Capitulo 18: Todavía estamos tibios.

5.6K 568 95
                                    

Un fuerte dolor de cabeza lo invadió enseguida, escuchó un toque en la puerta de su habitación y su nombre pronunciado por esa vocesita que lo seguía a todos lados "No otra vez" refunfuñó entre dientes, se levantó un poco y se rastrilló el pelo, entonces volteó su mirada a un lado y lo vio durmiendo plácidamente, su respiración tranquila, su cabello despeinado, su rostro que indicaba que había cerrado los ojos con una alegría desmedida, de alguna forma lograba ver que estaba realmente en paz consigo mismo, al acto recordó todo lo de esa noche. Esa declaración tan absurda que le había dado:

"-Te amo Shouto.

- Te amo Katsuki -dijo, y lo besó."

Recordaba tan bien el tono de su voz cuando lo oyó decir aquello, tambaleaba en un filo hilo de nerviosismo y emoción, rebosaba de felicidad y de amor, luego él tenía que arruinarlo todo, eso de ser un osito cariñoso e instalar esos recuerdos melosos no iba con su personalidad, quizás fue el alcohol, quizás era él mismo y las ganas que siempre tenía de que el bicolor lo hiciera suyo, pero eso había hecho, se subió sobre él posando las manos del otro sobre su trasero obligándolo a que lo tocase, cosa que para Todoroki no era mas que un placer, y entonces sus cuerpos volvieron a encontrarse con deseo.
Una sonrisa se clavó en sus labios solo de recordar como el mitad y mitad lo había tocado, como lo había besado, esa noche se acercó mucho a una "noche de bodas", el tacto en su piel delicado y suave atesorando cada movimiento leve y cada sensación, su respiración tersa, las sonrisas que se dedicaban en cuanto sus ojos se cruzaban, entonces una vez más el brusco toque de puerta y su voz "¡Bakugouuu!" renegó con la cabeza y notó que su chico fuego y hielo abrió los ojos intranquilo.

- ¿Que es ese ruido? -habló algo somnoliento, Bakugou revoleó los ojos enfadado y se sentó en la cama.

- Es Kirishima, se está poniendo molesto -dijo y se estiró como un gato, el otro bostezó.

- Es tu amigo, no le digas eso.

- Sí, pero cuando estuvimos en tu cuarto estuvo de gritón en tu puerta -lo vio algo molesto y haciendo ademanes con sus manos -ahora que estamos aquí viene a buscarme a mí, como si supiera.

- Está bien, tienes razón, es un poco molesto -habló el bicolor tranquilamente y se acomodó sobre Katsuki cerrando los ojos para volver a dormir -Ve a ver que quiere.

- Pero... Estás aquí, ¿Y si quiere entrar? -dijo preocupado y bajó su vista al otro, entonces lo encontró durmiendo nuevamente - ¡Idiota! -gritó para sobresaltar al bicolor.

- ¡Hey! ¿Qué... qué pasa? -habló Todoroki desorientado.

- ¡No te duermas! ¿Qué hago? -Bakugou lo quitó de encima y se levantó, el otro se estiró y volvió a acomodarse entre las sabanas.

- Le dices que vayan a su habitación, que vomitaste en la tuya y todo es un desorden -una vez más bostezó, cerró sus ojos y se abrazó a la almohada, el rubio se lo quedó mirando, estaba cansado por toda la movida del día anterior, todavía andaba con sueño, sonrió, que adorable era, pensó, se puso sus jeans sin dejar de mirarlo y tomó su camiseta.

- Bien... -se acercó a él y le acarició la cabeza -Oye... Eres hermoso Shouto -habló con ternura y se puso la camiseta, el otro sonrió sin la necesidad de moverse.

- Gracias -su voz cansada algo adormecida lo hizo volver a él.

- No agradezcas, es la verdad.

- No, no, gracias por llamarme por mi nombre.

Bakugou sonrió, al instante sacudió su cabeza tratando de dejar al chico amoroso dentro de esa habitación con Shouto y dejar salir a su "yo" de siempre para atender a Kirishima, cada día aquello de balancearse entre Bakugou el chico explosivo y Katsuki el lindo amante de Shouto iba a empeorar, su orgullo le impedía ser ambas cosas, pero algún día uno de los dos iba a terminar ganando, el día en que su presuntuosa personalidad agachara la cabeza. Abrió la puerta y lo encontró en medio de un grito, desde que se había levantado que andaba gritando su nombre como un loco "¡¿Qué?!" gritó para enfrentarlo, el pelirrojo se rió "Bakugou ¿Te desperté?" su sonrisa ingenua hizo que se tragara sus palabras, podría mandarlo al mismísimo infierno si no fuera que Shouto tenía razón en algo, era su amigo y no podía mandarlo a volar como si nada, suspiró.

De Frío a CalienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora