Capitulo 5: Acortar la distancia, el espacio entre ambos nunca fue tan raro

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Siguieron subiendo escaleras hasta que por fin llegaron, el lugar no se veía del todo mal pero tampoco era un lujo, a penas dos colchones en el suelo y una única luz, una pequeña cocina con refri y a un lado un cuartito que suponía ser el baño, junto a esto solo había una mesa redonda y el fax sobre ella, ambos vieron esta escena con un rostro algo ingenuo, realmente tendrían que pasar toda la semana entre esos escombros y, fijándose que las paredes no estaban, puesto que era un edificio en construcción, al menos podrían ver bien las luces que se suponía debían contar. Todoroki se había puesto algo nervioso ni bien habían visto su guarida, pero no se lo notificaba a su cara, el llegar y encontrar esos dos colchones tan juntos se hizo la idea de que dormiría junto a Bakugou, si él estaba sintiendo esta presión no quería ni pensar en como se sentía Kirishima con Ashido, Midoriya con Uraraka, incluso Ojiro con Tsuyu, compadecía al pobre que debía dormir con Momo, eso si era una distracción, en fin cada vez que tiraba ejemplos como esos se daba cuenta del error que cometía, "Maldita sea" se dijo a sí mismo, Bakugou no era una chica, ¿Cómo podía estarse sintiendo de esa forma? Aquel incomodo calor, volvía a sentirlo, aumentando su temperatura, juraba que intentaba controlarlo con su lado frío pero igual así seguía volviendo, había estado sentado como un tonto frente a la maquina de fax ojeando los papeles y sus notas del día anterior para repasar todo una vez más, en sí, eso era lo que quería que Bakugou pensara, no quería tener que mirarlo y que se diera cuenta de...

- ¡Idiota! - lo llamó el rubio, este había ido directo a ver la vista, desde aquella perspectiva podía verlo todo, incluso a lo lejos podía alcanzar a ver un pequeño triangulo azul sobre una de las tantas casas, claramente de manera diminuta, supuso entonces que allí se encontraban sus "vecinos" mas cercanos, Todoroki no le hizo mucho caso e intentó seguir evitando su condición, se puso de pie y sin tener que mirarlo le contestó.

- ¿Sí, Bakugou, qué sucede? - el rubio se acercó a él, el frío y caliente comenzó a jugar con los papeles en sus manos, estaba seguro de que Bakugou se encontraba detrás de él viéndolo con cautela.

- ¿Has echado una mirada afuera? Supongo que los triángulos azules a la distancia son los demás equipos, eso quiere decir que el juego comenzó -sonrió.

- No, no lo creo. ¿Tienes hambre? Me prepararé algo de comer, aún no has desayunado, ¿Quieres algo? - caminó a la cocina, podía sonar nervioso por aquella repentina idea de comer, pero realmente había logrado apagar aquello de hacía unos minutos, el rubio lo miró algo pensativo, todavía no se había olvidado de esa frase que el mitad y mitad le había dicho, y ahora que estaban totalmente solos era cuando.

- ¿Qué me dijiste?

- Si tienes hambre -Todoroki lo miró a los ojos, el otro se acercó a él desafiante.

- ¡No eso, idiota! En mi habitación, en la escuela, antes de partir para aquí. ¿Qué fue lo que dijiste?

- No recuerdo -si bien se acordaba demasiado lo que había dicho no tenía ganas de explicarle el porqué a Bakugou, esas sensaciones que venía sintiendo lo descolocaban a tal punto que se le iba un poco de las manos.

- ¡No te hagas el tonto! Dijiste que yo te distraigo, ¿Por qué? -una vez más el Bakugou explosivo salía a relucir.

- Tú también dijiste que yo te distraigo, ¿Por qué?

Ambos quedaron viéndose por un rato, del lado de Todoroki, la forma en que Bakugou se movía estaba surgiendo un efecto en él, claro que no se lo iba a decir, al menos no hasta tener una idea de qué era aquello, como lo decía siempre, su sinceridad era latente, si llegaba a descubrir de qué se trataba ese cosquilleo en su nuca obviamente se lo iba a decir, pero no por ahora, en cuanto a Bakugou era muy transparente con su carácter, se lo había dicho mil veces, lo odiaba, lo detestaba, lo ponía furioso, pero en realidad no era eso lo que lo acomplejaba de la situación, sino el hecho de que el idiota pareció estarle coqueteando cuando dijo aquello, Kirishima siempre parecía coquetearle, pero en un sentido se daba cuenta que lo hacía para molestarlo, esa comicidad dentro de sus pequeñas bromas era el detonante para que se enfureciera, pero con Todoroki no había surgido el efecto, en vez de enfurecer lo creyó real y se inhibió de él, le costaba admitirlo, pero su confusión esta vez pudo más que cualquier cosa, ya bien estaba dicho que el idiota no le diría nada, mejor sería dejar las cosas claras y ponerse a trabajar.

De Frío a CalienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora