Activity X |Laughing Jack|

20. Inesperado.

Chrystalle

Llegué a mi casa, cansada y hambrienta. Y miré a Laughing Jack, que se encontraba sentado en el sofá de la sala, mirando hacia el techo.

—Hola, Jack -lo saludé-. No vas a creer lo que pasó hoy en el hospital. O tal vez sí, de todas maneras...

—¿Qué ocurrió? -preguntó él, interrumpiéndome-.

—Creo que uno de tus secuaces asesinó a alguien en el hospital.

Él sólo se limitó a verme unos segundos, para después seguir mirando al techo.

—Oh -respondió-.

—¿Quién fue? -le pregunté-.

—¿Qué importa quién fue?

Me le quedé viendo, atónita.

—No trabajaré en un tiempo, están analizando el caso.

—Era de esperarse, Chrystalle. Toma -dijo, alargando su brazo, sosteniendo una bolsa-. Te he traído comida.

A veces, Jack podía desesperarme, hacerme sentir una total mierda, o alegrarme. Todos esos sentimientos juntos en una fracción de tiempo.

—Gracias -le dije, aceptando la bolsa y sacando una hamburguesa-.

Me senté en la mesa y me dispuse a comerla.

—¿Tú no comes?

—No.

—¿Por qué?

—Me alimento de carne humana.

Abrí los ojos como platos, dejando de masticar.

—Es broma. No me alimento. A veces me gusta comer dulces. Y beber un poco de sangre. Me gusta su sabor metálico...

—Ah, pues qué alivio, es mejor que alimentarse de carne humana -dije sarcásticamente, a lo que él rió-.

—¿Cómo te sientes? -me preguntó Laughing Jack-.

Yo me sorprendí ante su pregunta, nunca antes me había preguntado eso.

—¿Por qué preguntas?

—Te ves cansada, y no debes estarlo para mi juego.

Reí, negando con la cabeza.

—Eres un bastardo -le dije bromeando-.

Él sólo rió. Y se aproximó a mí, para besarme. Me mordió fuertemente el labio inferior, por lo que gemí de dolor. Pero al mismo momento, por placer.

Carajo, este payaso me hace suspirar de dolor y placer al mismo tiempo. ¿Qué problema mental tengo?

Laughing Jack comenzó a tocar mi espalda con sus garras, trazando círculos en ella. Seguía besándome de manera pasional.

Comenzó a bajar sus besos por mi cuello, hasta mi clavícula. Y solté un suspiro, se sentía bien.

En definitiva, creo que me he enamorado de un asesino.

Antes de que pudiera pasar otra cosa, se escuchó cómo abrían la puerta de mi casa, por lo que Laughing Jack paró, y subió a mi habitación, dejándome sola y con la respiración entrecortada.

—Hola, Chrys -saludó Theo-. Traje a Alysha. Perdónanos por llegar tarde, pero... ¿Te has enterado de lo que pasó en el hospital?

Oh, ya se me había olvidado.

—Sí, me enteré. Ha sido algo horrible.

—Lo sé -dijo Alysha entrando y saludándome-. Quién sabe cuánto tiempo estaremos sin trabajar.