oh nana 。jaemin

32.Stay with me

Salir de clases y recibir la tarde nublada era lo mejor del mundo.
Aunque caminar sola a casa no me agradaba mucho y menos cuando mi destino es justamente un desorden de familia.

Probablemente la abuela pasó por Sungsoo a la escuela y ahora mismo junto a mi madre deben de estar mimandolo, cosa que a él le gustaba, las tenía a las dos en la palma de su mano.
Seguramente al yo cruzar la puerta ambas me recibirán como si el presidente hubiera llegado a casa.
No saben disimular, no saben ocultar las cosas. La abuela nunca antes nos ha mimado por lo cual Sungsoo ha de estar confundido.

¿Por qué no pueden siplemente seguir su rutina diaria?, Hablar sólo para anunciar, regañar o preguntarnos cosas.

La brisa fresca que removió mi cabello me hizo calmarme un poco.
También yo debía seguir su estúpido juego, hacer como si no sabía nada.

Crucé la calle con el grupo de gente al ver el semáforo en rojo y traté de arreglar mi cabello por más que el viento lo removiera nuevamente.

Crucé la esquina separándome del grupo de gente y vi los típicos letreros de las tiendas, algunos coloridos, otros simples pero muy delicados.

Mi atención fue captada.
Alguien había tomado mi brazo, asustandome y por inercia me hizo voltear exageradamente rápido. Ganándome un leve dolor en mi cuello.

- ¡Jaeno!... -solté un jadeo y con mi mano derecha di un masaje a mi cuello- ¿Qué haces aquí? -pregunté y sonreí aún adolorida.

- Papá cogió un resfriado y compré sus medicinas... -Me enseñó la bolsa y sonrió- te vi pasar por allí, no perdí el tiempo y corrí hacia tí, ¿Te acompaño a casa? -Se ofreció.

Vaya, ¿Un resfriado en junio?

- Me encantaría pero tu padre te necesita... -respondí y tomé su muñeca- además ya estoy cerca de casa.
Él asintió.

- Bien, nos vemos. -asentí y volví a caminar a casa.

Nuevamente estaba sola y mi única compañía eran las luces de los postes que comenzaban a encenderse.

Abrí la puerta de casa y un olor a pastel inundó mis fosas nasales.

Vaya, ¿Van a chantajearlo con pastel?, me imagino que mamá ha de estar en el sofá dándole el pastel en la boca diciéndole "¿Quién es mi niño hermoso?, ¿Quién?" Como si fuera un bebé.

Iba a ir directo a mi habitación sin siquiera mirar hacia la sala pero fui llamada por una voz conocida. Una voz la cual no era de mamá, abuela, Sungsoo y mucho menos de papá.

- ¡Sorim!, ¡Estuve preocupado!. -Jaemin se aproximaba a mí y me abrazó. Lo que me hizo soltar mi bolso, el cual estaba en mi mano.
No me esperé esto, ¿Qué hacía él aquí?

Su acercamientos se sentía tan bien, incluso mi enojo y tristeza desaparecieron como por arte de magia. Fueron reemplazados por un cosquilleo en mi estómago y mis latidos acelerados.

Correspondí a su abrazo y sonreí.
Él estaba aquí.

- ¡Oh!, ¡Sorim has llegado!... -Jaemin me soltó y me giré para encontrarme a mamá. La cual estaba asomada desde la cocina, así mismo la madre de Jaemin se volteó desde la estufa.