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CAPITULO 30

TE AMO:

Baje de mi auto con una leve sonrisa que intentaba evadir, me acerque a la puerta y la toque algo emocionada. Me reprimí mentalmente, seguía comportándome como una adolescente viendo su primer amor. Oh... esperen... soy una adolescente experimentando mi primer amor... no, no, no, soy una agente intentando cumplir su misión, si, así sonaba mejor. Si, ya era viernes en la noche y estaba afuera de la casa de Elliot, tal y como él me lo había pedido. Un frio abrazador me recorrió de pies a cabeza, levante mi vista al cielo y en efecto, ahí estaba nuestra estrella. Sonreí más abiertamente y cerré los ojos, dejando que la brisa jugara con mi cabello. Hoy había pasado igual que otras veces, Elliot no me hablaba como Moon, pero creo que esto era lo mejor para él y ya se está volviendo una costumbre. Igual podía hablar con Elliot como yo normal, así podía sobrellevarlo.

-¿Ahora tocar la puerta y cerrar los ojos con la cara levantada es la nueva costumbre? Esa es nueva –abrí los ojos y baje mi rostro, el cual está dirigido al cielo.

-Oh, lo siento estaba pensando –sonreí para él.

-Wow, ¿Tu pensando? Que novedad.

-¡Elliot! –exclame haciéndome la ofendida.

-Estoy jugando contigo tontita, ven –tomo mi mamo y la beso, para luego guiarme al interior de su casa. Todo está iluminado, pero solo y únicamente por velas. Un aroma a rosas recorrió mis fosas nasales y note que había muchas de ellas puestas sobre jarrones de fina porcelana. Me guio hasta el comedor, donde tenía la cena elegantemente servida, cubiertos de plata, un ramo de rosas en el centro de la mesa rodeado por velas, una a simple vista exquisita cena y música clásica sonando.

-La cena está servida, madame y si me permite, debo decirle que esta hermosa esta noche, perdón, ¿Dije esta noche? No, usted se ve hermosa siempre –sonreí, había ido sencilla, vestido blanco algo corto, suéter negro y zapatos un poco altos igualmente negros. Igualmente con el maquillaje, sencillo, casi nada.

-Elliot, que cordial –reí un poco-. Usted tampoco se ve nada mal y la cena se ve exquisita y ni hablar de lo bien que huele.

-Por favor, tome asiento –retiro la silla hacia atrás, indicándome que me sentara y así lo hice.

-¿Y desde cuándo tan elegante y cordial? –pregunte burlona.

-Digamos que esta es una noche especial –sonrió y yo le devolví la sonrisa-. Espero te guste la cena.

-Oh Elliot, esto esta delicioso –dije probando un bocado-. Tienes que darme clases de cocina.

-Estaré encantado, tu solo dime día y yo ahí estaré, enseñándote.

-Elliot... ¿puedo saber por qué estabas raro el otro día? En la plaza.

-Tranquila princesa, no me sucedía nada, solo estaba algo cansado –dijo, pero había algo más atrás de esos ojos verdes, que juraban estar mintiendo, al solo verlos.

-¿Sabes? Tus ojos se han vuelto más expresivos, desde el día que te conocí hasta ahorita.

-¿Ah sí? Pero eso no es bueno, es exponer mis debilidades, ¿No? –negué lentamente con una sonrisa.

-No... conmigo puedes ser quien eres Elliot, conmigo no tienes que aparentar.

-Danielle... -tomo mi mano por encima de la mesa-. Tú conmigo tampoco tienes que aparentar, sabes que puedes confiar en mí.

-Lo sé y confió en ti Elliot, mucho –sonreí ocultando mi mentira, pero por dentro mi corazón gritaba de dolor.

-Me gusta que confíes en mi –sonrió y nos quedamos en silencio, comiendo-. ¿Terminaste?

AGENTE ESPECIAL -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora