Capítulo 33

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-Demos inicio al juicio contra el señor Alexis Durques por los delitos de homicidio calificado, intento de homicidio, secuestro y tráfico de drogas. Les pido a los abogados de las partes presentes que mantengan el orden en la sala.

Todos en la sala se quedaron callados y tomaron asiento esperando los diálogos de ambas partes.

Una puerta se abrió y por ella entraron dos policías y en medio de ellos venía Alexis, estaba esposado y vestía pantalón y camiseta naranjas, la ropa típica de prisión. Los espectadores lo siguieron con la mirada, le quitaron las esposas y se sentó junto a su abogado.

El juicio daba inicio.

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-¡¿Qué está pasando?! -Olena gritó mientras se sostenía de un asiento.

-¡Parece ser una turbina! -El piloto contestó -¡Sosténgase de algo!.

-Natasha, hey -Tony pasó su mano por su cara -Pareces ida.

-Lo siento, ¿qué decías?.

-Que parecía que te habías transportado a otro lugar -Susurró -¿Nos vamos?.

-¿A dónde? -Soltó una risa -Por si ya lo notaste, tengo muchísimo trabajo.

-Natasha, hoy es el juicio -Respondió -Vine por ti, los demás ya han de estar allá.

-No iré, Tony -Lo ve -Mi declaración está dada, no necesitan nada más de mí. Alex es mi abogado, va a ganar.

-Pero sabes que si declaras habrá más peso contra Alexis.

-Al igual que los demás testimonios, es lo mismo.

-Sabes que no es lo mismo. Los delitos por los cuales se le acusan y los de mayor peso son respecto a ti.

-No tienes que recordármelo -Sonrió sarcástica -Ya sé que él tuvo peso en muchas cosas, ya lo sé. Pero el que encontró las pruebas de que mató a su antecesor fuiste tú, así que el que debería estar ya allá, eres tú.

-Pero Nata...

-Pero nada, Tony -Se levantó -Ya te dije que no iré, así que no iré.

-Bien, nos vemos más tarde.

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Llegó lentamente caminando entre el pasto, viendo de lejos la ciudad, los edificios. El viento hacía volar su cabello y las hojas de los árboles sonaban entre ellos cuando las ramas se golpeaban. Volteó a ver la camioneta y a sus dos guardias esperando por ella.

Se detuvo, agachó un poco la vista y leyó sus nombres. Las piedras talladas con sus nombres estaban limpias, con flores frescas. Sonrió y se agachó un poco, se puso de rodillas y después se sentó en el pasto. Pasó su mano por ellas y las lágrimas comenzaron a bajar de a poco.

-Debieron tener otro final, otro tipo de final -Susurró -No uno tan cruel, no uno que pasó por mi culpa. No así...

《Me imaginé la forma en la que habían muerto, pero una forma es imaginarse y otra, bueno, que te lo enseñen... mi mente me decía que tal vez no habían sufrido tanto, pero no fue así. No sé qué pensar o qué decir, no me rompo porque Natalie me necesita, pero a veces, a veces siento que todo esto me está ahogando... más bien, que ya me ahogó -Soltó una risa -Soy un zombie... un muerto en vida que salió de las profundidades de algo que ni siquiera sé qué es... mi vida ha sido tan diferente a como toda niña sueña cómo será. ¿Saben? Yo no pedí esto, yo no pedí ser de una familia a la cual querían destruir, yo sólo quería que mi familia estuviera unida, que mi padre me entragara en el altar, que vieran crecer a su nieta y al final no fue así... me quitaron a mis padres biológicos y también a ustedes... porque ustedes fueron eso, mis padres.》

El Inicio del Fin (Romanogers) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora