Capítulo 3 "Inicio de clases"

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Listo, oficialmente hoy le digo adiós a mis vacaciones de ensueño: Dormir hasta mas o manos tarde, ver televisión hasta que quiera, salir sólo debes en cuando porque me gusta más la comodidad de mi casa que cualquier otro sitio, no preocuparme por tarea, y sí, puro ocio. Aunque también ayudo a mamá con la casa y a mi hermano con su lectura. La verdad es que le falta mucho por aprender.

Pero bueno, en fin, ¡Ya acabaron! Lo único bueno de volver es que veré más seguido a mis amigas.


Cuando entro al colegio, a la primera que veo es a Gabriela.
Rápido me acerco a ella.

—Hola, loca¿cómo haz estado? —Le doy un beso en la mejilla.


—¿No sabes si las muchachas han llegado? —preguntó.

—No las he visto, además acabo de llegar. Ven, vamos a ver cual salón nos tocó éste año.

Caminamos salón por salón, hasta que encontramos nuestros nombres en uno de ellos.

—Hola, chicas —saludaron mis amigas al unísono cuando nos vieron.

Ellas son mis mejores amigas, Gabriela, Deisi, Sofia, Michell y Luz

—Hola —devolvemos el saludo Gabriela y yo.

—Entremos, ya llegó la Profesora —señaló Michell.

—Sí, vamos —Deisi entró primero al salón.

Entramos a matemáticas y bueno, ya saben el aburrimiento de eso, igual entendí la clase. Se acabó la hora de matemáticas y salimos del salón.

—Al fin, Dios mio. ¡Odio la matemática! —comentó Luz.

—No entendí nada de nada. Primer día y ya pone cosas difíciles —refunfuña Gabriela.

No me sorprendió que no entendieran, ya que ellas son muy malas en matemáticas. Pero yo siempre les explico. Aveces les va bien y otras no tanto.

A Sofia y a mí es a las que nos va mejor en la materia y siempre les ayudamos, como grandes amigas que somos.

—No se preocupen, luego les explicamos. Ya verán que es fácil —les di ánimos.

—Gracias, Nataly. Eres la mejor —dijo Gabriela dándome un pequeño abrazo. Luego le siguió Deisi y Luz.

—De nada, locas —miré a Michell. A ella también le cuesta a veces y yo trato de ayudarla —¿tú entendiste? También puedo explicarte.

—No, gracias.

Luego entramos a las demás clases, también hablamos de como pasamos las vacaciones. Y de repente, no sé como, ni porque, empezaron hablar de chicos cuando estábamos en el receso, en la cantina del liceo.

—Yo estoy todavía con Alejandro. Él me quiere y yo a él... —Luz nos miró a todas con cautela —y me sorprendió cuando me dijo que... Me fuera a vivir con él.

—¿Qué? Y le dijiste que no ¿verdad? —Pregunté alarmada.

Sé que ser su amiga no me da derecho a meterme en su vida, pero ella sólo tiene 15 años, la quiero y no quiero que sufra, y sufrir es lo que va hacer si deja su casa para vivir con ese hombre que ni siquiera estudia, además que es un poco mayor para ella.

—Sí, claro. Yo le dije que no, obvio.

No le creo para nada. La conozco perfectamente y sé que esta dudando entre decirle que sí o no a la propuesta de Alejandro.

Las chicas y yo intercambiamos miradas. Menos con Michell, ya que ella sólo miraba sus uñas.

Por lo visto no soy la única que esta dudando de la respuesta de Luz.

—Sí, eres muy joven aún para vivir con un hombre —acotó Deisi.

—Lo sé. No se preocupen —Luz sonrió.

—Bueno, lo que soy yo, ya llevó 3 meses con Santiago. Pero no digo que estoy enamorada, porque el que se enamora pierde —Michell como siempre.

Ella siempre cambia de novio fácilmente. Eso es lo que no me gusta de ella, pero esa es su vida, aya ella. Yo la he aconsejado, pero ni caso me hace. No puedo hacer más.

—Yo tengo a Daniel, él es muy lindo. Llevamos 1 mes de novios —Deisi se oía emocionada.

Ella se ilusiona demasiado rápido, y eso la vuelve muy fácil de herir, demasiado vulnerable.

—Y yo estoy con David, que es todo un papito hermoso —contó Sofia.

David si me cae bien, se ve que es un buen chico.

Todas reímos ante el último que dijo Sofia.

—Bueno, ya dejen de hablar de novios. Yo no tengo —Gabriela se oía medio triste.

Ella tenía un novio, pero le rompió por otra ya hace 5 meses y aún no lo supera.

Esa es otra razón por la que no quiero un novio ahora, sólo te desilusionan y te rompen el corazón. Ahora no quiero ese tipo de distracción en mi vida, quiero centrar todo de mí, en mis estudios, en mi futuro. Y tener un novio sólo me distraería y me desviaría de mi objetivo.

—Tranquila, yo tampoco tengo —dije, para que no se sintiera mal por creer ser la única sin novio.

—¿No tienes que contarnos algo? ¿alguna conquista quizás? —me Preguntó Michell.

—De hecho....—los bellos ojos azules de Hugo cruzaron mis pensamientos —No, no tengo nada que contar. Ya les he dicho que no me quiero enamorar por ahora. Sigo igual de soltera.

Omiti lo de Hugo porque no tengo nada con él, ¿para qué contarles?

—Pero puedes tener un novio y no enamorarte, como yo —aconsejó Michell, a lo que yo rodé los ojos.

—No me gusta que jueguen conmigo, y no me gusta jugar con nadie.

Siempre he sido de las que piensa que lo que a uno no le gusta que le hagan, no se lo debe hacer a los demás. ¿Porque? Porque se te podría devolver.

—Ya entramos. Vamos, no quiero entrar tarde a inglés —Gabriela se oía desanimada. Nos levantamos y fuimos a el salón.

Después que salimos de ingles siguieron las demás clases. Cuando terminamos el horario y nos teníamos que ir, me despedí de las chicas, ya que mis papás me estaban esperando en la entrada.

Luego de 20 minutos ya estábamos en la casa.

Entré a mi cuarto, me quité la ropa, me bañe, luego me vestí y listo, me acosté en mi cama.

No he llamado a Hugo.

Guardé el número en una cartera que no uso. Lo llamaré luego, tal vez mañana.

Destinados A Estar JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora