Capitulo 3: Ser el héroe que quiero, ser el niño de siempre

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Caminando, recorriendo la U.A entera, logró encontrar a su compañero el pelirrojo, este se encontraba riendo junto a Mina al otro lado del campo de deportes, lo que le provocó un poco de recelo. La chica rosa parecía muy a gusto con Kirishima, y él sabía que el perro también estaba a gusto con ella, pero si le daba a elegir seguramente se arrastraría a su lado, así era su amigo, siempre fiel como un perro. Se apareció detrás de ellos llamándolo con una voz grave y alta, como siempre solía hacerlo, esto ya no asustaba al pelirrojo, es más, escuchar su voz llamándolo lo ponía contento, saber que Bakugou quería su amistad tanto como él y lo consideraba era demasiada felicidad, siempre había buscado aquello, pero esta vez algo andaba mal, y creía que no podría ayudarlo. Allá a lo lejos, Todoroki se encontraba esperándolo, se había cruzado de brazos apoyado en una de las grandes paredes de la escuela viendo como el rubio intentaba convencer al pelirrojo de que cambiara lugares con él. Realmente no se creía tan mal compañero, aquella rivalidad que Bakugou había puesto entre ambos no le molestaba pero esta vez estaba haciendo que lo incomodara de cierta forma, ¿Tanto podía disgustarle su presencia al chico explosión? Sabía que muy bien no se llevaban y que no congeniaban casi en nada, pero no veía nada de malo en intentar mejorar aquella relación. Si se tratara solo de él no dudaría en hacer a un lado las diferencias, y concentraría un ambiente más jovial y amistoso, después de todo Deku le había hecho entender una cosa o dos. Allá en el campo de deporte pudo verlo explotando y haciendo rabietas, tal parecía que sus suposiciones no habían salido como quería, se sonrió, a veces Bakugou lograba hacerlo sonreír, ese carácter endemoniado que traía siempre lograba hacerlo reír por dentro, sus sonrisas eran tan escasas como las del mismo Bakugou, tal vez más, al menos el rubio sonreía cada vez que atacaba o lograba demostrar sus habilidades, de igual forma él era más quisquilloso con eso, y evitaba sonreírse a menos que lo sintiera, no fingía las sonrisas, cuando se sentía contento realmente lo hacía, y la verdad era que en esos tiempos que corrían, con su madre internada y la agobiante presencia de su padre como una sombra detrás suyo, no tenía muchas ganas de sonreír, pero esta vez lo hacía, la escena cómica de un Bakugou totalmente fuera de sí, persiguiendo a un Kirishima asustado por todo el campo a los ojos expectantes de Ashido, le era muy gracioso, pensándolo bien, ahora que estaba entrando en énfasis aquel tema, Bakugou siempre lograba hacerlo sentir diferente, y se acordaba el momento exacto en el que lo había logrado. Antes de que secuestraran al rubio, en aquella caminata por el bosque oscuro, cruzaron unas cuantas palabras, algunas de ellas se habían conectado de tal forma que lograban desatar la molestia en Bakugou, fue entonces cuando comenzó a reírse con él, mejor dicho de él, pero tanto como su sonrisa, la risa no la fingía así que cuando se reía debía saber bien como ocultarla, y más si se trataba de Bakuguo. Fue un paseo corto, breve, pero consiguió hacerlo virar hacia él, su carácter, su  forma de ser, su voz, la forma que tenía de decir las cosas, había anotado aquellos detalles en su mente, realmente desde hacía mucho que intentaba forjar algo más que compañerismo con Bakugou, se contradecía tanto al recordar sus propias palabras "No estamos para hacer amigos" pero Deku había volado su cabeza, a tal punto que él también quería imitarlo, si Midoriya había podido ver más en él, él podía ver más en Bakugou, la competencia sana que había con el de pelo verde jamás la obtendría con él, pero se estaba probando a sí mismo que lo haría, con el secuestro del rubio ya había aportado su ayuda total, Kirishima seguro iba a hacerlo, él era su mejor amigo, Deku jamás faltaba, Momo se había integrado porque gracias a ella todo había sido posible, Iida no tuvo opción, pero él... ¿Si Bakugou era su rival a tanta fuerza qué lo había hecho salir a buscarlo? Corto y conciso, aquella relación que quería construir, y ahora que lo estaba viendo volver rabioso de furia al no poder cumplir su cometido, tal parecía que tendrían que aprender a convivir juntos al menos por un tiempo, y pondría a prueba todo lo que había querido.

- Y bien ¿Qué te dijo? -persiguió a Bakugou con la mirada mientras este pasaba frente a él.

- ¿¡Acaso no lo viste, idiota?! -el rubio siguió caminando sacando pequeñas chispas de sus manos y se sentó detrás de este en el suelo, cansado y malhumorado, el otro se acercó a él.

De Frío a CalienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora