❥ ᴋɴᴏᴡ ᴍᴇ {ғɪɴɴ ᴡᴏʟғʜᴀʀᴅ & ᴛú}

CHAPTER THIRTY FIVE "my hottie"

___(ᴛ.ɴ)'ꜱ ᴘᴏᴠ

Esperaba en las escaleras de la entrada de mi casa a que Finn viniera a recogerme, era el día de ejecutar nuestro plan y yo me sentía jodidamente nerviosa pero ya era hora de hacer algo al respecto.

Escuché un "ring ring" cercano así que me puse de pie percibiendo que se trataba de Finn en su bicicleta, su bici no tenía campanilla por lo que aquel sonido había salido de su boca. Fui hasta él y con una sonrisa comente sobre su anterior ridícula acción. — ¿Es necesario que seas un payaso justo ahora?

— Oh chica, te veías tan deprimida que no pude evitarlo. — Reí agradeciendo su manera de ser y me dispuse a subir a la parte trasera de la bici, inconscientemente metí mis brazos por debajo de los suyos abrazando su cintura pero en un instante me removí.

— Lo.. Siento. — Me disculpé apenada, tenía ya que deshacerme de esos hábitos.

— Ah está bien, no pasa nada. Puedes sostenerte por mis hombros. — Finn a veces podía ser demasiado amable.

— Gracias. — Hice lo sugerido y con ello él comenzó a pedalear, a partir de ahí decidí no cruzar palabra con Finn hasta llegar a la residencia Johnson.

Nos detuvimos una calle antes para evitar que Hilary me viera, repasamos el plan y luego Finn continuó solo dejándome ir el resto del recorrido a pie.

Demoré menos de dos minutos así que tuve que esperar el aviso de Wolfhard para que pudiera entrar, ninguno había ido a la casa de los Johnson << por obvias razones. >> por lo que no sabíamos nada sobre la construcción de la misma, no me sorprendería que se tomara su tiempo.

Unos momentos más tarde recibí su mensaje erizando mi piel, no estaba muy ansiosa por entrar pero tenía que. Como pidió Finn fui por la puerta trasero, no habían presencias cerca siendo fácil acceder a los interiores, miré a los lados asegurándome de que no hubiese nadie para luego subir cuidadosamente las escaleras evitando hacer cualquier ruido, me metí al baño y esperé la siguiente señal.

Escuché una charla sin mucha importancia, pasos que se alejaban poco a poco y después la vibración proveniente de mi teléfono.

Salí y corrí a la habitación de Hilary, el primer objetivo estaba hecho, tomé un buen bocado de aire y comencé a buscar en el ordenador de la chica, afortunadamente estaba desbloqueado pero... No encontré nada. Intenté no desesperarme y proseguí con buscar pruebas en forma física, en la cajonera, debajo de la cama, bajo el tapete, deseaba encontrar alguna USB u cualquier otra cosa pero no.

Me fui de la habitación pues pensé "tal vez lo tiene bien oculto en alguna otra parte de la casa", iba a iniciar con la búsqueda cuando oí a alguien aproximarse haciendome entrar en alerta. Actúe impulsiva metiéndome a un cuarto cualquiera esperando lo mejor y oh vaya que no fue así.

Una puerta se abrió dentro de la misma habitación y lo primero que visualice fue un abdomen marcado en desnudo, demasiado para mis ojos. Abrí mi boca apunto de gritar pero me di una bofetada metal recordando que la intrusa era yo.

— ¡Oh mierda! — Exclamó el chico recién saliendo del baño, tenía una toalla enrollada a la cintura cubriendo lo necesario para evitar una posible perturbación en mí cerebro, escapé de mis pensamientos sucios y agité ambas de mis manos alzándolas frente mio intentando calmarlo.

— Por favor no te alarmes. — Procuré no hablar demasiado fuerte aunque no estúpidamente. — Bu-bueno supongo que ya lo est... Ah no es lo que piensas, no vengo a robar o... — Fui interrumpida.

— Eres una de las amigas de Hilary ¿cierto? No sé que te dijeron las otras pero no quiero salir contigo o saber tu nombre ni tener tu número, fuera de aquí. — Se escuchaba fastidiado, tal parece que Hilary no era la única acosadora de su grupo.