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Los días pasaron, quizá normales. ¿Pero qué es la normalidad para una persona rara? ¿La rareza para una persona normal?

Joshua no estaba feliz, él estaba triste, demasiado. Habían pasado días sin ver a su amigo, a pesar de que iba todas las tardes a esperarle al parque.

"Lo más probable es que esté ocupado.

O quizá se ha cansado de ti, estúpido. Se habrá ido a otro parque porque no te aguanta, Joshua. Nadie te aguanta. Estás solo y siempre lo estarás.

No, no estoy solo, él es mi amigo, y los amigos no se abandonan.

¿NO LO ENTIENDES? ÉL NO ES TU AMIGO.
Pero yo sí.

N-no, tú no eres mi amigo."

Joshua estampó su cabeza contra la mesa haciendo que todos esos pensamientos desaparecieran. Haciendo que su aquello se callara.

Levantó la cabeza y miró sus manos. Tan solo le quedaban dos uñas. Esos últimos días se las había estado arrancando para sentir dolor en vez de soledad.

Y aunque odiaba el dolor, odiaba aún más profundamente estar solo.

Odiaba estar solo.

Se pasó el día entero en casa. Ese día ni siquiera salió. No tenía ganas.

Pero el día siguiente fue muy distinto. Volvía a nevar, hacía mucho frío fuera, pero para Joshua eso no era más que jugar con ventaja, según él.

Se puso su ropa de verano, lo normal, pantalones cortos, una camisa y chanclas. Sin olvidar, obviamente, su máscara.

Salió a la calle intentando aparentar felicidad. Eso quería, ser feliz. Y el verano daba felicidad con el calor y la playa y todo. O eso pensaba.

Se dirigió hacia la casa de su único amigo, era muy pronto aún, por lo que todos estarían durmiendo todavía.

Pasó el día normal, él seguía sentando en la puerta, la nieve caía y la gente que pasaba paseando le miraba con cara extraña. Y es que él era extraño.

Se hizo de noche y nadie entró ni salió de la casa. Entonces se acordó de algo. Era domingo y la gente no salía los domingos.

Empezó a llorar, sus lágrimas caían por debajo de la máscara. Se levantó muerto de frío, hasta ese momento no lo había notado aún, pero en el estado en el que se encontraba, era más sensible.

Comenzó a caminar hacia su casa pero una puerta detrás de él se abrió.

Era la de la casa de Jeonghan.

—Oye... Estooooo, tú, como te llames.—Reconoció esa voz, era la de su gran amigo.—Toma, hoy hace mucho frío.

Y le lanzó un abrigo que Joshua agarró al vuelo. Sonrió y aunque no se podía ver tras su máscara, Jeonghan supo lo que estaba haciendo y le devolvió la sonrisa. Después cerró la puerta de golpe y dejó al Hombre Triste ahora feliz en medio de la calle.

Se puso el abrigo que su nuevo "mejor" amigo le había dado yéndose hacia su casa.

⌗ THE SAD MAN ♡̷̷%՞˖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora