Capítulo 12

422 41 8
                                    

-¿Cómo está? -Fury llegó preguntándole al esposo de su sobrina.

-Molesta, irritable -Contestó suspirando y masajeando sus sienes -Natasha no tomó bien que esa entrega no haya sido donde debería.

-No fue su culpa -El moreno miró al rubio -Ésta situación está siendo demasiado pesada para ella, para todos.

-Ésta situación es peligrosa -Sususrró molesto -Me preocupa Natalie -Vieron a la mencionada hacer su tarea -Ella es el punto débil de Natasha, nadie más y esto puede salir mal.

-¿Más de lo qué está saliendo? -El del parche alzó una ceja -Rogers, lo que Natasha necesita es un respiro. ¿Por qué no la llevas a cenar y tienen una noche para ustedes dos solos? Yo puedo cuidar a Natalie.

-Puede que tengas razón -El rubio cenizo apoyo la idea -Natalie, ven princesa -La rubia volteó a ver a su padre, bajó del asiento y caminó hacia donde los dos hombres se encontraban.

-¿Qué pasa? -La rubia de trece años preguntó.

-¿Te gustaría quedarte con el abuelo Fury? -El propio moreno preguntó a la pequeña.

-¡Sí! -Contestó emocionada la pequeña Romanoff -Una pijamada.

-Ve a poner tus cosas linda -Su padre le pidió.

-No me tardo.

La rubia salió corriendo escaleras arriba y en menos de diez minutos bajó con una mochila en sus hombros y un cojín que ella consideraba "especial" pues nunca dormía sin él.

-Estoy lista -Dijo al fin mirando a su padre y a su abuelo.

-Bien -Fury se levantó y tomó su abrigo -Suerte Rogers -Se despidió de él.

-Gracias Nick -Dijo irónico el rubio -Adiós princesa -Besó a su hija -Pórtate bien.

-Sí papi -Abrazó al mencionado y caminó a la puerta seguida de su abuelo.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

-¿Celebramos algo acaso? -Natasha miró a su esposo.

-Nada en especial -Corrió la silla para que la rusa se sentara -Pero quise traerte a que te distraigas un momento.

-¿Tú también piensas qué el caso de Yelena me tiene así? -Preguntó casi afirmando.

-Sólo pienso que te mereces un descanso de tanto trabajo y de tanto estrés -Tomó su mano -Te amo y no quiero que lo olvides.

Natasha sonrió y sus pómulos tomaron un color rojo -También te amo.

-Bueno, disfrutemos de la cena los dos solos -Steve acarició su mejilla -Hace mucho que no lo hacemos y sería bueno aprovecharlo.

Entre sonrisas, risas y coqueteos, pasaron la noche en el restaurante comiendo y bebiendo el vino favorito de la pelirroja.

Hacía mucho que no tenían una noche para ellos dos solos y querían aprovecharlo al máximo. Ellos sabían que teniendo una hija era a veces difícil para que ellos salieran solos y estuvieran solos, así que nada iba a evitar que disfrutaran de esa única noche.

Salieron del restaurante después de un rato de haber estado ahí. Al salir, vieron las calles iluminadas, el cielo lleno de estrellas y la luna iluminada a no más no poder. Steve tomó de la mano a Natasha y entrelazó sus dedos con los de ella sintiendo el anillo de compromiso y el de casados en la mano de la pelirroja. Sonrió y a los pocos segundos comenzó a llover sobre ellos. Los dos soltaron una risa y corrieron hacia donde estaba el auto en donde habían llegado. Lo visualizaron a unos metros y ambos corrieron para después entrar en él y recorrer el camino a su casa.

El Inicio del Fin (Romanogers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora