Capítulo 7 "No es una cita"

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Ya ha pasado un mes desde la fiesta y es sábado.

En toda la semana estuve recibiendo mensajes de albert diciéndome cosas como: eres muy hermosa" " no puedo esperar para volver a verte" y yo sólo le respondía con un "aja" o simplemente no le respondía. Él es guapo, pero no significa que caiga rendida a sus pies.

Yo soy así, primero tengo que conocerlo para tenerle aunque sea una pizca de confianza, de lo contrario le seguiré respondiendo igual de cortante.

¿De dónde me escribe? Pues consiguió mi facebook. Cuándo vi su solicitud la iba a rechazar, pero mis amigas estaban conmigo y la aceptaron por mí. Dicen que es un buen chico, por eso les dije lo que hizo, pero me dijeron que sólo se equivocó y que se merecía una segunda oportunidad. Y bueno, tienen un poco de razón, todos cometemos errores y merecemos arrepentirnos.

Además, tampoco es que Albert cometió algo muy grave.

Ya eran las 3:30pm y quedé de verme con Albert en buenaventura a las 5:00pm.

Tengo que ver que me pongo. Busqué en mi armario. Decidí ponerme algo básico:

Unos pantalones con una camisa manga corta roja, con unos zapatos deportivos.

Nada fuera de lo normal. No es una cita importante, es sólo una salida que acepté sólo por aceptar.

Acepté salir con él porque me insistió mucho, y ya no aguantaba el montón de mensajes llegando. Además que mis amigas vieron los mensajes y me dijeron... O mejor dicho, me ordenaron aceptar.

Cuando ya estaba lista, eran las 4:50.

Salí de mi cuarto y mi familia estaba en la sala.

—Ya me voy. Nos vemos más tarde —agarré mi cartera.

—¿Te llevo? —se ofreció papá.

—Sí —mejor así, no quiero ir en autobús.

—Bueno, nos vemos más tarde —se despidió mamá.

Papá y yo salimos y subimos al auto, emprendimos viaje a buenaventura.

Sé que papá decidió traerme porque esta protegiéndome. No conoce a Albert, es más, ni yo lo conozco.

—¿Te gusta ese muchacho con el que tienes la cita? —preguntó de repente papá.

—No es una cita. Es sólo una salida de...—¿de qué? Ni yo lo sé —¿amigos y ya? —eso sonó más a una pregunta.

—Claro —murmuró no muy convencido —pero no me contestaste la pregunta que te hice.

—No me gusta, papá, tranquilo —Sonreí y él soltó un suspiro de alivio —ya tengo un novio y no le seré infiel —papá volvió a tensarse.

—¿Qué?, ¿novio?, ¿Cuál? —detuvo el auto en un semáforo y me miró con reproche —no me lo habías dicho. ¿con permiso de quién?

—Tú lo conoces y mamá también —traté de no reírme a carcajadas.

—¿Quién es? —ya estaba molesto.

Le Sonreí.

—Tú, papito hermoso —besé su mejilla —tú eres mi novio —papá volvió a relajarse.

Negó con la cabeza.

—Me asustaste, niña —el semáforo cambió a verde y seguimos el camino.

—Nunca les oculte nada, y nunca lo haré.

—Lo sé, pero ten cuidado con el muchacho con el que te veras. ¿cómo es que se llama?

—Albert.

Destinados A Estar JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora