❥ ᴋɴᴏᴡ ᴍᴇ {ғɪɴɴ ᴡᴏʟғʜᴀʀᴅ & ᴛú}

CHAPTER TWENTY THREE "sick frog"

___(tn) POV

Dormía pacíficamente rondando por mi mente los recuerdos de la madrugada con Finn como su fuese un sueño, no quería que eso acabase, pero aun así lo hizo y gracias a un bullicio en la misma sala.

Abrí mis ojos con vista en el techo, sentía a alguien encerrarme entre brazos impidiéndome moverme con facilidad así que simplemente gire la cabeza chocando nariz y nariz con un pecoso, sonreí y dije en voz no tan alta. — Buenos días. — Al perecer no fue suficiente para perturbar el sueño de Finn pero recibí una buena ayuda.

— ¡Buenos días! — Dijeron los chicos al unísono por lo que se escucho como un grito que hizo despertar a mi contrario de manera no tan amable. Cayó del sofá y abrió los ojos como gato.

— Oh diablos, ¿te encuentras bien? — Pregunté a Finn acercándome a la orilla para mirarlo.

— Ah sí, estoy perfecto. — Habló sarcástico alborotandose el cabello.

— Tampoco es para que te molestes, no puedes culpar a ___(t.n) de no despertarte con un beso. Bella durmiente. — Respondió por mi Mills quien se había levantado de su asiento en la mesa para ayudar a el cara de rana.

— No lo estaba hasta que hablaste. — Aceptó la mano de la castaña poniéndose de pie a su lado difícilmente ya que el físico de la antes nombrada aún no se encontraba en un perfecto estado (*obviamente hablando de su lesión*).

— Haha sí, ese era mi objeti- oh rayos, Finn ¿te sientes bien?

— Ya pasó el momento, Mills. — Se giró dirección mía buscando un comentario de apoyo y allí fue donde noté lo inusual en su rostro, sus ojos estaban hinchados y rojos, acompañando su nariz que ahora parecía de Rodolfo el reno. Estaba resfriado.

Frunci el seño y pose una media sonrisa. — Eres adorable. — Con ello conseguí una mirada extraña y avergonzada de su parte, se que siempre digo las cosas en los escenarios menos indicados pero no puedo evitar decir lo que pienso, nunca había estado presente cuando Finn se enfermaba y a decir verdad se notaba bastante tierno.

— Okey, esa respuesta fue rara. ¿Por qué no mejor vienen a desayunar y después consentimos al frog face enfermo?

— ¿Enfermo? Yo no estoy enfermo. — Y su cuerpo le dijo ¿a que no? Y lo hizo estornudar de forma característicamente extraña.

Mordí parte de mi dedo índice ansiosa y Millie se limitó a poner cara de asco. — Es obvio que estaba equivocada. — Se dio la vuelta regresando a su asiento.

— Increíble. — Ambos estaban superando su propio nivel de sarcasmo. — No debí de quedarme tan tarde en la piscina.

— ¿Por qué crees que yo salí pronto?

— Para que ese noodle head te coqueteara y te llevara a jugar en la consola.

— Jajaj noodle head, lo adoro. Quiero decir, noo. — Rodó sus ojos por lo que puse una mueca. — Olvidemos eso. Hay que verle el lado bueno a esto, podrás estar en cama sin tener que cumplir obligaciones.

— Con el resfriado o no, de todos modos me quedaría en casa, le toca grabar a Winona y Dav- ¡Achuu!

— Cubre tu nariz, amigo. Eso es asqueroso. — Se interpuso Caleb desde la cocina.

— Es imprevisto, ¡solo sale!

— Pff ya no se estrese. Tengo hambre, no comí más que frituras anoche. — Me levante del sofá y entré a la cocina tomando un par de waffles ya preparados en la encimera y un vaso de leche de la nevera. Segundos después Finn nos alcanzó en la mesa. — Bueno, por lo menos ahora tenemos excusa para estar  juntos todo el día, también están los chicos así que. — Me vi incapaz de terminar mi frase pues a excepción de Finn todos se levantaron y tomaron sus pertenencias. — Esperen, esperen, ¿a dónde van?