Capítulo 35 "Al día siguiente"

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Narra Hugo:

No quería abrir los ojos. Si la noche que se repite en mi memoria no había pasado y sólo lo soñé, no quería saberlo, quería seguir soñando.

Sentí algo moverse a mi lado, era cálido. Unos brazos me rodearon, dándome a entender que no había sido sólo un sueño y que esto era tan real como mi amor por ella.

Abrí los ojos lentamente, encontrándola abrazada a mí y profundamente dormida. Una sonrisa de tonto enamorado se formó en mis labios.

No hay nada mejor, que lo primero que veas al despertar, sea a la mujer que amas a tu lado.

Se había entregado a mí, me había dado lo más importante para ella. Ahora es sólo mía, completamente mía. Nadie me la podrá quitar jamas, ni siquiera el imbécil de Oscar o Albert.

Fue la mejor noche de mi vida. Su cuerpo desnudo era tan hermoso, era exquisita, su piel suave, su aroma embriagador, sus caricias... ¡Oh! Sus caricias son mi perdición.

Todo de ella me encanta, me fascina y me vuelve loco.

Espero no haber sido rudo. Nunca había estado con una mujer virgen. Pero sé que duele la perdida. Traté de ser lo más cariñoso y suave que pude, tratando de controlarme y no ir muy rápido.

La abrazo suavemente para no despertarla y cierro los ojos reviviendo el momento en que la hice mía, recordando lo bien que se sintió estar dentro de ella, tocarla y besar todo su cuerpo.

Fui el primero y el último.

Estaba feliz, sintiendo su piel desnuda contra la mía. Quiero pasar todo el día así.

Todos los días de mi vida.

Me quedé observándola, con una gran sonrisa en mi rostro. Desperté contento, ¿y cómo no?

Nataly se removió un poco entre mis brazos, luego abrió los ojos lentamente.

Comencé acariciar su cabello, mientras ella me miraba confundida y mi sonrisa no desaparecía.

Se ve tan hermosa aún cuando acaba de despertar. Aún cuando su cabello es un desastre, sus ojos y rostro un poco hinchados y ligeras marcas de las sábanas están en su piel.

De repente cambió su expresión confundida y abrió sus ojos como platos.

Creo que ya recordó lo que pasó anoche.

Sus mejillas se pusieron rojas.

Agarró la sábana y se tapó con ella. Solté una risita y luego le quité la sábana de su rostro. La envolví entre mis brazos.

-Buenos días, mi amor -le di un corto beso en los labios.

-buenos días -la seguía mirando. ¿cómo dejar de mirar algo tan bello? -no me mires así -Sonrió nerviosa.

Se intentó alejar y tapar, pero yo la tenia bien sujetada con mi mano en su cintura, sin hacerle daño.

-¿qué te ocurre? Recuerda que vi tu...-miro su delicioso cuerpo con una sonrisa coqueta -delicioso y escultural cuerpo, totalmente desnudo anoche -escondió su cabeza en mi pecho. Me abrazó -y estas bien buena, Nataly -solté una risita.

Sacó su cabeza de mi pecho y me miró.

-tú también estás...-miró mi cuerpo como yo hice con el suyo, mordiendo su labio inferior -bien bueno -los dos reímos.

-¿no te arrepientes? -Había cierto miedo en mi voz.

La traté como la reina que es, fui cuidadoso y le hice el amor con todo el amor que puede existir, y sé que lo disfrutó. Pero aún así, quiero escucharlo de su propia voz.

Destinados A Estar JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora