellas, tal como el agua bajo sus pies. Era simplemente hermoso.
Pero fue entonces cuando pudo ver una triste sonrisa decorar sus labios a la par que sus ojos volvían al agua. Kuroo quería hablarle sobre aquello pero temía echarle sal a la herida. Sus labios se separaron para dejar ir algunas palabras, pero fue callado por su voz.
— La capitana del club de natación me regaló hace unos meses una copia de la llave de la piscina de mi escuela. — el azabache le prestó total atención, ella no lo miraba — Me pidió por favor que me uniera para ayudarlos a entrenar. Ella aún sabiendo, de alguna manera, sobre mi condición me lo pidió y yo... lo rechacé. Nunca me sentí tan débil y cobarde como en ese momento.
Sus manos, abrazando sus piernas hicieron presión al punto de marcar sus nudillos. Kuroo pudo sentir su impotencia.
— No te voy a mentir... —prosiguió— alguna que otra vez me he acercado al pabellón a observarlos desde afuera, pude ver como entrenaban duro, se lanzaban una y otra vez intentando mejorar cada error que veían en sí mismos y... algo en mi pecho se encendía, calor que me llamaba a gritos, pero solo terminaba reprimiéndolo y huyendo de allí.
Una leve brisa se elevó y sus cabellos se sacudieron al igual que las nubes en el cielo, cerrando el telón bajo pequeños destellos a lo lejos.
— ¡Lo siento! No sé porqué empecé a hablarte sobre esto. —lo miró avergonzada mientras él la miraba con confusión — Debes pensar que estoy loca...
Murmuró esquivando su mirada más para sí misma pero él llegó a oírla. Tragó con pesadez y un hilo de silencio los coronó dejando el sonido de las hojas bailar bajo el ascendente viento y el olor a futura lluvia embriagando sus fosas nasales.
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Recuerdame cuando llueva en Noviembre | Kuroo Tetsuro
Fanfiction« Siempre estarás en mí. » « Siempre estaré en ti. » portada: fanart by ミッキー マウス