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Lena's POV

Han llamado a mi habitación, la puerta se entreabrió y mi madre me deja ver su cara.

-El almuerzo ya esta servido ¿quieres bajar a comer o te quieres quedar en cama? -ingresa de a poco a mi habitación, su mirada investiga mi libro.- Era mi favorito de niña.

-Bajaré en seguida... Es un buen libro, aunque me genera angustia la historia.

-¿Por qué? -todo lo quiere saber, todo tiene una razón de ser.

-Se aman. -ella asiente, esperando algo más, mis pies entran en los bototos negros.- Pero no pueden estar juntos porque su entorno se... -busco la palabra correcta.- impone sobre su voluntad. -¿ha estado eso bien? comienzo a caminar a la puerta.

-Eran jóvenes, era algo prohibido, supongo que era todo una aventura ¿no? -asiento sin estar realmente segura.- Hay ciertos amores que están destinados al fracaso, como bien lo dijiste, por su entorno.

Eso último si me hizo sentido, bajamos juntas hasta el comedor, mi padre de seguro había llevado a mi hermano Lex a la empresa, sólo habían dos platos sobre la mesa. No puedo decir que odio a Lex como él a mí, pero lo envidio demasiado, a mi edad él se había escapado ya 3 veces para irse de farras con Dios sabrá quienes, probablemente se la pasaba increíble, ya había dado su primer beso y el quincuagésimo de seguro también, fiestas cada viernes por la noche... pero más allá, podía salir libremente de casa, sólo tenía que mencionarlo; en mi caso parecía que pedía una cita con el presidente usando un chaleco lleno de explosivos, excusas había de sobra "te puede pasar algo en el camino", "no tienes con quien ir", "qué saldrías a hacer, no puedes caminar más de 10 minutos", podría seguir por un largo rato.
Termino mi comida junto con aquel jugo asqueroso que parece estar en una jarra sin fondo, es de nunca acabar. Me levanto, le doy las gracias a mi madre y a Annie, la mujer que trabaja en casa. De camino a la escalera veo un sobre, una carta, estaba abierta, tenía el logo de una clínica, yo lo conocía, eran especialistas, conocían mi caso... la carta era para mí. No existe privacidad si se trata de mí.

-¿Por qué la abriste? -la encaro, me hervía la sangre, estaba llegando al límite.

-Quería saber si era algo sobre tu corazón, si todo estaba bien.

-No tienes derecho de hacer eso, la carta era para mí.

-Soy tu madre, tengo todo el derecho.

-Que seas mi madre no te hace dueña de mis cosas, era mi carta ¿Pensabas esconderla y se te ha olvidado?

-No irás, ya lo discutimos hace años y no volveré a repetirlo.

-¿Discutir sobre qué? -mi padre y Lex habían llegado y era mi momento de exponerlo todo.

-Abrió mi carta, de la clínica de cardiología, saben de mi caso, papá, quieren ayudarme, ellos pueden hacerlo, yo...

-Ya te lo he dicho, no irás, Lena, si algo sale mal jamás me lo perdonaría. -mi madre parecía no darse cuenta que ya todo había salido mal.

-¡No estoy viviendo! -lo había dicho, más bien, lo grité pero estaba fuera.- ¡Me estoy muriendo! ¿Qué no lo ves?

-Lena, hija -mi padre me tomó por los hombros.- Respira, tranquila. -miró a mi madre, parecía enfadado.- Vamos a la oficina y hablamos ¿Quieres?

Me zafé de sus manos, caminé a la oficina, era algo oscura, tenía casi impregnado el olor a cigarrillo en sus paredes, un montón de colillas en el cenicero, carpetas esparcidas entre los marcos de fotos familiares sobre el enorme escritorio que estaba entre las sillas de cuero y madera, estantes con libros, enciclopedias, archivadores y las botellas de licor junto a los vasos y copas que intentaban adornar la mesita de té, me senté en la silla, quería arrugar la carta, quería hacerla trizas; sus pasos fuertes se acercaban, entró y se sentó al otro lado del escritorio, estiró su mano, la carta era leída pausadamente entre caras de asombro y disgusto.

-¿Cuándo enviaste información sobre tí?

-Dos años atrás, ya me habían aceptado en su programa, me pueden tratar, son especialistas y quieren ayudarme.

-¿Sabías que tu madre tiene razón? Algo podría salir mal. -aún contemplaba la carta y leía la autorización de estadía.

-¿Y si no la tiene? Es mi única oportunidad, he asistido a cada maldito hospital que ustedes han querido sin reprochar nada y la cantidad de pastillas que me dan sólo aumenta, quiero tener mi propia vida, quiero decidir qué hacer, incluso si muriese, al menos lo habría intentado... por favor. -quería llorar, quería hacerlo por todas esas veces que no lo hice para no hacerlos sufrir, quería llorar porque me sentía inútil, era sólo un títere.

-Dame el lápiz. -apuntó al que estaba junto a mí ¿iba a firmarla en serio?, me quedé estupefacta.- Si no lo haces ya, me voy a arrepentir, Lena Luthor.

La había firmado, era nuestro secreto, Lex había entrado, se quedó en silencio, no me miró, no me dijo nada, probablemente mi madre había comenzado a llorar y Lex me veía como la mala, mi padre me había dicho que hiciera mis maletas mientras él mantenía ocupada a mi madre, traté de actuar normal pero estaba emocionada, aunque una parte de mi era consumida por el miedo, la otra parecía creer en los cuentos de hadas. Mientras cerraba mis maletas, Lex entró a mi habitación sin avisar, traía un extraño estuche en sus manos.

-Es mi telescopio, quiero que lo lleves contigo, he puesto un instructivo más simple, lo escribí yo, ya sabes, por si no entiendes el... -su voz se quebró.- el otro y... un libro del espacio, quizás no te aburras tanto. -no sabía que decirle, él lloraba por lo bajo, lo dejó junto a mi maleta, secó sus lágrimas y me abrazó.

Llevábamos años sin hacerlo, aquel extraño abrazo me hizo notar que Lex en realidad no me odiaba como yo creía, quizás sólo no sabía como ser conmigo porque no era igual que todos. Jamás he sido igual que todos. Le agradecí de la forma en la que pude, me ayudó a escabullirme hasta el taxi, con aquello Lex me había pagado todos los años en que no me dirigió la palabra y sin poder despedirme de mis padres, me iba camino a la clínica, tenían un tratamiento, experimental, pero decían que podría funcionar en un 80% y eso sonaba suficiente para mí.

"Perdónenme por marcharme sin despedirme, no es un adiós, nos veremos pronto, cuando esté sana, realmente lo lamento si los he decepcionado con esta decisión pero no podía quedarme en esta vida que no era mía, que no era vida, sé que querrán ir por mí pronto, pero no se preocupen, ya sé cuidarme sola y créanme, desde hoy todo estará bien. Gracias por cuidarme todos estos años, son unos increíbles padres, muy comprometidos, tanto que han empezado sólo a existir y es mi culpa, quiero que comiencen a vivir su vida sin tenerme como una carga, me las arreglaré estando lejos y ustedes también, los amo."

Aquella carta tan pequeña sobre mi cama no podía hacer nada para no preocupar a mis padres pero al menos buscaba darles a entender que estaría bien... De todos modos una parte de mí ya había muerto hace años y les había arrancado una parte suya al mismo tiempo.

Un corazón. [Supercorp AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora