____(t.n) Edwards.
Es una chica latinoamericana de catorce años que tendrá que mudarse a Vancouver Canadá gracias a su nuevo padrastro, cosa que a primera impresión no le hizo muy feliz.
Pero, esa mala perspectiva cambiará al conocer a un simpático...
Para no alargar las cosas, les resumiré los sucesos entre este corto tiempo.
Había pasado una semana desde mi llegada a Atlanta, conocí a los Duffer's y gran mayoría del elenco (personas asombrosas) para ser sincera, me la pase de lo mejor conviviendo con ellos.
Últimamente los chicos hablaban de un evento entre esta semana, por supuesto que sabía de que se trataba.
Los MTV Movie & TV Awards.
Hace apenas unos días Millie se lesionó por lo que no podrá asistir a los premios ni grabar en un buen tiempo (quería ver que gran atuendo usaría ésta vez). Por otro lado, Caleb salió de la ciudad y tampoco asistirá a los MTV Awards.
Tenía pensado verlos por televisión pero Gaten ofreció algo increíble, dijo que podía ir como su acompañante, no sabía si eso se podía but no podía rechazar esa oferta, allí entró míster celos diciendo que sería más convincente que fuera mejor con él por ciertas razones <\3
Volviendo al presente, me encontraba parada frente al espejo insuficientemente convencida sobre el atuendo que llevaría, no quería que fuese ni muy formal ni muy cómodo y con eso me ayudó Sadie.
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Sí, lo que eligió es bellísimo aunque no estoy del todo segura de que sea para mí.
— No te preocupes, te ves perfecta. — Aquella pelirroja me tomó por los hombros ahora mirándonos ambas en el reflejo del espejo. — Piensa que solo iremos a una fiesta.
— Jejeje bueno, no creo que sea lo mismo pero está bien... Mientras no me dejen sola. — Estiré mis labios posando una sonrisa lineal, podía sentir como el sudor comenzaba a hacerse presente en mi cuerpo. En ello, Noah entró a la habitación azotando la puerta contra la pared con los ojos cerrados y una Millie apoyada en él.
— ¿Están visibles? Okey, ya no importa, estoy dentro. — Fui a ayudarlo a sostener a Mills para sentarla en la cama, al parecer había bajado con ayuda y olvidado sus muletas en la habitación.
— Puedes abrir los ojos, Noah. Estamos vestidas y sirve que me des tu opinión.
— Ah claro, los abrí desde que tomaste a Millie.
— Me siento como una muñeca rota. — El castaño continuó hablando ignorando por completo el comentario de la lesionada.
— Y sobre tu vestimenta, luces.
— Hermosa. — Todos miramos a la entrada percibiendo a un Finn completamente irresistible, mordí mi labio inferior y alce mis hombros inconscientemente, seguro estaba babeando. El pecas agitó su cabeza despejandome de su vista.
— Tenemos que irnos, vinieron por nosotros.
— Eso sonó tan de película de acción. — Bromeó Mills.
