Capitulo 6: En la guarida, alejados de todo, solos los dos.

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La noche pasó, y a pesar de que había estado pensando la mitad de esta terminó por dormirse con aquello en la mente. Bakugou,  Bakugou Katsuki, el rubio de las explosiones locas, el chico que había logrado cambiar su tranquila personalidad al punto de revelar su despertar sexual, ¿Podía llamarlo así? Sin dudas nunca jamás le había ocurrido algo como aquello, con nadie, pero bastó solo una aproximación por parte del rubio para que aquello se desatara, ¿Qué debía pensar? Ya estaba todo dicho, si en algún momento había pensado en que todo eso podía ser el resultado de algo mayor ahora lo confirmaba, le atraía Bakugou, y en un sentido muy diferente a todas las chicas que habían logrado llamar su atención, ciertamente nunca le había dado mucha importancia a esas cosas pero con el rubio era diferente, él lo mantenía a distancia, lo insultaba, lo trataba mal y sin embargo... sin embargo cada segundo que pasaba a su lado lograba convencerse más de eso. Aquellos interminables pensamientos se colaban uno tras otro esa noche, imaginaba la escena del rubio acercándose a gatas sobre él y recogiendo su cabello de su frente pero entonces el momento se distorsionaba y lo veía rozando su cuerpo con el suyo en los puntos exactos, manoseándolo y toqueteándolo con aquellas manos de las que tanto se enorgullecía como armas, limitando mas y mas el espacio entre sus labios... ¡¿Como es que podía estar teniendo esas  extrañas imaginaciones?! Renegaba con la cabeza e intentaba pensar en otra cosa, pero la imagen de Bakugou intentando tener una relación con él totalmente diferente a la de "buenos compañeros" desequilibraba su estado relajado y endurecía ciertas partes de sí mismo, una vez mas había tenido que usar su quirk para bajar la sensación de calor que lo hervía. Su mente intranquila logró incluso hacerlo fantasear, el rubio contoneando sus caderas y levantándose la remera para que él tuviera una vista completa de sus abdominales marcados y de su figura atractiva, mientras se relamía los labios, fue entonces que se despertó de repente, miró el reloj a un lado y la hora exacta era 7:00 AM, suspiró, su cabeza era un despertador automático, no podía ser tan puntual, se fijó al otro lado queriendo encontrarlo allí dormido pero no pudo verlo, seguramente ya se había levanto, todo estaba justo donde debía estar, él solo en la cama y Bakugou seguramente sentado en su lugar de siempre del otro lado de la pared. Mientras Shouto recién se levantaba, el rubio había estado despierto desde muy temprano, a pesar del cansancio se había levantado y había tomado lo primero que encontró en la cocina para hacerse un desayuno fugaz, se sentó en su lugar y comenzó a anotar, en lo que las luces aparecían sus pensamientos comenzaron a emerger, la imagen de Todoroki durmiendo con su respiración tranquila y él subido encima tratando de quitarle un mechón de cabello de la frente corrompía su cabeza, ¿Era idiota? Sí, quizás lo era, un maldito idiota, ¿Cómo se le había ocurrido siquiera la idea de subirse sobre él? ¿En dónde tenía la cabeza en ese momento? Por suerte el cabrón de las mitades no se había despertado, de lo contrario ¿Cómo iba a explicar aquello? Que idiota había sido, no tenía la necesidad, no tenía por qué subirse sobre él... Y entonces volvía aquella imagen ¿Qué le estaba pasando? ¿Desde cuando veía al mitad y mitad tan... Lindo? Antes de que sus pensamientos fueran más profundo una voz lo sacó de su concentración.

- Bakugou -habló en un tono tranquilo pero él otro se sobresaltó y volteó rápidamente.

- ¡No hagas eso estúpido!

- ¿Hacer qué? Solo dije tu nombre

- Te acercaste todo sigiloso hacia mí.

- Creí que te habías dado cuenta, eres tan capaz que supuse que notaste mi presencia -el rubio se volteó y continuó tratando de ignorarlo por completo, esas ultimas palabras lo jodieron demasiado -Oye, te acostaste muy tarde anoche y has estado levantado desde temprano, no quieres que yo...

- Estoy bien, aléjate de mí -balbuceó el rubio como en un gruñido.

-Cambiemos de posición -Bakugou lo vio acercarse a él buscando su mirada nuevamente -Yo vigilo y tú ve a dormir un rato

De Frío a CalienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora