Prólogo

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Paola llevó a su pequeña niña de 5 años al parque que quedaba cerca de su casa.

La niña era muy dulce y linda. Alegremente subió en el columpio mientras su mamá estaba sentada platicando con una amiga.

Ella estaba mesiendose, cuando de repente...

—Hola —La saludó un niño y ella detuvo el columpio.

—Hola —Devolvió el saludo con una sonrisa.

—¿Quieres jugar conmigo? —El niño le mostró un carrito y un avión.

—¡Sí! —Comenzaron a jugar con el carrito y el avión en el pasto.

Así pasaron 6 meses, donde sus madres los llevaban a ambos al parque 3 días por semana por las tardes. Los dos niños se hicieron amigos.

La mamá de la niña conoció a la mamá del niño y se llevaron muy bien, y al igual que sus hijos, se hicieron amigas.

La niña estaba esperando que llegara su amigo en el columpio donde lo conoció.

—Hola, amiga —Le dio un beso en la mejilla tomándola desprevenida. Nunca lo había hecho.

—Hola, amigo —Él sacó una rosa roja de plástico que tenía tras su espalda.

—Es para ti —Ella tomó la rosa con una enorme sonrisa —Se la quité a mamá sin que se diera cuenta —El niño soltó una risita traviesa.

—¿Polqué me das una losa? —Preguntó la niña. Quien aún tenía problemas para pronunciar la "R" y las remplazaba por una "L"

Él se encogió de hombros

—Lo vi en la tele... Se da cuando se esta enamorado.

—¿Qué es enamolado? —Indagó ella inocentemente.

—Mamá dice que es sentir algo bonito por alguien —Contestó él de forma inocente también.

—¿Estás enamolado de mí? —Ella Frunció el ceño.

—No sé —Se volvió a encoger de hombros el niño —Mejor juguemos.

Luego de jugar un rato sus madres los buscaron y se los llevaron.

Dos días después la niña volvió, pero no encontró a el niño y se puso triste.

Pasó una semana y él niño no volvió, ella se entristeció aún más.

—¿Polqué mi amigo no volvió? —La niña tenia una expresión triste en su rostro ante la ausencia de su amigo.

—Él y su mamá se fueron de viaje. Mi amor, ya verás que luego regresan —Fue la respuesta de su mamá. Luego le dio un beso en la mejilla a su hija para apaciguar su tristeza.

La madre lo dijo sólo para tranquilizar a su pequeña niña, pues la realidad era que el niño no volvería. Su mamá se lo había llevado del país, lejos de aquí.

La niña ya no volvió a ver a su amigo y se acostumbró a ello.

Ya cuando crecieron, no se recordaban. No se volvieron a ver. Sólo habían escasos recuerdos en sus mentes.

Ambos se olvidaron del otro.

¿El destino los pondrá de nuevo juntos?

Destinados A Estar JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora