De pronto todo comenzó a cambiar.
Todos en la clase notaron que Bakugou estaba cambiado, a pesar de que sus explosivos ataques de ira incontrolada todavía surgían era menos frecuente verlo enojado, o al menos irritado. A pesar de que continuaba hablandole mal a todo el mundo algo había logrado que su caracter sea al menos más tranquilo y que su paciencia aumentara. Todos giraron la cabeza cuando lo oyeron llamarlo por su nombre por primera vez, se miraron los unos a los otros cuando los vieron conversar en los recesos, cuchichearon a sus alrededores cuando los observaron reir juntos, y al final terminaron por comprender que una nueva amistad había surgido. Se los veía entrenar por horas, ambos seguían manteniendo aquella rivalidad que existió siempre pero se trataban como compañeros, se ayudaban y se mantenían muy cercanos, tanto así que después de un tiempo a nadie le parecía extraño incluso que se juntaran a estudiar, pero detrás de la mascara de amistad se desarrollaba una historia un poco mas dulce que eso.
La rutina había empezado a modificar sus vidas, sobre todo por las noches, pero ambos parecían estar a gusto con ello. Todoroki pensó que era mejor que él fuera de visitas casi todas las noches a la habitación del rubio, llegaba a altas horas de la noche, como un espía, contando sus pasos, procurando no ser visto por nadie, y entonces se infiltraba en su cuarto favorito, hacía tiempo que al explosivo se le había ocurrido hacerle un juego de llaves para esas noches y la idea les había venido como anillo al dedo, Bakugou lo esperaba con los brazos abiertos, se reian, se besaban, hablaban, hacían el amor, y finalmente dormían juntos, a eso de las cinco de la mañana la alarma en el celular del mitad y mitad sonaba, y asi como había llegado volvía a su habitación. Los fines de semana eran diferentes, la mayoría de las veces se la pasaban en casa de Bakugou, los padres de este adoraban al bicolor, y al chico le encantaba estar allí, se sentía como en casa, contrario a esto no podían estar mucho en el hogar Todoroki, o al menos no cuando el héroe número dos se encontraba en casa, el rubio se había disculpado con Fuyumi por lo sucedido, pero Endeavor era bastante intimidante.
Fue así, con esas rutinas tiernas, que poco a poco iban olvidando cuando no se tenían mutuamente, cuando no se hablaban ni tenían algún contacto, todo giraba en una buena dirección, hasta que aquello ocurrió.Fue una tarde en la escuela, Todoroki estaba concentrado escribiendo en su diario, aquel que siempre llenaba de letras dedicadas al rubio, Aizawa se estaba tardando, había surgido un altercado que debía atender y los chicos se aburrían, sobre todo Mina. Hacía unos días que se había envuelto en una relación con el pelirrojo y aquello la tenía con el romantisismo a flor de piel, chequeando como el bicolor escribía sin la necesidad siquiera de pestañear decidió ir hacia él.
- ¡Hey Todoroki-kun! -este se encargó de cerrar la libreta antes de que la chica rosa se acercara lo suficiente como para ojearla, entonces le sonrió.
- ¿Sí, Ashido? ¿Pasa algo? -la chica se sentó a su lado sobre el banco.
- No, solo quería saber qué tanto escribes -dijo. Si bien el enamorado de la chica ácido no era celoso, ya que a pesar del acercamiento de esta con el bicolor continuaba jugando con Kaminari como si nada, del otro lado de la moneda no se podía decir lo mismo, con solo escuchar su nombre, esos ojos rubies voltearon a donde él se encontraba, odiaba tener que verlo rodeado de chicas, le molestaba demasiado, pero sabía que Mina estaba con su amigo el pelirrojo, nada podía pasar -¿Serán poemas de amor?
- Algo así -respondió el chico con suma tranquilidad para que la chica rosa soltara un pequeño chillido completamente emocionada.
- ¡Kyaaa! ¡Todoroki escribe cosas de amor! -detrás de ella la chica invisible se acercó.
- Oh Todoroki-Kun en verdad que eres un sueño -dijo en un suspiro meneando su cuerpo de un lado al otro.
- ¿Puedes leernos algo? -volvió a hablar la rosada para que las demás se acercaran a él.
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De Frío a Caliente
Hayran KurguBakugou tendrá que enfrentarse al mayor enemigo que pudo imaginar, y este es su propio orgullo, descubriendo un sentimiento nuevo para él junto a la persona que menos se hubiese esperado, Todoroki Shouto.