Prólogo

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-Su juicio es un par de días -Le mencionaron a la acusada que se encontraba sentada.

-Espero pueda salir -Yelena respondió al que era su abogado.

-Es una libertad condicional -La miró -Tu buena conducta te permite tener ese tipo de privilegio -Se sentó -Pero no asegura que te la den. Me costó mucho conseguir ese juicio, así que no se te ocurra hacer nada inapropiado hasta la fecha dictada.

-¿Sabes algo de ella? -Susurró acercándose a él.

-Natasha Romanoff sigue siendo lo que era cuando te metió presa -Le dedicó una sonrisa -Sólo que ahora es más rica y más conocida.

-Se casó, ¿no? -Preguntó curiosa -¿Es verdad?.

-Lo es -Le respondió.

-Voy a vengarme de ella -Belova se cruzó de brazos -He perdido tantos años aquí dentro...

-Ahórrate tus discursos -Tomó su maletín -Harás lo que quieras estando fuera, mientras, no arruines nada.

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-Sí -Respondió Natasha -Nos vemos la próxima semana.

-¿Más trabajo? -Preguntó Tony entrando a su oficina.

-Uno que tú atenderás -Natasha lo miró divertida -Yo tengo un juicio ese día y tú deberás atenderlo.

-Te recuerdo que Harley está a mi cuidado hasta que Pepper llegue -El castaño le dijo.

-Fácil. Se lo dejamos a Steve junto con Natalie -Le propuso.

-Trato -Respondió -¿Qué tan difícil puede ser cuidar a un niño de seis años y a una niña de doce?.

-Pregúntale a Steve.

Un silencio nada incómodo se hizo presente entre los dos amigos, compartían miradas divertidas y había un aura nada pesada.

-Que esto se quede así -Natasha pidió.

-¿Cómo?.

-Sin problemas.



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