Capítulo 1

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-Muy bien abogados -El juez habló -La sesión para libertad condicional está abierta. Abogado -Se dirigió al defensor de Belova -Comience.

-Señor juez -Se levantó -Mi clienta fue acusada por tráfico de drogas hace un poco más de siete años -Caminó por la sala -Ella cooperó con las autoridades desde el momento de su detención, ha sido una reclusa bien portada y no ha tenido ningún problema dentro del penal. Queremos su libertad condicional.

-La contraparte -El juez habló.

-Señor juez -Alex se levantó -La señorita Belova tal y como dice su abogado aquí presente, fue acusada por el tráfico y pertenencia de sustancias ilícitas en su propio domicilio. Si bien cooperó con las autoridades, era porque no tenía otra opción -Miró a la acusada -Dejarla en libertar condicional antes de que su condena termine, no sería un bien social.

-Objección -El abogado habló.

-No estoy diciendo nada malo señor juez -Alex prosiguió -Tenemos testimonios de varias personas que conocen a la acusada y la personalizan como alguien agresivo.

-Sin embargo -La contraparte interrumpió -Mi clienta no ha tenido contacto en estos años con esas personas. Está comprobado que las actitudes de las personas pueden cambiar.

-Pero no de la noche a la mañana -Aseguró Alex.

-Mi clienta lleva casi la mitad de su condena siendo una buena reclusa y nadie ha dado queja de ella -Miró al juez -Señor juez, lo que pedimos es una simple libertad condicional, sabemos las reglas de esto y mi clienta está dispuesta a llevarlas a cabo.

-Daré un receso de diez minutos para deliberar.

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-Parece que estás algo cargada de trabajo -Logan admitió viendo a su sobrina correr de un lado a otro en su oficina.

-Me han llegado varios casos y tengo muchas juntas de la empresa -Tomó un respiro -No me doy abasto.

-¿Y Tony? -Preguntó levantando unos papeles del suelo.

-Está ocupado -Respondió la rusa -Tiene más trabajo que yo. Necesito un descanso -Se dejó caer en su silla.

-¿Quieres qué te ayude? -Preguntó su tío -Sé administrar una empresa y sólo sería el tiempo que necesites para bajar el trabajo.

-¿En serio? -Preguntó con los ojos iluminados.

-Claro. No me molestaría -Logan se sentó frente a ella.

-Gracias -Lo abrazó -Necesitaba un apoyo laboral.

-Lo sé -Le dijo -Ni en la casa dejas de trabajar.

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-Tomando en cuenta todos sus argumentos -El juez habló -Estoy listo para dictar mi sentencia.

Todo el mundo guardó silencio.

-Se le otorga la libertad condicional a la acusada de narcotráfico Yelena Belova, con la condición de que cada semana debe venir a firmar un acta que conste que está en el estado.

-Todos de pie para despedir al juez -Pidieron.

-Gran trabajo Alex -Le dijo su contraparte -Romanoff no va a estar contenta -Se burló.

-En vez de echarme en cara su libertad, asegúrate de que tu clienta no se meta en nada turbio -Le advirtió -Porque no dudaremos en volverla a meter a prisión y ahora sí, para toda su vida.

Alex tomó sus cosas, cerró su portafolio y estaba dispuesto a irse, pero una voz lo detuvo.

-Dale mis saludos a Romanoff -Yelena le dijo -Dile que nos veremos pronto.

Alex sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal. Volteó a verla y no supo describir lo que había en los ojos de la rubia. Debía decirle a Natasha.

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-Y entonces, papá corrió al balón y se resbaló -Termino de contar Natalie a su madre riendo.

-Dime que lo tienes grabado -Le dijo su madre soltando una risa.

-Pero claro que sí -Natalie sacó su celular y le mostró el video.

En él, se veía a un Steve Rogers correr de forma apresurada hacia atrás para poder atrapar un balón, sin embargo, pisó mal y se cayó.

Natasha y Natalie al verlo soltaron una risotada que duró varios minutos.

-No me parece gracioso -Steve al fin había hablado.

-E-es qué -Natasha respiró -Amor, te ves muy gracioso, lo siento.

-Mami tiene razón papi -Le dijo la pequeña -Pero así te quiero.

Steve frunció el ceño -Así, ¿cómo?.

-Despistado y patas chuecas -Respondió comiendo una papa frita.

Ante el comentario de la rubia, Natasha soltó otra carcajada atrayendo la atención de su esposo quien tenía una expresión algo seria en el rostro. Steve al ver a Natasha reír no puso evitar sonreír al verla tan feliz.

-Lo siento amor -Natasha se disculpó con su esposo.

-Está bien -Le dió un tierno beso en la mejilla -Y tú señorita -Vió a su hija -Hablaremos cuando lleguemos.

Natalie sonrío al ver la expresión divertida de su padre. Ella sabía que él la quería mucho y que sus regaños no eran más que divertidos, ella jamás había faltado al respeto a nadie, mucho menos a sus padres.

-¿Quieres pedir algo más? -Natasha le preguntó a Natalie.

-Una rebanada de pastel de tres leches -Le brillaron los ojos.

-Dulcera como tu padre -Natasha le dijo.

-Y como tu madre -Steve le dió un pequeño empujoncito a la rusa.

-Tal vez -Respondió la acusada.

Steve llamó al mesero y mientras Natasha y Natalie pedían sus postres, el celular de la mayor sonó, miró a Steve y a su hija, se disculpó un momento y se levantó para poder contestar.

-Romanoff -Dijo al pegar el aparato a su oreja.

-Natasha.

-Alex -Natasha respondió -¿Qué pasa? Te escuchas raro. ¿Terminó el juicio? -Preguntó.

-Sí, para eso te hablaba -Le respondió.

-¿Qué pasa? -Natasha puso más atención.

-Le concedieron la libertad condicional a Belova -Natasha abrió los ojos.

-No puede ser, eso no -Natasha estaba es shock.

-Lo sé, también me quedé así cuando el juez dictó sentencia -Suspiró -Eso no es todo Natasha.

-Ah, ¿no? -Natasha miró a Steve y a Natalie desde lejos -¿Qué más vas a decirme?.

-Yelena me dijo que te diera sus saludos, que te vería pronto -Repitió lo que le habían dicho -Tal vez no sea nada, pero su voz no me convenció, mucho menos su mirada.

-Esto... pasa mañana por mi oficina, arreglaremos esto, podemos apelar aún.

-Pero por el momento, ella tiene su libertad, y justo en estos momentos, ella debe estar saliendo del penal.

-Lo sé... pero no me quedaré de brazos cruzados, menos sabiendo que forma parte importante de un maldito cártel de narcotraficantes -Natasha suspiró.

-Pero eres más poderosa, ¿no? -Preguntó esperanzado.

-A veces eso no funciona.

El Inicio del Fin (Romanogers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora