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Narra Chloe:

Nos encontrábamos los cinco dentro del autobús que habíamos reforzado para poder enfrentar a aquellas criaturas que podían llegar a volverse un problema mucho más grande en un futuro cercano. Nos había costado una tarde de arduo trabajo para lograr despejar el lugar y prepararlo para el enfrentamiento, porque si bien era una pequeña criatura no estábamos dispuestos a correr ningún riesgo.

Steve jugaba con un mechero mientras yo observaba cada detalle de las armas que sacaba de mi mochila. Había estado intentando evitar cualquier tipo de contacto físico con él por el hecho de que me ponía algo nerviosa cuando nos encontrábamos solos o demasiado cerca. Era por eso que me había sentado en frente suyo, para evitar cualquier tacto que no fuera entre la planta de nuestros pies, la cual se encontraba una pegada a la otra.

Quizás era algo loco tomar esas "precauciones", pero yo era un persona que se enamoraba fácil con personas que lleva conociendo hace tiempo. Por lo que quería eliminar cualquier atracción  por el castaño de envidiosos cabellos.

—¿Así que se enfrentaron a uno de ellos?

Gire la cabeza a la par de Steve para poder observar a la niña que había hecho aquella pregunta. Ambos asentimos para luego volver a concentrarnos en lo nuestro.

—¿Y están totalmente seguros de que no era un oso?

El momento en el que los cuatro nos enfrentamos a aquella gigante y aterradora criatura se me vino a la mente, causándome un escalofrío en la espalda. Reviví ese miedo que invadió mi cuerpo esa noche fría en la cual perdí a mi hermana, la noche en la cual llore y grite como nunca lo había hecho en toda mi vida.

Fui la única en negar aquella suposición.

—Mierda. No seas idiota. No era un oso— respondió el enrulado de mala gana.

Lo observe con el ceño levemente fruncido ante su extraña y poco peculiar actitud, la cual me pareció totalmente desacertada y mas aun porque le estaba hablando a la persona por la cual se quedaba sin aliento apenas la veía.

—¿Por qué estás aquí si no nos crees?— remarcó con un pequeño levantamiento de hombros—. Vete a casa.

- Dustin- susurre para que dejara de decirle esas cosas a Maxine.

La pelirroja se puso de pie, haciendo notorio su desagrado por la manera en que Henderson le había contestado.

—Qué mal humor— murmuró mientras caminaba en dirección a la escalera que se encontraba en medio del largo autobús—. ¿Es tu hora de ir a la cama?

A medida que Max subía en dirección al techo yo me puse de pie, esperando el momento en que se alejara lo suficiente como para que tuviera una pequeña charla con el enrulado por como le había respondido.

—Muy bien— lo felicitó Steve—. Muéstrale que no te importa.

Fruncí el ceño ante el halago de Harrington y no tarde en comprender el por qué de la reacción del adorable Dustin a la pregunta de la pelirroja.

—No me importa— afirmó el pequeño.

—Bien, es suficiente Dustin— dije tomándolo del brazo para que se detuviera—. No tienes el derecho de tratarla como si fuera nada.

—A mi me parece que ella no es nada— dijo mientras se soltaba levemente de mi agarre.

Largue un largo suspiro mientras enredaba mis manos entre mi cabello. De verdad tenia mucho que enseñarle a Dustin sobre chicas, y a pesar de que no parecía ser el lugar ni el momento como para darle una lección iba a hacerlo de todos modos. O al menos lo intentaría.

Stranger Things 2 [Mike y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora