⌗ THE SAD MAN ♡̷̷%՞˖

B

El Hombre Triste volvió a casa, seguía solo pero no tanto como antes, ahora tenía un amigo.

Llegó totalmente congelado pero satisfecho. Se quitó la máscara.

Imaginó cuando se volvería a encontrar con Jeonghan mientras paseaba por su casa, y entonces se acordó de su anterior amigo.

Abrió uno de los cajones de su mesita de noche y sacó una nota.

La leyó y la volvió a guardar.

Esa noche durmió bien, ya que tenía un nuevo amigo.

A la mañana siguiente, salió corriendo hacia el parque. Esta vez sí se arregló antes de salir.
Se puso un traje con una corbata a juego, y unos zapatos extremadamente lujosos.
Su cabeza estaba adornada por un elegante sombrero de copa y su rostro por la máscara de la sonrisa amigable.

Llegó al parque. Al ser entre semana estaba vacío, no había niños jugando, por lo que pensó en esperar a su nuevo amigo Jeonghan allí.

Pasó el tiempo, a veces pasaba por allí gente y lo miraban de forma rara, pero el Hombre Triste les saludaba amablemente.

Por la tarde, el parque se llenó de niños, todos pensaban que él era un payaso, por lo que se acercaban a él y jugaban. El Hombre Triste ya no lo estaba, ahora era feliz, ahora volvía a ser Joshua.

Pero no, eso no le bastaba, él quería ver a su amigo Jeonghan, esos niños no eran como él. Joshua lo quería a él.

Lo quería a él.

A media tarde vio a un niño con el dinosaurio que había recogido la noche anterior, y tras él su amigo.

Jeonghan no le quitaba la vista de encima al niño que había ido corriendo ilusionado hacia los demás infantes.

El chico se sentó en un banco. Entonces se dio cuenta de la presencia del Hombre Triste que lo miraba desde el banco contrario fijamente.

Se encogió de hombros y fue hacia él. Así no se aburriría mientras su hermano jugaba.

—Holap, que elegante vas hoy.

El Hombre Triste se emocionó, su amigo se acordaba de él y además le había halagado.

—¡Gracias! Es que esta es una ocasión especial.

—¿Sí? ¿Qué se acontece hoy?—Se interesó Jeonghan.

—Pues que tengo un nuevo amigo.

—Aaaaahhh, ¿y quién es ese amigo? Lo estás esperando aquí, ¿no?

—No.—Dijo Joshua entre risas.—Ese nuevo amigo eres tú.

Ahora el Hombre Triste ya no estaba triste. Ahora tenía un nuevo amigo, y no lo iba a dejar ir.

—Ah, que...¿Bien?

Jeonghan se sentía incómodo. ¿Él era su nuevo amigo? Pero si ni siquiera se conocían. Decidió que no volvería a ese parque nunca más. Pero de momento se lo iba a tomar con algo de humor.

—Y dime, señor enmascarado, ya que somos amigos... ¿Cómo te llamas?

—Me llamo Joshua y tú te llamas Jeonghan, ¿a qué sí?

El chico se sorprendió hasta que recordó que ayer mencionaron su nombre cuando estaba hablando con él y debió escucharlo.

—Sí, así es. Y, ¿por qué llevas esa máscara?

—Porque estoy triste y no quiero que nadie me vea triste. Por eso mi máscara es feliz. Dicen que los felices son gente buena, y yo quiero ser bueno.

Jeonghan no sabía como reaccionar a eso, pero tenía mucha curiosidad por verle la cara a Joshua.

—¿Te cuento un chiste? Así serás un poco más feliz y podrás quitarte la máscara.

Joshua accedió.

—¿Cómo se queda un mago después de comer? Magordito.

Joshua comenzó a reír tontamente, hacía tiempo que no reía y se sentía bien pero extraño, incluso notó que su sonrisa se ensanchaba.

—Hey, te estás riendo, ya eres feliz. Ahora podrás quitarte la máscara.

Las manos de Jeonghan se dirigieron hacia la cara de Joshua y fueron a quitar la máscara, pero el menor lo detuvo.

—No me robes la máscara.—Soltó Joshua con un tono de voz gutural mientras quitaba sus manos de su cara.—Los ladrones no son amigos, son enemigos, y los enemigos son personas malas.

La tarde pasó lo más normal posible. Jeonghan, después de eso no volvió a decir nada, solo dejaba que Joshua hablase y le contase sus ilusiones y sueños.

"Es un tipo muy extraño", pensaba el mayor.
Pero por raro que se le hiciera, su compañía le resultaba agradable.

Ya de noche, Jeonghan llamó a Chan, su hermano pequeño, para irse ya a casa.

—Mañana nos vemos, amigo.

—Ehmm Joshua, mañana no podemos venir, Chan debe ir al médico. Lo siento.

Y se fueron de allí.

Joshua se quedó sentado en el banco, esa había sido la mejor tarde que había pasado en su vida.

Pero mañana no se iba a repetir. Y volvió a estar triste.

El Hombre Triste regresaba.