Capítulo 26

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(Narro io)
No le tomó días llegar hasta aquel pueblito donde se encontraba su hermana, si no una semana entera, no había tenido ningún sueño como el que le avisó acerca de la enfermedad.

No quería llamar ya que no sabía como describir el suceso que lo hizo enterarse de Mei.

(...)
Llegó de noche a Reverse Falls, camino ya que pensaba que eso le daría tiempo para calmarse y pensar que decir al encontrarse con su familia.

El sendero estaba muy tranquilo, como la noche en la que los dejó, además de que todo era tan familiar; es decir que no había cambiado nada en sus 5 años de ausencia.

Una fuerte emoción se apoderó de él cuando vio a lo lejos un destello, era la casa con su típica luz del pórtico encendida para dar la bienvenida a los visitantes, pero que ahora ayudaba a un familiar.

Dipper suspiró profundo al estar enfrente de la puerta, estaba emocionado pero también asustado, ¿Qué diría al verlos a todos?.

Ya no había marcha atrás y debía improvisar.
Tocó dos veces la gran puerta de roble, no hubo respuesta por lo que supuso que sería mejor irse y volver por la mañana.

Se dio la vuelta pero antes de dar un paso siquiera, un rechinido detrás de él lo hizo detenerse.

No hubo alguna palabra después de eso, el silencio reinaba aunque la duda también se formaba en la mente del castaño.

Con temor y duda giró, pero su vista estaba clavada en el piso, ¿Qué podría decir?

Trataba de encontrar las palabras adecuadas para decir, pero sus labios estaban pegados.

Antes de poder hablar, sintió unos brazos enredándose en su cuello en un fuerte abrazo, además de que un intenso olor dulce inundó sus fosas nasales.

Era inconfundible de quien se trataba, correspondió el gesto tomándola por lo que debían ser su cintura y pegándola mas a su cuerpo, sentía como sus ojos se humedecían e inconscientemente enterraba su nariz en el cuello de aquella que compartía su apellido.

—V-Volviste.— Susurró la castaña con voz quebrada, parecía que también había extrañado a su hermano en esa larga ausencia.

Para el otro fue imposible responder a esas palabras, solo seguía ahí quieto rezando porque ese no fuera un sueño.

—Mei que suc-...— Un tercero se había presentado, pero no continuó con su pregunta. Por la voz se podía saber que era Ford.

Con pesar el chico se separó de su hermana, pero no para ver a su tío si no mas bien para admirarla a ella: Cabello largo hasta la cintura de un intenso color chocolate, piel tersa y fina, su altura era menor a la de Dipper pero igual era alta y sus ojos; dos grandes zafiros que brillaban por el reflejo de la luna en ellos.

"¿Sería un mal momento para besarla?"

—¿D-Dipper?...— Se escuchó un ligero llamado en la puerta, con nostalgia el mencionado miró de que se trataba dando la cara a su tío Stan quien lo miraba con cierta ilusión en los ojos.

No hubo palabras después, solo abrazos y disculpas por desaparecer tanto tiempo, todos querían saber como le había ido en los viajes al castaño quien contó algunas anécdotas solo para hacer tiempo y quedarse a solas con Stan y Ford.

(...)
Todos estaban sentados en la sala alrededor de la chimenea escuchando atentamente las palabras del joven.

Aquella chica (Ya que no puede ser llamada "Niña") estaba cabeceando mientras sostenía una taza de chocolate en manos.

—Mei, querida deberías ir a dormir...— Dijo calmado Ford mientras le retiraba el recipiente.

—P-Pero quiero escuchar a Dipper... Hace mucho que no-...— Bostezo sonoramente para después cerrar los ojos, pero rápidamente volvió a erguirse para mirar a todos que tenían una ligera sonrisa. —Esta bien... Pero... Quiero que Dipper me acompañe...— Dijo con tono de suplica, los gemelos miraron al mayor quien solo asintió, era una gran felicidad la que sentía, sin embargo la oculto bastante bien.

La joven se despidió de los mayores quienes la abrazaron para después mirar al mayor, este solo giro la vista, sabía que le pedían que no hiciera nada malo o que aquello que pensaba no fuera a lastimar a su sobrina.

Pero Dipper no sabía que haría o que diría.

(...)
El cuarto de Mei estaba igual a como el mayor lo recordaba, claro que con ligeras diferencias ya que no siempre iba a ser una niña.

La castaña hizo esperar al mayor para que ella se pudiera cambiar, mientras tanto el mayor paseaba por el cuarto observando cada objeto que este tenía tales como fotos.

En ella se podía ver a Pacífica, claramente estaba a la par de Mei en cuanto a desarrollo, pero como lo supuso el castaño; se había puesto muy hermosa.

En otras había chicos jugando fútbol y como es que Mei pertenecía al equipo.

"¿Me perdí tanto?..." se preguntó el mayor al tomar la foto.

—¿Qué haces?— Interrumpió su hermana mientras se acostaba en la cama y Dipper la arropaba. Aunque era un pequeño gesto de aprecio, adoraba cada parte de este. —Sabes, realmente me alegra que estés aquí... No quiero dormir porque tengo miedo a despertar y que todo esto sea un sueño...— La chica ya estaba totalmente tapada con las cobijas pero su hermano aún seguía sentado escuchándola. —Te extrañe todo este tiempo... Tú eres la única familia que me queda, tal vez no debería decirte esto pero... Lloré todos los días siguientes a que te fuiste...— Al castaño se le estrujó el corazón de solo escucharla decir eso. —No soy idiota, se que nunca me hubieras dejado por viajar.— El mayor se sentía culpable, tenía razón ya que el mismo creía que nada lo separaría de su hermana. —Dime ¿Cuál fue la verdadera razón para que me dejaras?—

No hubo respuesta después de eso, Dipper se debatía en una pelea interna de acaso decirle la verdad o tan siquiera volverle a mentir, ¿Pero se atrevería a engañar a su hermana después de lo que sucedió?

—Amm, Mei... Será mejor que duermas. Mañana sera un día bastante ocupado. Bueno, para mi.— Dijo con una mano en la nuca y evadiendo la vista de su hermana.

—¡Pero no respondiste!—Gritó la chica. —¡¿Cómo se que no te irás por la mañana y otra vez vuelva a sentirme culpable por que te fuiste?!— Pequeñas lágrimas empezaron a bajar por sus mejillas surcando su rostro. —No quiero volver a estar sin ti...— Susurró antes de llevar sus manos a sus ojos.

¿Como Dipper iba a soportar dejar así a su hermana?

La abrazó, pero seguía en un mar de lágrimas, por lo que el castaño levantó el rostro de esta.

Sus ojos hinchados por el lloriqueo no la hacían lucir menos hermosa ni mucho menos, si no que al contrario lograron que el mayor se sintiera culpable.

Con dulzura retiró las lágrimas besando el lugar por donde pasaron tomando por sorpresa a la menor quien se había pintado igual que un tomate.

Una risilla de parte de Dipper logró sacar de sus pensamientos a la castaña mientras desviaba la vista con los ojos bien abiertos.

—Mejor duerme...— Dijo divertido. Levantándose de la cama y dejando igual pasmada a la menor, pero que al reaccionar lo tomó de la muñeca.

—No te vayas, ¿De acuerdo?— Pidió.

El mayor se deshizo del agarre y beso la muñeca de aquella que era dueña de su corazón.
—Lo prometo...—

Apagando la luz detrás de él y saliendo del cuarto.

Ahora solo quedaba algo que debía enfrentar: Sus tíos.

Prisionero... [DipperG.xWill]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora