07.Smile

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— ¿Qué crees que haces? —pregunté al ver este tocar la puerta de lo más normal.
Este volteó a verme confundido y me crucé de brazos.

— Tu madre nos invitó a cenar. —Explicó.

¿Mi madre hizo qué?

La nombrada anteriormente abrió la puerta y lo abrazó. Yo sólo observaba la escena algo incómoda.

— ¡Sorim!, ¡ve a lavarte y cambiarte!. —dijo y se adentró nuevamente a la casa.

Típico de mamá, tratar a las visitas mejor que a mi, su hija.

Subí a mi habitación sin siquiera saludar a sus padres quiénes se encontraban en el comedor y sonrieron al ver a su hijo llegar junto conmigo.

Sungsoo ha de estar encerrado en su cuarto, sólo sale para cenar, luego de la cena se vuelve a encerrar en su habitación.
Un niño -menor que yo por cinco años, así que aún es un niño- no debe estar todo el día encerrado en su habitación, ¡debe respirar aire fresco!, ¡salir!, sólo sale cuando va su escuela, de resto está allí.

Me quedé observando mi habitación al ha haberme quitado la ropa y estar solo en ropa interior.

¿qué se supone que deba ponerme?

— Sorim... —abrí mis ojos de golpe y me apegué a la puerta hasta cerrarla.

— ¡¿Qué quieres?!. —grité.

Sabía que debía ponerle seguro a esa cosa antes de quitarme la ropa, maldición.

— La cena ya está lista, tu madre quiere que bajes. —Escuché que dijo Jaemin y asentí.
Luego me di cuenta de lo que hice y quise golpearme por idiota.

— ¡En un minuto!. —hablé y busqué algo de ropa.

Usaría ropa cómoda, después de la cena dormiría sin esperar una buena digestión.

Salí y me senté a un lado de mi madre. Mi hermano estaba al lado de Jaemin, al igual que la madre del nombrado, mi padre a mi lado, al igual que el padre de Jaemin.

— Que bueno que bajaste, no quería tener que sacarte como sea que estuvieras. —todos rieron al comentario de mi madre menos yo.
No me simpatizan ese tipo de bromas.

Creo que cenar en ropa interior no tiene nada de malo, claro, si no estuviera Jaemin y sus padres.
De pequeña siempre lo hacía y no me molestaba, yo no sabía comer bien, al terminar mi comida -la mitad de ella ya que la otra estaba esparcida en mi cuerpo o en la mesa- y esperar cinco minutos para digerirla inmediatamente tenía que bañarme.

La cena empezó y todos hacían comentarios acerca de cualquier cosa, menos yo. Sólo quería terminar de comer y dormír, pero aquéllo no parecía ser posible.
La penetrante mirada de Jaemin no me dejaba comer a gusto. Yo le miraba esperando una respuesta a su mirada, pero este no decía nada o no hacía nada, parecía una estatua.

— Sorim... —habló este interrumpiendo a todos y tomando mi atención— ¿qué hiciste todo este tiempo?

Todos me observaron, menos Sungsoo quién devoraba su filete como si fuera el último que comerá en toda su vida.

— Yo... —lo observé. No sabía que decir al respecto.
La verdad no había hecho la gran cosa; estudiar y tener vida social.

— ¿Viajaste a algún lado? —preguntó y yo lo observé.

Si, si lo había hecho, mi padre, mi hermano y yo fuimos a la isla de Jeju una semana hace como dos años atrás.
Nos divertimos mucho y hasta pelee con mi hermano en tres ocasiones, mi padre no se enteró de ello. Mi madre no pudo ir ya que tenía trabajo pero siempre nos llamaba.
Sólo fuimos a visitar a mi abuela y al volver mamá nos recibió llorando.
Por favor, que dramática, sólo fue una semana.

— Si, fuimos a la isla de Jeju hace como dos años atrás. —hablé y este sonrió.

— ¡Ah!, si... —exclamó mi padre y todos se concentraron ahora en el, menos Jaemin quién seguía obsevandome con una sonrisa— fuimos a un restaurante llamado...—allí empezó su charla y yo seguí comiendo.

Que aburridas eran estas cenas, sólo hablaban sobre política, de chismes o sobre noticias.

Sungsoo se levantó y sin despedirse subió a su habitación.

¿Por qué él si puede hacerlo?
¿Por qué si yo lo hiciera recibía un regaño?

Bebí un poco de mi té y sentí mi sangre arder.
El favoritismo que había siempre en casa, desde siempre.

Suspiré y observé a Jaemin, este hablaba animadamente.
Que suerte tiene, es hijo único.

Lo vi sonreír ante un comentario de su padre.
Allí sentí calma, mi enojo se desvaneció.

Este me observó con la misma sonrisa.
La sonrisa de Jaemin me da paz y me hace olvidar mis pensamientos.
Quisiera perderme siempre en aquélla sonrisa.

°•°

Nuevamente llegaba tarde.
No era mi culpa que aquélla visita fuera tan larga, mi madre era la que incrementaba su charla con la madre de Jaemin.
Incluso, Jaemin y yo estuvimos hablando en mi habitación, me dormí en el momento en que este comenzó a hablar sobre sus anteriores amigos.
Desperté a las dos de la mañana y el chico ya no estaba, se tuvo que haber ido al dormirme. Allí fue cuando perdí la cuenta de cuanto estaba durmiendo y ahora deseaba con toda mi alma que la vicedirectora no estuviera.

No, no estaba pero tuve la mala suerte de que la primera clase fuera con la profesora Gahyun, la cual me obligó a tener que esperar a la vicedirectora y buscar un pase de entrada.

Me senté en el lugar de espera -a fuera de su oficina- y suspiré.

Se podía escuchar la tranquilidad de todos los salones, sólo se escuchaba una que otra voz de un profesor. Siempre eran tan silenciosos que hasta se pueden escuchar tus pasos claramente por todos los salones al caminar por el pasillo.

Habían pasado más de tres minutos y aún no se encontraba aquélla mujer, juegué con mi teléfono un rato hasta que escuché unos pasos y voltee para encontrarme a Jeno.
Al parecer también había dormido más de la hora.

Sonreí al verlo y este también lo hizo.

— ¿Otra vez tarde Jung? —preguntó este riendo levemente.

— Esa es la pregunta favorita de todos. —Jeno rió y negó con su cabeza acercándose.

Si, todos los profesores me conocían por mis horribles horas de llegada a clases. Un día hasta llegué en el descanso, pero sólo porque pensé que el profesor de educación física y la profesora de literatura no vendrían, me equivoqué.

— Puedo falsificarte un pase de entrada. —habló este ante el silencio que abundó hace un momento y yo reí por su comentario tan ridículo.

— No gracias, prefiero uno original. —Este asintió y se despidió con su mano para entrar.
Seguro estará con Choi, a este no le importan las horas de llegada, incluso, a veces este llega más tarde que los propios alumnos.
¿Qué haríamos sin Choi Siwon?

— ¡Jung Sorim!.

oh nana 。jaeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora