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De camino de regreso a su casa, se encontró con un coche abandonado, o eso le pareció.

Decidió que si no era de nadie lo mejor era destruirlo. Y así lo hizo, corrió hacia su casa y tomó una garrafa de gasolina que siempre guardaba por si acaso.

Volvió donde el coche y echó la gasolina por encima. Después le tiró un mechero encendido.

El coche explotó en llamas. El calor que producía el fuego se contrarrestaba con el frío del invierno. Y Joshua, tras su máscara, sonreía. Pero no era una sonrisa de felicidad, era una sonrisa de desesperación.

Empezó a reírse como un neurótico mientras veía la escena, pero su risa era más bien un grito de ayuda desesperado.

El coche estaba medio calcinado y pensó que su presencia allí ya no era necesaria, por lo que volvió a casa.

Tuvo una sensación de que al día siguiente sí iba a poder ver a su amigo Jeonghan. Y eso le hacía feliz.

Regresó a casa corriendo, se puso el pijama, sacó de su mesita la nota, la leyó y la volvió a guardar. Después se durmió feliz.

A la mañana siguiente repitió lo mismo de todos los días. Pero esta vez le hizo un dibujo a su amigo antes de salir, era un regalo para él.

Dibujo el parque y a ellos dos sentados en un banco.
No era demasiado bueno dibujando pero se esforzó bastante y eso era lo que importaba.

Esta vez no salió de casa tan temprano, se esperó a que fuera por la tarde para ir al parque.

La hora llegó y salió corriendo hacia allí.

Pero nunca vino.

Y no pudo darle su regalo.

Volvió a casa destrozado. No quería llorar. Lanzó su máscara a la mierda y rompió el dibujo que había hecho en mil pedazos.

Se comportaba como un niño pequeño.

Pero ahora estaba enfadado y tenía que pagarlo con algo, y no iba a ser consigo mismo.

Salió en busca de algo que destruir, con su máscara de nuevo.

Esta vez decidió destrozar mobiliario urbano, como bancos, por ejemplo.

Pero se detuvo al ver pasar a Jeonghan  a lo lejos, y Jeonghan lo había visto a él.

Supo que lo había reconocido por su característica máscara.

¿Por qué su amigo no se acercaba a saludarle y tan solo pasaba de largo?
¿Acaso no quería hablarle más?

Le siguió.

Pero su espionaje acabó cuando Jeonghan entró a su casa y cerró con llave.

Ahora sabía donde vivía su único amigo. Esa era una ventaja para él.

Una ventaja para él.

Volvió a casa y apuntó su dirección.

⌗ THE SAD MAN ♡̷̷%՞˖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora