El Inicio del Fin (Romanogers)

Capítulo 38

Años después...

-Mamá, se hará tarde.

-Ya voy, ya voy.

-Llegaré tarde a la escuela. -La miró riendo.

-Y tú estarías feliz. -Su madre le respondió -Sube al auto, ya voy.

Natasha vió salir a su hija de catorce años hacia el auto mientras ella terminaba de ponerse sus pendientes en el espejo del recibidor de su casa. Ya había pasado mucho tiempo y las cosas habían mejorado en esos años para todos ellos.

-Buenos días.

Volteó a ver al dueño de la voz y lo vió bajando las escaleras. Se acercó a ella y le dió un beso en la mejilla.

-¿Ya te vas?. -Preguntó acomodándose el saco.

-Tu hija está desesperada por irse de aquí.

-¿Natalie quiere llegar temprano?. -Alzó una ceja -Eso si me sorprende.

-¿Olvidas qué día es hoy? Hoy se van de día de campo todos en la escuela, por eso quiere llegar temprano.

-Claro, ya entiendo.

Steve soltó una risa, tomó sus llaves y caminó a la puerta.

-Te veo en la noche.

-Sí, ten un buen día.

Salió por la puerta esperando a que se despidiera de su hija y después salió ella. Se subió a su auto, cerró la puerta y miró a su hija quien la estaba viendo de forma pícara.

-¿Qué?.

-Oh vamos mamá, no me digas eso. -Soltó una risa -Sabemos que los dos se mueren por regresar, ¿por qué no sólo lo hacen y ya?.

-Mira jovencita. -Encendió el auto -Las cosas son muy raras y distintas, ¿bien?, así que mejor nos apuramos en llegar o se te hará tarde.

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-Llegas tarde. -Tony la miró entrar a su oficina.

-Y tú estás en mi silla. -Lo señaló -Muévete sino quieres que te saque volando.

-Me das miedo, araña. -Susurra riendo. Se levantó y se sentó en el escritorio.

-Eres una molestia.

-Me lo han dicho, sí.

-¿Qué pasa? ¿A qué debo tu agradable visita tan temprano y en mi oficina?.

-¿Acaso no puedo visitarte?. -Se colocó la mano en el pecho fingiendo dolor.

-Eres tan dramático, Tony. -Se sentó -Puedes visitarme, pero nunca lo haces a no ser que necesites un favor, de otra manera me haces el increíble favor de mandarme un mensaje con Jarvis o en dado caso lo haces con la pobre de Pepper.

-Me duele que pienses así de mí, Romanoff.

-Ya baboso. -Le lanzó una pluma -¿Qué sucede?.

-Hoy, a las siete, ¿bien?.

-¡¿Qué?! No, no. -Negó -Ya no, Tony, tengo cosas que hacer, estoy ocupada. No puedes venir y disponer de mi tiempo así como así.

-Por favor, no tardaremos mucho. -Se levantó -Ah, y lo que debes usar está exactamente llegando a tu casa ahora.

-¿Ahora me vas a vestir también?. -Se cruzó de brazos.

-Tal vez. Nadie puede negar mi buen gusto, soy el rey.

-De lo único que serás rey es del reino de los estúpidos.

-Entendí la referencia.

-Largo, debo trabajar.