一四

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El largo día de práctica había llegado a su fin, o al menos eso creían, Bokuto les alargaba las prácticas hasta el hartazgo pero aún así disfrutándolo y aprovechándolo para mejorar.

El equipo del tercer gimnasio seguía en la suya hasta que llegó Shirofuku a cortarles la inspiración debido a que se quedarían sin cena.

— ¿Alguien sabe algo de Naru? —cuestionó el peliblanco pasando una toalla por su nuca al llegar al comedor— No vino a alentarnos en ningún partido.

Un tono de tristeza adornó su voz. Los chicos cayeron en la cuenta de que no la veían desde la mañana en ese mismo lugar.

— ¿Se refieren a la hermana perdida de Kageyama? Creo haberla visto al mediodía hablando con el coach del Shinzen, pero ni idea de qué.

Respondió el pequeño Hinata. Se miraron entre sí dubitativos. ¿Habría pasado algo?

Terminaron de comer prácticamente atorandose y se dividieron en buscarla, ya que Kaori les dijo que tampoco la había visto en todo el día y eso les preocupó.

Kuroo fue directo a la piscina pero no estaba allí. Bokuto al cuarto perteneciente al club de natación, sin exitos tampoco. Kenma junto Hinata recorrieron las afueras del establecimiento y Akaashi optó por deambular por los pasillos interiores del mismo.

Todo estaba tan sereno y silencioso, pues no habían estudiantes más que ellos del otro lado del edificio, pero una pequeña luz filtrando el marco de una puerta a unos metros llamó totalmente su atención. Se acercó sigiloso y corrió con cautela la gran puerta dándose cuenta de que se encontraba en la biblioteca. Las luces estaban apagadas, pero aquel pequeño filtro de luz seguía vigente en el lugar. La siguió a la par que un sonido más se sumaba a sus pasos, eran voces, pero algo distorsionadas.

Llegó al epicentro de todo aquello y no era más que un televisor encendido en medio de tanta oscuridad, y frente a éste, con medio cuerpo recostado sobre la mesa se encontraba Narumiko sumamente dormida.

Keiji suspiró aliviado de haberla encontrado y de saber que se trataba de ella y no de un fantasma rondando por la escuela. Se acercó a su lado notando como su cabeza, descansado sobre sus brazos, estaba rodeada de libros y DVDs sobre natación y estadísticas deportivas. Keiji sintió una triste corazonada frente a eso, entendiendo sus fuerzas por volver a nadar pero con todos sus miedos encadenados a sus talones.

Se quitó su campera representativa del Fukurodani y la apoyó sobre sus hombros, acercó su rostro a su oído e intentó despertarla con suma delicadeza para no asustarla.

— Nanase-san...

Bajo aquel primer susurro ella abrió levemente sus ojos seguido de un par de pestañeos causados por la segadora luz del televisor.

— ¿Qué pasó? —murmuró reincorporándose, aún algo perdida. Keiji sonrió divertido ante su expresión.

— ¿Cuánto tiempo llevas durmiendo aquí?

Narumiko lo miró y le llevó tres segundos reaccionar sobre su presencia.

— ¡Akaashi! Estaba... estudiando ¡Mira!

Sacó de debajo de su brazo un libro de química y Keiji se sorprendió por eso, deduciendo cómo es que en ese momento la televisión estaba reproduciendo imágenes de una competencia de natación del año 2012.

Ella leyó su mente al ver como sus pupilas grisáceas apuntaban con interés la pantalla. Bajó su mirada apenada, no podía engañar a nadie.

— O al menos eso intentaba... Ese material me llamaba a gritos.

Recuerdame cuando llueva en Noviembre | Kuroo TetsuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora