Capítulo 24

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(Narro io)
El silencio era abrumador, ninguno de los dos se atrevía a decir una palabra por miedo a las repercusiones, Dipper estaba abrumado por respuestas, habían sido varios años de ausencia y pesar, ni una carta fue enviada por temor a que la pequeña la encontrara y mucho menos una llamada ya que Stan no estaba en un lugar por mucho tiempo.

—¿Y bien?, ¿Qué tienes?— Dijo el castaño tratando de romper la tensión.

Al otro le sorprendió la pregunta tan directa de su sobrino, pero extrañaba como Dipper enfrentaba sus problemas.

Suspiró con pesar. —Saben, las maldiciones no son algo que se encuentran a la ligera por el mundo...— Sabían que el mayor tenía que dar una introducción a la respuesta, aunque la ansiedad aumentaba con cada palabra. —Pero, también esa cantidad se reduce para cuando alguien la rompe...—

—¿Se puede eliminar?— Interrumpió con cierta ilusión el menor.

Ford hubiera preguntado lo mismo, pero el castaño fue mas rápido.
Ambos miraban con sus grandes ojos al mayor quien tenía el rostro sereno.

Asintió ligeramente para continuar. —Pero depende mucho con que sentimiento fue hecho. Mis investigaciones me llevaron a creer que aquella mujer que maldijo a la familia era alguien que manejaba muy bien la magia, no sabría si buena o mala, pero... El dolor, sufrimiento y pesar debieron haber sido las motivaciones para maldecir a su descendencia...—  Lo soltó todo de golpe, pero fue claro para su familia quienes trataban de deducir lo que seguía. —Si tomamos por referencia a aquellos que se libraron de estos maleficios, se tiene que combatir con las emociones contrarias. Es decir a-...—

—¡Amor!— Gritó Dipper, tenían la respuesta después de tanto, estaba feliz y no podía siquiera ocultarlo. Trató de calmarse para continuar. —¿P-Pero como?, ¿Qué tipo de amor?— Preguntó con duda.

—Es verdad...— Interrumpió Ford. —Mei a estado aquí desde que nació y nunca le ha faltado nuestro amor y cariño, ¿No habremos acabado nosotros ya esto?— Preguntó curioso.

Stan negó con la cabeza. —Apenas habían pasado unos años desde la muerte de la bruja cuando nació una niña, era imposible que su familia haya sabido de la tragedia que cargaba, por lo tanto debieron de cuidarla y amarla como nosotros con Mei, pero al igual que sus sucesoras trajo pesar a aquellos que la amaban y apreciaban.—

—¿Entonces?—

—Supongo que, como casi todas las chicas mueren jóvenes o les pasan cosas en su niñez, no pueden encontrar el amor verdadero.—

—¡¿QUÉ?!— Gritó Dipper al pararse. —Mei tiene 8 años y no sabemos cuanto le queda, ¿Quieren decir que debemos buscarle un novio?— Preguntó furioso, todos sabían de los sobreprotector que era con ella, pero no esperaban que eso afectara su juicio.

—Tranquilo Dipper...— Se levanto al igual que él Ford mientras se acercaba lentamente. —Tenemos opciones: Podemos esperar unos cuantos años a que crez-...

—¡NO!— Gritó furioso nuevamente el castaño. —¡Ella no puede ser de nadie!, ¡Es mí hermana!—

Apenas el anciano iba a continuar con sus objeciones cuando Stan lo detuvo. Su rostro serio le llamó la atención a su hermano, quien solo le dio el pase para que continuará.

El mayor miró a su sobrino a los ojos; sus orbes cafés demostraban un fuego interno, estaba demasiado enojado  por el simple hecho de imaginarse a su pequeña con alguien mas.

—Te has enamorado de Mei...—

(Narra Dipper)
—¡¿Q-QUÉ?!— Eso debía ser una maldita broma, ¿Yo enamorado de mi hermana?, ¡¿Un chico de 14 años le gusta una niña de 8 años?!... Que enfermizo.

—Lo demuestras con tus acciones y palabras, estas celoso con solo imaginar a Mei con alguien mas.— Ese estúpido anciano. ¿Qué sabe él de amor?

—¡Oh vamos!... ¡¿Acaso no sientes un apreció especial por Ford?!—

—Claro, somos hermanos, pero yo no reaccionó como tú si me dijeran eso.— Stan seguía sereno después de que dijera esa opción, pero tenía razón, yo estaba nervioso de solo pensar en ello, era como si hubieran revelado a mi verdadero yo, tratando de ocultar todas mis emociones y sentimientos... Pero, en un dos por tres estas habían salido a flote después de varios años.

Mire a Ford pidiendo o mejor dicho rogando que el mismo desmienta lo que me acaba de decir, pero, solo aparto la vista.

No podía seguir en ese ambiente, debía irme, si estoy mas al lado de Mei quien sabe que podría hacerle, conociéndome, esto solo aumentaría y la lastimaría, prefiero sufrir yo.

Corrí hasta mi habitación, podía oír a mía tíos llamándome, quien sabe, a lo mejor querían convencerme de cualquier estupidez, como que "Cualquiera confundiría sus pensamientos".

Pero por primera vez me han abierto los ojos, ¿Como no pude notarlo?, soy un estúpido.

Cerré la puerta detrás de mi recargandome en ella, mi cabeza estaba vuelta loca y las ganas de llorar incrementaron con el silencio.

Pequeños sollozos salían aunado a lágrimas, no podía creer que fuera tan repugnante, no puedo estar aquí por mas tiempo.

(...)
Así tan rápido como la melancolía se alejó de mi, empecé a guardar mis cosas, sabía que mi hermana regresaría pronto y no quería que me encontrara, tal vez mis tíos podían decirle que me fui por un tiempo así como lo hizo Stan, ella me conoce y sabe que solo estaba esperando una oportunidad para salir de aquí.

"—¿Pero me llevarás contigo?—"

Diablos, tenía que ser una maldita broma.

Caí de rodillas en la alfombra al recordar esas palabras, seguramente el recuerdo de mi hermana me persiga de ahora en adelante, pero ¿Tenía que doler tanto?

(...)
Ya era tarde, tenía todo lo básico en una mochila de mano, ya no necesitaría los trajes elegantes que había utilizado tantos años en esos shows de magia.

Una sonrisa nostálgica apareció en mi rostro al recordar los buenos momentos que había tenido aquí, el como este lugar fue el lugar que nunca tuve y que muy posiblemente no tendré.

Bajé las escaleras hasta el primer piso, ahí estaban Ford y Stan sentados, igual a como los había dejado.

Iba a salir sin mirar atrás, cruzaría la puerta y desaparecía, pero uno de ellos me llamó.

No estaba dispuesto a voltear, pero el respeto que les tenía a ambos era mayor.

Con pesar me giré y camine hasta donde estaban, no podía mirarlos, ellos habían hecho bastante por mi y solo los abandonaba.

—Hijo, entiendo lo que harás...— Era Ford quien me hablaba, pensé que me detendría con sus palabras, pero puso una de sus manos en mi hombro. —Cuidate y recuerda que aquí tienes un hogar.— Me dijo triste, levante el rostro para mirar sus ojos llenos de lágrimas, un sentimiento de culpa me invadió.

Sentí sus brazos enredarse en mi en un abrazo, pero yo me sentía incapaz de seguir el gesto.

Stan estaba sentado mirando todo desde el sofá, realmente esperaba que el me detuviera, pero estaba seguro que me dejaría ir igual a mi tío Ford quien se separo para abrirnos paso entre su hermano y yo.

Con pesar él se levantó y me miró de arriba hacía abajo, pero con respeto. —Ya no eres mas un niño, y no te culpó por tomar esta decisión, dejame decirte que cuando decidí traerlos aquí hace 8 años a sido lo mejor que se me ha ocurrido en la vida.— Me abrazó al igual que su hermano, y yo seguía renuente. —T-Te amo hijo...—

Esas palabras, aunque simples fueron los suficientemente fuertes para hacer que algo se moviera dentro de mí.

Levante los brazos con fuerza imitando el gesto, hubiera deseando estar así para siempre.

No lo niego, lo extrañare... Son mi familia y sin ellos... Solo soy...
Nada...

Prisionero... [DipperG.xWill]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora