Capítulo 15 "Revelación traumática"

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- Desde pequeña fui una niña solitaria. Mis padres nunca estaban en casa. Tampoco tenía amigos por culpa de mi apellido. El único a quien realmente tenía era a Cristian. Él era mi padre, hermano y amigo. Siempre trató de conseguir lo que yo quisiera, especialmente el ballet---sonreí con tristeza---el ballet clásico era mi pasión. Lo comencé a practicar cuando tuve 4 años. Yo era muy buena. Tuve las mejoras instructoras. Sin embargo, al cumplir los 14 años mis padres decidieron que eso era una pérdida de tiempo y más de una vez me amenazaron para que abandonara el ballet. Cristian nunca lo permitió. Gracias a él no abandoné el ballet. Nunca supe como hacía él, pero mis padres no le rechistaban---me detuve un momento para respirar un poco, porque sentía que no respiraba ante la avalancha de recuerdos---Cuando tenía 16 años, tuve una presentación de ballet que me catapultaría a la mejor compañía de ballet de Europa. Katerina era mi compañera de ballet y Domenic su hermano y mi novio----apreté las manos en la cama---el día de la presentación ambas nos presentamos a las audiciones. Estábamos rebosantes de felicidad, así que para celebrar decidimos ir a una fiesta que daba un amigo de la universidad de Domenic. Esa noche nos pasamos de copas. Sin embargo, a mí no me importó y le dije a Domenic que debía irme a mi casa porque Cristian y mis padres llegaría de Estados Unidos. Él no quería irse, pero armé tanto escándalo que decidió llevarme a casa. Katerina estaba molesta conmigo y se sentó en la parte de atrás del auto. Yo lo hice adelante junto a Domenic. En el camino íbamos discutiendo. Domenic no entendía mi aprehensión hacia mis padres y por mucho que le explicaba que si llegaba tarde me prohibirían practicar ballet, seguían molestos. Al final, los tres totalmente ebrios, estábamos tan absortos en nuestra discusión que no nos percatamos del animal que cruzaba la calle. Domenic, por la velocidad a la que iba, no pudo frenar a tiempo y dio un giro brusco al volante, haciendo que perdiera el control del auto, dando vueltas sobre el asfalto. El auto era descapotable, por lo que el accidente fue peor. Los tres nos salimos del auto. Quedamos tendidos en el frío asfalto sin ninguna ayuda. Estábamos rodeados de bosque---sentí que Damien agarraba mis manos frías, pero no pude verlo porque las imágenes del accidente era tan nítidas, como si hubiese sido ayer--- Al principio perdí el conocimiento, pero cuando me desperté el dolor en el cuerpo me cegaba. A mi lado podía escuchar los gritos desgarradores de Katerina. Llamaba a Domenic, pero éste no respondía. También quise decir algo, pero mi garganta estaba cerrada. No podía hablar. Yo me encontraba boca abajo. Podía sentir y oler la sangre. Más tarde entendí que la sangre era de Domenic mezclado con la mía. Estuvimos horas en ese lugar. Llegó un momento que pensé moriría. Había dejado de sentir mis piernas y me costaba respirar. Domenic había muerto. Lo supe desde el principio, pero no quise creerlo. Al tiempo Katerina también murió. Pude escuchar como su respiración fue disminuyendo hasta que oí más. Lo último que ella dijo fue yo era una asesina. Eso me marcó porque ella tenía razón. El tiempo fue pasando y nadie venía a rescatarnos. Así que entendí que pronto moriría. En ese momento, en lo único que pensaba era en Cristian. Dejaría solo a Cristian. No quería dejarlo, pero ya no sentía mi cuerpo. Lo último que escuché antes que mi mente se oscureciera, fueron las sirenas de las ambulancias---Damien acarició mis mejillas. Me di cuenta que estaba llorando. No lo podía creer. Yo nunca lloré por lo ocurrido, ni por la partida de Cristian, dejándome sola con ese trauma. Simplemente ignoré lo ocurrido. Al ver el rostro comprensivo de Damien, un nudo se formó en mi garganta. Y de repente él me abrazó con fuerza, quebrando mi voluntad y dejando que me desahogara en sus brazos. Lloré como nunca, lamentando la muerte de Katerina y Domenic. Damien acariciaba mi cabello suavemente--- yo... yo... yo...---no podía hablar.

- Tranquila cariño----me dijo Damien acunándome en sus brazos---tranquila Carlota. Desahógate conmigo---sus palabras fueron como un aliento. Continué llorando, hasta que poco a poco fue disminuyendo el llanto. Damien acariciaba mi cabello. Mantuve los ojos cerrados. Estuvimos en silencio por varios minutos----¿y luego qué ocurrió? ---preguntó suavemente. Respiré hondo y continué hablando.

La Oscuridad de mi CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora