Quien mejor para contar esta historia que nuestros queridos protagonista:
"Sabia que debia conocerla, no era como un encuentro de pura concidencia, estabamos de un modo destinados. Mejor cuento quien soy, me llamo Rem Kagamine, soy un chico normal...
Un joven rubio estaba prestando una parte de su mente en lo que estaban pasando en clase y otra estaba en lo que todos sus amigos estarían hablando, que era su cumpleaño.
Era 27 de octubre, el día que respiro por primera vez. Cuando era niño pequeño, celebraba el día como si fuera el día más importante del mundo y ahora sólo lo consideraba un día normal del año.
Odiaba que la gente se comportará como si hubiera sucedido algo, que lo felicitara y hacerle sorpresas que unas podía matarlo. Pero sus pensamientos estaban más preocupados por otra persona, River.
Hace una semana había contraído una enfermedad que la hizo estar en un estado semi-muerta en la cama y su ánimo era el peor. Parecía que había vuelto a la normalidad, pero volvió a su estado deplorable.
Se escuchó el timbre e indicó que ya era el almuerzo. Rem se levanto y estaba dirigiéndose al lugar para reunirse con sus amigos, sólo se estaba preocupándose lo de su cumpleaño y el estado de su prima.
"Ya termine. No salieron cómo en la caja, pero tiene un parecido" reflexiónaba la joven ante su intento de pastel. La chica debía estar en la escuela, debido a que había recuperado su salud. Pero decidió actuar un poco para preparar una sorpresa.
El salón no tenía decoración para una fiesta, aún que tenía un montón un pastel, cupcakes y un gran plato de crema de banana.
Le faltaba un detalle para terminar lo que había comenzado desde la mañana, envolver el regalo. No había salido de su casa desde el día anterior de que se enfermara y no había podido encontrar ninguna envoltura buena.
Busco en todo el apartamento y no pudo encontrar ninguno. Parecía que no podía hacer nada hasta que vio una manta y le ocurrió algo original y estúpido.
Termino todo los preparativos y sólo faltaba que llegará su primo, se tiro en el sofá para relajar su cuerpo. Imaginaba como se comportaría, se sorprendería, la quisiera gritar o le daría un agradecimiento vergonzoso.
El joven caminaba y su preocupación por River había aumentado por algo que había dicho Giulia -Y ella es la que está entusiasmada-, tenía razón, se había enfermado antes y aún seguía con el ánimo de celebrar ese día.
No le importó del regalo que dio la castaña, las felicitaciones por parte del que odiaria saber sobre la relación que mantenía, de las gemelas entregando unas tarjetas, Aiko entregando una pulsera casera o que ella había entregado el mensaje del maníaco que se había alejado. Sólo quería ver si su novia aún respiraba.
-¡River!- esperaba que ese grito provocará que ella hiciera una señal de vida y lo que encontró fue su novia dormida plácidamente en el sofá. -¿Que sucede?- pregunto la joven recién despertando, -¿Estas bien?- la última vez que la vio no podía moverse de la cama, -Sí estoy excelente- aún no estaba completamente despierta, -¿Desde cuando?- quería saber lo que estaba sucediendo, -Hace 2 días- esa respuesta fue la respuesta y verdad, lo que recibió ante esa respuesta fue -Entonces !¿Por qué no ibas a la escuela?!- ese grito la despertó completamente.
Paso un rato para que la rubia explicará su razón y tuvo que arruinar la sorpresa. -Ahora calmate y disfruta la fiesta- ordenó la rubia con un tono de regaño, el rubio sólo acató la orden y dijo -Listo-.
Contempló lo que había hecho su novia, su plato favorito y unos postres. -Gracias y parece que tu inasistencia sirvió en algo- era una forma extraña de agradecer y su novia le respondió con su sonrisa -El fin justifica los medios-.
La pareja comenzó a probar los postres y ver las habilidades de repostería de la rubia. El pastel tenía un aspecto no muy halagador para los ojos, pero tenía un sabor dulce y agradable, los cupcakes eran como una ruleta rusa, unos sabían bien, otros eran deliciosos y el resto estaba quemado, y la crema era la única que sabía y se veía delicioso.
Además de comer charlaron de como estaban sus amigos, unos más unidos y otros más separados, lo que pasaron en clase, la mayoría cosas fáciles menos física, la preparación para el Bunkai Sai, ya tenían la decoración de la cafetería y la exposición, y de una próxima cita para los dos.
Habían ya llenado sus estómagos y Rem estaba a punto de ir a su cama para una siesta, pero su novia lo paro y le entregó algo. -¿Qué es esto?- contemplaba una manta naranja que envolvía una cosa y tenía una cinta muy firme, -Es tu regalo y no pude encontrar papel- lo miraba de un modo diciendo que abriera y el, con mucho esfuerzo, reveló lo que tenía adentro.
Era un libro en blanco con una tapa café con unas palabras escritas:
Fotos
-Sabes que a mi..- no pudo completar por un beso por parte de la rubia, -Volviste a la fotografía, tal vez hagas fotos que quieras guardar y aquí podrás hacere- quería que no fuera la única que guardará unos recuerdos, -Tendré que aceptarlo- aunque parecía indiferente estaba feliz por lo que había hecho su novia, -Espero ver la primera foto que pongas- tuvo una idea el rubio, pidió que cerrará los ojos y se fue a su cuarto.
La chica espero, su moño la estaba molestando, al final abrió los ojos, saco lo que la molestaba y vio un destello.
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-¡No tomes esas fotos!- grito la joven hacia el camarógrafo, -¿Que tiene de malo?- para ella que estuviera en ropa muy ligera y que cubría poca piel. Provocó una persecución entre los dos, el rubio escapando de su prima que quería poner un cupcake quemado en su boca.
Los dos se tiraron al piso por el cansancio, se acercaron para darse un abrazo y se transformó en un beso francés que duro un buen rato.
Los dos olvidaron que eran primos, que unos amigos lo odiarían por su relación y que la casa estaba sucia. Estaban disfrutando el momento y sólo pensaban "Que duré siempre".
-Has mejorado en los besos- elogió la joven a su novio, -Es que he podido apreciar mejor tus labios y el interior de tu boca- bromeó el joven dándole un pequeño beso, -Espero que aprecies otras partes de mi- hizo una pose de modelo sin preocuparse de que se viera un poco sus senos, -Para eso tendré que observar y tocar otras partes de ti- dirigió su mirada hacia un lugar donde lo lleno de lujuria y escuchó -Pervertido-.
Antes de dormir, satisfacieron sus deseos lujuriosos y se volvieron unidos otra vez.
