Como pude llevé mis maletas a mi antigua habitación. Me descalcé los zapatos y bajé nuevamente a la sala. Hace cinco años que no pisaba la mansión. Busqué un vaso de vidrio en el bar y me serví el mejor whisky de mi padre. Di un sorbo y comencé a caminar a través de la casa. Se sentía raro estar sola en esa gran mansión, pero no dejé apabullarme. Recorrí las escaleras hasta llegar a la puerta intocable. El estudio de papá. Todos teníamos prohibido entrar. Y con el corazón acelerado abrí la puerta. Era una habitación grande, llena de muchos libros. En el centro había un escritorio y alrededor unos pequeños sofás. Me acerqué y observé atentamente cada espacio. Me senté en la silla tras el escritorio y revisé cada gaveta. Estaba lleno de papeles. No tenían ninguna importancia para mí. Me levanté y seguí revisando los estantes que había alrededor y todo era igual. Frustrada me senté en un sofá y miré el techo. Sin embargo, algo me llamó la atención. Allí había una cuerda que guindaba. Me subí al sofá y la alcancé para jalarla. Me sorprendí cuando del techo salió una escalera de madera. La acomodé y luego subí por ella. El corazón me latía con rapidez. ¿Por qué papá tenía ese escondite? Al llegar, noté que había muchas cajas. Al revisarlas, todas tenían papeles, que al leerlas supe que trataban de los negocios fraudulentos de mis padres. Seguí revisando hasta que una faja de cartas salió a relucir. La letra la reconocí de inmediato. Mi corazón se paralizó. Eran de Cristian. Abrí una con manos temblorosas.
"Hola Caro-Caro, seguro en estos momentos estás dolida conmigo y lo entiendo, yo estaría igual, pero quiero que sepas que lo hice por ti. Todo lo hice por ti. Espero que algún día me perdones. No puedo decirte las razones de mi partida inesperada, pero quiero que sepas que yo te amo. Eres mi hermana pequeña. Eres como una hija, aunque solo nos llevemos cuatro años. Cuídate de mamá y papá. No confíes en ellos. Recuerda que la mejor característica del ser humano es amar, así que no te olvides de amar.
Te quiere tu angustiado hermano, Cristian"
No lo podía creer. Esa carta databa de hace diez años. 25 de abril del año 2008. Cuatro meses después de mi accidente. Busqué otra carta desesperada. Era del 12 de junio.
"Hola mi Caro-Caro. Espero que estés tan bella como siempre. Nunca supe si lograste entrar a la Compañía de Ballet Ruso. Traté de buscarte allí, pero nunca te vi y no pude preguntar por ti porque hacerlo, alertaría a nuestros padres. Sin embargo, sé que lograrás ser la mejor. Tú eres mi bailarina favorita. No te esfuerces mucho, pero sigue tus sueños aunque tengas que batallar contra nuestros padres. Por ahora estoy bien, no puedo decirte donde estoy, y se que aun tienes preguntas que hacerme, pero aun no puedo hablar de ello. Te quiero mucho. Come algo, además de esas horribles ensaladas. Un dulce te vendría bien.
Se despide de ti, tu querido hermano, Cristian"
Revisé el sobre y ahí había un caramelo de fresa. Mi favorito. Agarré otra carta al azar y vi que era del 1 de enero del 2009.
"Mi querida Caro - caro, feliz año nuevo. Es la primera vez que estamos separados en esta fecha y me duele como no tienes una idea ¿o sí? Supongo que debes estar igual que yo. Imagino que la pasaste sola en esa inmensa sala acompañada sólo de Margarita y Pedro porque nuestros padres siempre están ocupados. Lo lamento con toda mi alma mi caro - caro. Desearía estar contigo, pero no puedo. En estos momentos lloro por la rabia y la injusticia de haber nacido como un Montenegro. Ojala nuestras vidas fueran otras. Una vida en la que yo te protegería de todos los maleantes que se hacen llamar "pretendientes" y tú me espantarías de todas aquellas mujeres que se quieran sobrepasar conmigo. Una vida en la que compartiéramos nuestros logros, donde conocieras al amor de tu vida y te llevara al altar como un hermano y padre orgulloso, pero sé que eso es imposible. Ahora todo es imposible. No has respondido mis cartas anteriores por lo que supongo no quieres saber de mí. Sin embargo, te seguiré escribiendo sin importar que no me quieras responder.
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La Oscuridad de mi Corazón
RomanceCarlota Montenegro es una arpía sin corazón, todo el mundo lo sabe, incluso ella está orgullosa de serlo. Su lema es "sin compasión, vivirás en la gloria", pero, ¿qué pasaría si la muerte de su hermano exiliado, cambia su estilo de vida contra su vo...