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Volvieron a soltarse las manos lentamente y Naru se encargó de romper el hielo.

— Creí que llegarías con Kenma, digo porque ayer dijeron que eran vecinos.

Kuroo asintió retomando la cordura.

— Si, pero tuve que pasar primero por el trabajo de mi padre. Le dije que me adelantaría.

— Entiendo.

Otra vez esa sonrisa dulce. Kuroo se vio obligado a esquivar la mirada con pena y ella pudo notarlo con confusión.

— ¡Hey hey hey! —una estridente voz llegó a su lado y se trataba nada más y nada menos que de Bokuto junto a Akaashi y Kenma— Que coincidencia, ya se encontraron ustedes dos.

Ese "que coincidencia" le hizo un fuerte ruido a Tetsuro pero lo ignoró.

— La coincidencia es que ustedes tres llegaran juntos.

Contrarrestó Nanase llevando una mano a esconder una socorrona risa. Bokuto hizo muecas de no comprender.

— Akaashi y yo siempre estamos juntos, a Kenma lo encontramos al bajar del tren. 

Keiji le dio un leve codazo a su compañero dejándolo apenas sin aire, aunque obviamente Bokuto lo exageró. Suponiendo que creerían cualquier cosa de aquel comentario.

Aquello también le hizo reír.

— Bien, entonces ¿qué haremos?

Curoseó Nanase y comenzaron a caminar con la idea de recorrer los barrios de los alrededores. Repitieron juntos el gran cruce, fueron a almorzar a un restaurante de sushi dónde ordenabas a través de una pantalla táctil y el pedido llegaba por una pequeña cinta transportadora a un lado de la mesa. Eso enloqueció a Narumiko al punto de comerse siete platos de tres piezas ella sola. Estaba eternamente satisfecha. Siguieron caminando y tomándose muchas fotos hasta llegar al gran y sublime Skytree en el barrio de Asakusa.

Subieron a la galeria de la cima, dónde un hermoso panorama de la ciudad los tenía maravillados. Nanase no dejaba de caminar costeando el enorme vidrio de 360°, la vista era impresionante. Se detuvo un momento al poder ver de fondo como levemente el ocaso se apoderaba del cielo y a su lado el Monte Fuji asombraba el paisaje muy a lo lejos. Observaba aquella imagen con total fascinación hasta que por un segundo sintió todo aquello desaparecer y sólo ver mar, una costa y pocos edificios frente a sus ojos. Fue un flashback.

— ¿Estás bien? De repente tu cara cambió por completo.

Akaashi la miró con preocupación al llegar a su lado junto con el resto.
Nanase asintió y señaló hacia la base del monte más grande de Japón, la cual, debido a su actual posición, era cubierta por edificios.

— Por un momento creí ver una playa allí debajo. Mar azul hasta el horizonte, arenas blancas y —señaló un poco mas abajo— algunos edificios más altos allí.

Los chicos ladearon sus cabezas, pero no tardaron en comprender lo que estaba pasando, alegrándose totalmente por eso.

— ¡De seguro fue un recuerdo de Australia!

Se emocionó Koutaro dando pequeños brincos en su lugar. Nanase lo dudó.

— Pero yo no recuerdo haber tenido una visión así. No al menos luego de ser dada de alta y trasladada a Japón.

Eso sólo quería decir una cosa, y era que fue un recuerdo previo al accidente, un recuerdo inconsciente. Pero entonces la ficha le cayó a Narumiko.

— Esperen un segundo... —los miró uno por uno— ¿"Un recuerdo de Australia"? ¿Acaso mi hermano les contó algo de lo que me pasó?

Los tres se tensaron a tal punto de sólo mirarse entre sí sin saber que responder. La muchacha se veía algo molesta al respecto y eso solo dificultaba más la búsqueda de palabras.

Recuerdame cuando llueva en Noviembre | Kuroo TetsuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora