El atardecer cayó en la academia Fukurodani. El paso de los días lentamente comenzaba a borrar las huellas de un eterno Junio donde el verano cada vez era más latente.Caminaba de un lado a otro frente a la puerta del gran pabellón. Ya nadie quedaba por allí y sus amigos tenían partido de práctica por lo que estaba completamente sola en el lado oeste de la escuela.
Dio un último suspiró y miró el picaporte como si le interrogara sobre todos esos sentimientos que revoloteaban en su cabeza al intentar insertar la llave.
Chasqueó su lengua molesta y pegando internamente un grito de guerrera introdujo la llave y entró corriendo hasta el borde de la gran piscina. El agua callada, los flotadores divisores quietos; hacia un par de horas que el club de natación había abandonado el lugar, pero aún así no podía dejar de cuestionarse si el intentar amigarse con el agua era una buena idea haciéndolo sola. Aceptaba que no quería que alguien la vuelva a ver como Kuroo lo había hecho, no le deseaba a nadie pasar un momento con ella en pleno estado de pánico, reconocía que era doloroso e incómodo.
Dejó su morral tirado a un lado, se quitó sus zapatos y se acercó con pequeños pasos a uno de los puestos de salto. Inconscientemente había escogido el número cuatro, el mismo por el que Haruka había competido hacía un mes atrás.
Su corazón comenzó a palpitar, sus sentimientos comenzaban a atacarla de nuevo en el mismo instante en el que las imagenes de su hermano entrando al agua moviendo todo a su alrededor la llenaron de adrenalina.
Ni bien ella pusiera un pie allí, el agua la atacaría y eso la llenaba de inseguridades.
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.El balón rebotaba sobre su cabeza con el efecto de rotación que le daban sus manos. La práctica había finalizado y ese día había tomado la decisión de aparecerse por el Fukurodani con la esperanza de verse con Narumiko, ya que hacia varias semanas que no se la cruzaba. Aquel día había decidido aclarar el gran error que había cometido al decirle que ellos no se conocían de antes. Tal vez no ser tan directo con lo que fue su historia en el pasado, sino empezar simplemente con aquello, que ellos en algún momento habían sido grandes amigos.
Llegó a la academia bajo el ocaso, tras la huida de un Kenma en busca del lanzamiento de un nuevo videojuego, pues él había tenido suerte de verla hace unos días atrás. Esperanzado con que el club de voleibol estuviese finalizando su práctica y ella esté ahí con sus amigos, se adentró cautelosamente, una corazonada le decía que les diera una grata sorpresa, pero al llegar al gran pabellón del club, éste estaba cerrado. Se sorprendió a la par que se lamentaba, no había tenido suerte.
O al menos eso creyó, dirigiendose a la salida no pudo evitar cruzarse con el pabellón donde estaba la piscina. La puerta abierta había captado su total atención. Se acercó con cuidado ya que temía ser atrapado por algún directivo y al asomarse pocos centímetros hacia dentro, para su sorpresa, sus ojos se toparon con una Nanase descalza, con su uniforme puesto parada frente a uno de los puestos de salida.
Su alma se heló, tal vez inconscientemente esperaba encontrarla allí pero no sola ni en ese estado de estar mirando con terror y lágrimas el agua frente a ella. La vio fruncir el ceño y tras un pestañeo con sus ojos completamente cerrados comenzó su carrera para saltar directo al agua totalmente cegada.
La rápida reacción de Kuroo tras gritar su nombre la obligó a detenerse en seco dándole un gran susto, pero ya era tarde, su último paso estaba fuera del borde y ella lo miró bajo una suplicante mirada antes de hacer contacto de perfil con el agua.
Kuroo inmediatamente tiró su bolso a un lado y se lanzó desesperado tras ella. Luego del efecto por el zambullido, logró aclarar su visión y verla con los ojos cerrados tocando fondo. Él estiró su brazo y consiguió rodear su torso aferrandola a su cuerpo dispuesto a subir a la superficie, pero ella ejerció fuerza en sentido opuesto, hundiéndolos más. Kuroo se sorprendió ya que se dio cuenta de que ella estaba consciente y se negaba a subir.
Los brazos de la muchacha rodearon su cuello mientras escondía su rostro en el hueco de su hombro. Se aferraba buscando fuerzas de resistencia, el azabache pudo entenderlo e iba estar ahí lo que fuese necesario para que ella consiga encontrar la calma, o al menos hasta dónde le dé la contención de aire.
El muchacho optó por cerrar sus ojos lentamente relajando su tensionado cuerpo dejándose abrazar por el agua y por ella, que luego de unos cinco segundos estaba en calma. Se alejó unos centímetros para poder ver su rostro y sus ojos aún estaban cerrados, comenzó a preocuparse por lo que llevó una de sus manos a su mejilla y frente a su tacto ella lo miró finalmente. Sus pupilas estaban brillando, tal vez el reflejo de la luz externa le daba ese efecto del sol escapandose de las nubes luego de una tormenta, tan tenue que podías mirarla por horas y sentir tanta paz que temerías por sentirte tan vivo.
Ella atrapó su mano aún depositada en su mejilla y la acarició levemente como si estuviese agradecida por su tacto. Kuroo vio las malditas estrellas terminando de matar el poco aire que aún podía conservar en sus pulmones. Narumiko pudo verlo por lo que empujó a ambos a la superficie.
Sus respiraciones agitadas, su cuerpo aún escondido entre sus brazos intentando recomponer el aire.
— ¿Estás bien? —apenas pudo modular y ella apenas pudo asentir.
Volvió a aferrarse a su cuerpo con cuidado como si fuese un salvavidas. No había desesperación en aquella acción por lo que Tetsuro relajó sus nervios y le correspondió con igual calma.
— El agua... no me está atacando.
La oyó susurrar con voz ronca y un dejo de alegría. Él podía sentir como su pecho subía y bajaba con menos frenesí que hacía unos segundos atrás, eso lo llevó a aferrarse a aquel abrazo con más fuerza.
— No vuelvas a hacerme esto. —le susurró al oído con dolor, ya no podía soportarlo. Naru abrió sus ojos con sorpresa mientras su corazón tembló lleno de inseguridad. A la fuerza se despegó de su hombro, encontrándose con sus felinos ojos dorados cristalizados— No estás sola, maldita sea ¡Soy tu amigo!
La mirada perpleja de Nanase ante su enojo también se cristalizó. Estaba pasando, había hecho pasar a Kuuro por una situación de mierda otra vez, pero a la vez él le estaba pidiendo que...
— Apoyate en mi. Yo... necesito que lo hagas.
Un nudo se formó en su garganta y la confusión terminó por invadir todo dentro de ella. Porque lo sospechaba, sospechaba que sus miradas iban más allá que las de una persona que recién te conocía, podía compararlo poniéndolo al lado de Akaashi y Bokuto, su mirada siempre era nostalgica, en sus labios parecía todo el tiempo querer escapar palabras que eran bloqueadas por él mismo, pero en ese momento ella no estaba segura si hacía referencia a su pensamiento, si no se trataba de una errónea idea y la consideraba una amiga, hoy, porque sí.
— Naru, yo te he mentido. —escupió de repente dejándola más absorta— Cuándo me preguntaste aquella vez si nos conocíamos de antes, yo te dije que no porque... —otra vez estaba bloqueándose y su corazón no lo estaba dejando razonar, su cerebro estaba en corto, hasta que la mano de Nanase se posó totalmente sobre su boca, prácticamente obligándolo a callar.
— No digas nada. —Kuroo se quedó estático, iba a escucharla — En ese momento, tu boca me dijo una cosa, pero tus ojos me dijeron otra, y yo me confié en esa mirada. Desconozco totalmente tus motivos, pero no deseo saberlos, porque detrás de la nostalgia en tus ojos también veo mucho dolor y son mareas que no quiero navegar ni mucho menos que tu lo revuelvas.
Tetsuro bajó sus pupilas al agua que los tenía rodeados, ¿Iba a dejarlo tan simple? ¿Podía aceptarlo y vivir con eso?
Sintió su mano posarse en su mejilla atrapando toda su atención. La miró inmediatamente encontrándose con otra vez aquella misma dulce sonrisa que lo mandaba a otra dimensión y le decía "tan sólo dejalo ir" bajo la mirada de una Narumiko de doce años. Cuando el verdadero susurro que recibieron sus oídos fue un "Gracias".
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Recuerdame cuando llueva en Noviembre | Kuroo Tetsuro
Fanfiction« Siempre estarás en mí. » « Siempre estaré en ti. » portada: fanart by ミッキー マウス