—Chicas, yo ya me quiero ir, además ya son las 1:00am y tengo sueño —solté un bostezo.
—Vete sola, no harás falta —dijo Michell con desden, quien había vuelto luego de una hora de estar perdida con Omar.
La ignoré, no me voy a amargar por ella, no lo haré.
—No, vinimos juntas, nos vamos juntas. Además Nataly tiene razón, es tarde y tenemos sueño, ¿o no? —defendió Sofia.
—Sí —estuvieron de acuerdo todas.
—Y si tú te quieres quedar, pues hazlo. Nosotras si nos vamos —le recriminó Deisi a Michell.
—¡Eres una agua fiestas! ¡por eso no quería que vinieras! —me reprochó Michell alzando un poco la voz.
—¡Ya callate Michell! ¡callate! —exploté otra vez. Respiré profundo, y miré a las chicas —no se preocupen chicas, llamaré a mi papá y el me buscará.
—No, nosotras nos vamos también, ¿verdad? —Luz miró a las chicas, menos a Michell.
—Sí —respondieron todas.
—Llamaré a papá —Gabriela se levantó de la silla y se alejó.
—Nosotras iremos a despedirnos. Ya volvemos —se levantaron de sus sillas y se perdieron entre la gente.
Los chicos que nos presentó kiara habían ido por unas bebidas.
Y a Albert no lo volví a ver, cosa que agradezco, es un completo idiota.
—Eres insoportable. Te odio —Michell me fulminó con la mirada y se fue.
Ni siquiera me había dado cuenta de que estaba todavía en la mesa.
Ya no la considero mi amiga, una amiga no te habla así. Lo peor es que no sé que fue lo que hice mal, no lo sé.
Ya le he aguantado mucho y...
—¿Me disculpas por lo de hace un rato en la pista de baile? —una voz me sacó de mis pensamientos, haciéndome brincar de susto.
Era Albert. Se sentó frente a mí, mirándome con suplica.
—No vengas tú otra vez a molestar —contesté cortante.
—Siento mucho que te llevarás esa impresión de mí. Yo no abuso de las chicas, sólo que no sé, tal vez me deslumbre demasiado con tu belleza —señaló coqueto. Eso conmigo no funciona.
Que estúpido ¡Por Dios! ¿no sabe lo ridículo que se ve coqueteando?
—Si es por eso, entonces te pasa muy seguido, porque en todos lados hay chicas bellas —señalé yo también.
Su sonrisa picara creció.
—Buen punto, pero es la primera vez que pasa. Te prometo que no volverá a pasar. Tienes mi palabra.
Sonreí.
—Estoy segura que conmigo no, porque no nos volveremos a ver —«gracias a Dios» —pero quien sabe y con las demás —me encogí de hombros.
—Mi papá nos viene a buscar en unos 15 minutos. ¿donde están las chicas? —Gabriela llegó a mi lado.
—Están despidiéndose.
—bien. Yo también me voy a despedir —se fue otra vez.
Ya no quiero estar a solas con Albert.
—Adiós —me iba a levantar para irme, pero él tomó mi brazo impidiendo que huyera.
—¿Estás huyendo de mí?
«Si»
—No, sólo voy donde mis amigas —me solté de su agarre.
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Destinados A Estar Juntos
RomantizmDos corazones destinados a encontrarse, a amarse. ¿creen en el destino? Yo sí. Pero como siempre habrán personas que quieran separarlos, el odio por sobre todo, el mal siempre a existido y nunca a dejado de ser. Por ello, estos dos corazones tendrán...