Capítulo 24 "Un intento de reanimarla"

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El silencio me acompaña. Es extraño que el silencio tenga un sonido cuando se supone que es silencio. Es como un pequeño pitido casi imperceptible, pero está ahí. "¿Por qué estoy viva?", es la pregunta que me repito a cada minuto. ¿Por qué me dejaron vivir? no quiero hacerlo. Solo quiero desaparecer y olvidar todo. No se quería es y tampoco me importa. Alguien me cuida, lo noto cuando me elevan y bajan, pero no me importa. Solo quiero que me abandonen para que pueda morir. Sé que pronto lo haré. Mi cuerpo está tan débil que no me puedo mover. No deseo comer, porque eso le daría vida a mi cuerpo y no quiero. "Cristian ¿Por qué no me vienes a buscar?" pensé rota.

***

- Sr. Aldridge ¿puedo hablar con usted?---escuché la pregunta de la enfermera a lo lejos. Alcé la vista del informe que leía.

- Por supuesto Sra. Thompson. Siéntese por favor---le señalé los asientos al frente de mi escritorio.

- Gracias sr. Aldridge---la enfermera Thompson se sentó y comenzó a hablar---estoy preocupada sr. Aldridge. La Srta. Carlota no mejora aun cuando ha salido del hospital desde hace dos semanas. Más bien ha desmejorado. Está muy delgada porque no come. He hecho todo lo que puedo para que lo haga, pero eso no es suficiente. Ella necesita alimentarse bien, no por un suero---apreté los dientes---sé que es una situación difícil sr. Aldridge, pero es necesario buscar un psicólogo. Mi opinión profesional es que ella de salud física está bien, pero su salud mental no---arrugué el rostro--- es decir, si ella se alimentara bien, hubiésemos visto mejoras, pero aún no lo ha hecho. Más bien empeora. Y eso se debe a su mente---veo como aprieta las manos en su regazo---y pienso sinceramente, sr. Aldridge que la Srta. Carlota se está dejando morir poco a poco---sentí como parte de mi alma se evaporaba---así que recomiendo buscar a un psicólogo para que la saque del mundo donde se sumergió.

- Gracias Sra. Thompson---exclamé tenso---haré lo que me dice---ella asintió. Se levantó de su asiento y salió del estudio. Estuve varios minutos paralizado. Sin embargo, salí de mi estupor y agarré mi celular para marcarle a Julie. Tras varios repiques descolgó.

- Hola Damien, ¿cómo sigue Carlota?--contestó con tono preocupado

- No mejora Julie---suspiré derrotado---no te mentiré. La enfermera me acaba de decir que ella se está dejando morir. Me recomendó que buscara un psicólogo, pero se me ocurre algo mejor---titubeé un poco---aunque tal vez no sea recomendable

- Nada puede ser peor Damien---suspiró Julie

- Quiero que te vengas con los niños. Tal vez, si ella los ve, reaccione y quiera vivir otra vez.

- Excelente idea Damien---se alegró un poco Julie---los niños no saben nada, pero en el camino les hablaré un poco para que no se sorprendan.

- Gracias Julie---exclamé aliviado--- prepararé todo el viaje. Elton se comunicará contigo, él se quedó trabajando en mis oficinas de Melbourne.

- Muy bien Damien, cualquier cosa te estaré llamando

- Como llegarán de noche, Henry los llevará a mi apartamento, y al día siguiente los buscaré para traerlos a mi casa---tras un pequeño silencio continué---Carlota necesitaba un lugar calmado y apartado para recuperarse y lo ideal fue la casa que compré hace un año para pasar un tiempo a solas.

- No me tienes que dar explicaciones Damien, confío plenamente en ti---respondió Julie con cariño---bueno mejor te dejo, debo preparar las cosas de los niños y tu debes tener demasiadas cosas que hacer. Nos vemos pronto.

- Nos vemos Julie---colgué el teléfono, recosté la cabeza en el espaldar de la silla y mascullé un improperio. Abrí los ojos de golpe y me levanté como un resorte. Necesitaba un trago o dos.

La Oscuridad de mi CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora