30.Pinky promise

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Aún mi cerebro no procesaba nada. Herin estaba enamorada de Jaeno y lo peor es que el chico haya besado a otra chica en la biblioteca, además casi besarme.
Todo era tan confuso, Jaeno era confuso.

- ¡Sorim!, ¡Buenos días!. -paré en seco al escuchar la voz de la protagonista de mi colapso mental.
Voltee y una feliz Herin corto a hacía mi. Llegó a mi lado y se dispuso a calmar su respiración.

- Hola, buenos días.

La chica dejó de apoyarse en sus rodillas para regalarme una sonrisa.

Hoy, podría decirse, Herin se encontraba muy linda. Su corto cabello hacia el frente y un leve rosa en sus labios.

- ¿Dormiste bien anoche?, ¿Llegaste a tu casa bien? -Preguntó. Los recuerdos de anoche llegaron a mi mente, un rubor no tardó en aparecer en mis mejillas y además la vergüenza- ¿Sorim?, ¿Te encuentras... -Me sobre salté al sentir su tacto en mi mejilla.

- ¡Ah!... -la observé y ella abrió sus ojos de par en par- ¡Si!, yo dormí bien.

Tenía un fuerte impulso de abrazarlo, pero no podía, no podía permitirme hacer eso.

Símplemente acerqué mi rostro a su cabello y mi nariz obtuvo su abundante olor. Sonreí.
Era fantástico.

Acaricié lentamente su cabello, pero algo me detuvo.

Él se giró, quedando tan cerca de mí.
Quedé congelada en mi lugar, pensé que se había dormido hace más de una hora.

Sus bonitos ojos no dejaban de observarme y era algo fantástico la forma en que sus ojos tenían unos reflejos. La luz tenue de la luna le daba a la habitación un mejor lugar y a Jaemin le favorecía tanto, puesto que si Jaemin se veía tan bien con mucha luz, su rostro con sólo una pequeña pizca de luz me embobaba a tal extremo en que no evité colocar mi mano sobre su mejilla.

Ambos no dejábamos de vernos y ninguno decía alguna palabra. No hacía falta, el momento era totalmente perfecto así.

Jaemin se acercó más a mí, tanto que nuestras narices rozaban entre sí.

Escuchaba mis latidos descontrolados y desee por un momento que se detuvieran para poder disfrutar este momento de cercanía mejor.

- Sorim. -susurró Jaemin. No hacía falta tener un tono alto para escucharlo.

Esta vez quería hacerlo, quería besarlo. Unir mis labios junto a los suyos, sentir sus suaves y hermosos labios junto a los míos, acoplándose perfectamente. Pero he estado pensando en que una vez ya lo hice, una vez di el primer paso y no puedo permitirme hacerlo otra vez. Deseo que él lo haga, deseo que él sintiera lo mismo que yo.

Mi mano se movió hasta su cabello y acarició este, haciendo el acercamiento aún mejor. Amaba su cabello, lo amaba a él.

Y nunca esperé que aquellas palabras salieran de tu boca, Jaemin.

- Te quiero, Sorim.

Recordando aquél momento no me sentía bien, creaba en mi estómago un revoltijo y nuevamente mi ritmo cardíaco latía como en ese momento.
Me había dicho que me quería y yo no respondí nada.

- Soy una idiota.

- No, no lo eres. -objetó Herin y volví al presente, al hora. Caminábamos hacia adentro el instituto.

Regalé una sonrisa a Herin y ella me imitó para parar en seco.

Frunci mi entre cejo y paré dos pasos más adelante de ella.

- ¡Hola!, ¡Sorim!. -el protagonista de la repentina parada de Herin llegó hacia mí. Sonreí.

- Buenos días Jaeno.

oh nana 。jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora