⌗ THE SAD MAN ♡̷̷%՞˖

H1

—Solo uno más... Solo uno más... Solo uno más... —escuchó decirle a sus espalda la voz que le habló el otro día en el parque.

—¿Uno más de qué?

No recibió respuesta. Se quedó paralizado un rato y cuando supo entonces que estaba solo se giró. No había nadie, lo único que vio fue una hoja en el suelo. Una hoja que parecía el informe de un hospital psiquiátrico pero con el nombre del paciente borrado.

¿De quién sería ese informe? ¿Sería alguna pista de todo lo que estaba pasando?
Pero eso no le importaba demasiado ahora, ya que no dejaba de repetirse "solo uno más" en su cabeza. ¿A qué se refería con eso?
De verdad, que no entendía nada.
Sentía que su vida entera era una pesadilla y que aquello era una broma de mal gusto.

Deseaba poder estar en una película de ciencia-ficción y que luego le diesen un premio al mejor actor, o que estuviese soñando, o mejor aún, que estuviese muerto.

Pero si estaba muerto, ¿por qué pasaba todo aquel infierno?

Decidió salir de aquella casa que empezaba a darle mal rollo sin motivo alguno, tan solo no le gustaba.

Cuando fue a salir, se dio cuenta de que la puerta estaba cerrada, pero para Jeonghan, en vez decir que el amor movía montañas, para él era el miedo el que las movía, y en ese momento estaba cagado y sin razón.

Tomó impulso y corrió hacia la puerta para intentar derribarla, pero justo en ese momento y como por arte de magia se abrió, haciendo que el chico cayera al suelo.

Cuando se levantó y sin volver la vista atrás, comenzó a correr de vuelta a su casa, deshaciendo el camino que había hecho para ir allí.
Esta vez hacía frío, como de costumbre en invierno, sentía como su cuerpo empezaba a dormirse a causa de las bajas temperaturas, y eso que iba corriendo, por lo que se supondría que no tenía que pasar frío.

Fue disminuyendo la velocidad, sentía las piernas entumecidas pero no iba a detenerse, debía continuar. Parecía como si estuviese huyendo de algo, pero ¿de qué huía en realidad? O más bien, ¿de quién? Eso no se sabía.

Después de acabar el viaje caminando y tiritando, consiguió llegar a su casa y una vez delante del edificio, no pudo evitar alegrarse, por lo que fue corriendo a abrir la puerta.

En cuanto la abrió y luego la cerró con llave tras de sí para que nada malo pudiera entrar se dio cuenta de algo espantoso. Algo espantoso para él.

Estaba en la misma casa en las afueras que antes.